—Crecí con la idea y convicción de que Estados Unidos era la nación donde se cumplen los sueños de todos y no solo de los americanos. Crecí sabiendo que mi país podía ser el país de todos y forjé mi vida sintiéndome orgulloso de eso, que también es parte de nuestra historia. Es parte de cada uno de nosotros —Hablé con convicción pero con calma, porque era lo que la gente más necesitaba en un momento como ese— Nos hicieron creer que éramos superiores y que seríamos mejores si olvidábamos que todos, sin importar en qué parte del mundo hayamos nacido, somos humanos —Respiré profundamente para evitar dejarme llevar por la rabia y la tristeza que me embargaba, y continué— Nos dijeron que haríamos a América grande otra vez.
››Pero antes, nos vendieron la farsa de que nos habíamos vuelto pequeños, porque si realmente lo hubiésemos hecho, no estaríamos erigidos como el lugar dónde los sueños se hacen realidad —"Calma Carter, calma" me repetí mentalmente un par de veces antes de seguir, dirigiéndome directamente a la cámara— Hoy, un día infame en que esas palabras llenas de mentira hicieron eco en alguien que olvidó no solo la humanidad de sus víctimas, sino que la suya también, treinta y siete sueños se coartaron por el odio sin medida de aquellos que nos hicieron creer que somos algo que jamás fuimos y que germinó en alguien que no tuvo piedad —Odiaba tener que ser tan políticamente correcto, porque si fuese por mí, estaría despotricando enfurecido, pero era por el bien de todos y era parte de mis responsabilidades— Pedirles a sus congresistas que aprueben una nueva ley de control de armas mucho más restrictiva, sería limitarme a tratar el síntoma, pero no la enfermedad.
››Es hora de aprender de nuestra gloriosa historia y hacerle honor a lo que aprendimos a ser. Es hora de recuperar nuestra humanidad y demostrar que somos y seremos tan grandes como queramos ser —Tomé aire una última vez para por fin concluir— A las víctimas pedirles perdón, porque sus vidas han sido un precio demasiado alto que nunca debimos estar dispuestos a pagar. Y a sus familias, solo acompañarlas en este momento de insondable dolor, provocado por una pérdida indiscutiblemente irreparable y sin sentido alguno, porque los crímenes de odio como este no tienen justificación posible para los buenos estadounidenses, que, gracias a Dios, son la mayoría.
—No serías tú si no te saltaras el libreto —ironizó Charlie apenas la transmisión concluyó con el gesto con la mano del camarógrafo.
—No dije ni la mitad de lo que realmente quería decir —confesé y solté un suspiro, sintiendo como un cansancio mental se apoderaba de cada gramo de mi existencia— Créeme. Si no estuviese a la cabeza de todo esto, dudo que hubiese sido capaz de hablar tan bonito.
—Pues salió mejor de lo que esperaba —concedió, pero su intento de halago no me hizo sentir mejor. La contingencia no lo permitía.
—Prepara un viaje a Tucson —ordené prácticamente siguiendo mi intuición. Suponía que estar presente en el lugar de los hechos era lo que se esperaría no solo de mí, sino que de cualquier presidente— Quiero estar allá lo más pronto posible.
— ¿Ahora mismo? —Mi asesor arqueó una ceja intrigado y yo le respondí con el mismo gesto, pero no con intriga, sino con sarcasmo.
—Por lo general, cuando alguien dice: "Lo más pronto posible" ... —sugerí haciendo las cremillas con mis dedos en el aire— ...Significa ahora, ya, en este momento, inmediatamente, ahora mismo.
—Ya —Me detuvo— Ya entendí. No te preocupes, yo me hago cargo.
Lo vi salir del despacho y aunque estaba literalmente rodeado de gente que corría de un lado a otro, yo me quedé en el más absoluto silencio, con la mirada perdida en el horizonte y pensando en todo lo que estaba ocurriendo.
ESTÁS LEYENDO
FIRST LADY - Trilogía Cómplices II [TERMINADA]
RomanceA un año de asumir la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica contra su voluntad, la vida de Carter McKellen es radicalmente diferente a la que tenía, pero también a la que quería. Mucho más juicioso, sereno, maduro e increíblemente apropi...