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A Ming Ra le extraño que su hijo no bajara a desayunar, y si bien esto preocupo a la mujer, no le dió tantas vueltas al asunto, concluyó que su hijo estaba agotado por su fiesta de cumpleaños la noche anterior.

Paso la mañana en su pequeño taller, el único espacio en su hogar, en dónde no tenía a alguien de seguridad pisandole los talones. Ella le había dejado en claro a su marido un tiempo atrás, que no iba a estar de ninguna manera, involucrada en asuntos de la Mafia, como hubiera querido su padre. Cuando el hombre murió de vejez, al ser hija única, y con una madre a la cuál el cáncer le habría arrebatado la vida estando adolescente, heredó una muy abundante fortuna, más no continuaría por el camino que su padre había tomado, y dejo todos los negocios en manos de su marido. Mientras ella, al fin, podía hacer lo que de verdad le apasionaba. La pintura.

Nunca estuvo verdaderamente involucrada en los asuntos de su padre. Por lo que, al contraer matrimonio, y ver de primera plana como funcionaba todo, se sintió aún más asqueada. Resulta que la mafia no consistía solamente en el tráfico de armas, o drogas. En este mundo, matar a alguien era tan fácil, como matar un insecto con el calzado. Y la vida de los que no tenían algún tipo de poder, no valían nada.

Por lo que se prometió a si misma, que no permitiría que su hijo se involucrara en nada de eso. Hizo a su esposo prometer que mantendría a Jisung alejado de todo hasta que esté tuviera 18 años, y el mismo tomara la decisión de continuar o no con el legado de su padre. El hombre solo se rió en su cara, -"Quiera o no, igual lo hará, pero está bien, esperaré a que sea mayor de edad"-. Fueron las palabras de su esposo.

Estaba tan perdida en sus pensamientos que no escucho cuando alguien entro a la habitación en la que se encontraba. Dió un pequeño salto del susto, cuando alguien le tocó la espalda queriendo llamar su atención. Se giró, y se encontró con la mirada intensa de su hijo.

- Me asustaste sung.- dijo sonriéndole a su hijo.- Dormiste hasta muy tarde jovencito.

- Igual no es como si tuviera algo que hacer.- decía el menor de la casa sentándose en una silla frente a su madre.

La mujer noto que su hijo no estaba desbordando alegría, como era común en el. - Pasa algo Sunggie?- pregunto la mujer tomando de las manos al contrario.

- Mamá...- el pequeño se debatía en si debía o no, mencionar lo que escucho la noche anterior. Tenía miedo de que pasará lo mismo que cuando le contó lo de su padre y la que era su tutora. No quería ser el causante de, aún más discusiones entre ellos. Pero también necesitaba que sus dudas fuesen aclaradas. Y quién mejor que su madre, para que le diera una respuesta a cada una de sus preguntas.
- Anoche escuché a papá hablando con el tío Won y el tío Yung.

-¿Sobre qué?- la mujer entro en pánico, pero trato de ocultarlo.

- Él... él- Jisung se estaba arrepintiendo de contarle a su madre, o quizás no quería escucharla diciendo que sus sospechas eran ciertas.

- Puedes contarme Sung.- la mujer lo animaba a hablar, pero era más por temor a lo que su hijo haya podido escuchar.

- Papá, él...- un nervioso Jisung suspiro, reuniendo todo el coraje que tenía para decir esas palabras.- él dijo que había asesinado a alguien.- lágrimas amenazaban con salir de los ojos del más pequeño.- ¿Porqué papá haría algo así? Se lo que oí, así que dime la verdad.

Su mayor temor se estaba haciendo realidad, Jisung se enteraría de todo. Pero intentaría atrasar lo más posible ese hecho.

- Co..como crees, debiste haber malentendido lo que él dijo cariño.

- No!- Jisung se levantó de su asiento. Porque su madre no le creía? ¿O es que le estaba ocultando algo?.- Fue muy claro, el dijo que mato a un hombre.

- Sung...- quiso volver a tomar sus manos pero el menor se aparto bruscamente. A la mujer le asombraba, pero también le temía a lo maduro que su hijo era.- no debiste escuchar conversaciones ajenas.

- No lo niegas. - dijo su hijo comenzando nuevamente a llorar.

- No lo entenderías Jisung.

- Ya no soy un niño!

- Si, lo eres, no tendré está conversación contigo, no aún. - la mujer no sabía que otra cosa hacer, la situación la sobrepasaba.- Ve a tu habitación.

Jisung salió de allí dando un portazo. Mientras, dentro de la habitación, Ming Ra estaba por tener un colapso mental. No se le ocurrió otra cosa que llamar a su marido.

1,2,3,4 llamadas. Su esposo no le contestaba. Seguro se estaba revolcando con alguna zorra. Desde hacía un tiempo dejo de importarle lo que el hombre hiciera, solo seguía allí porque no tenía el coraje de tomar a Jisung y huir. Sabía que tarde o temprano los encontrarían y no pondría la vida de su hijo en riesgo por ninguna razón.

A la quinta llamada, Dong Gun se digno a responder.

-¿Qué?.- en otro momento, la mujer se fuese quejado con el hombre por ser tan seco, pero lo que estaba pasando con su hijo era más importante.

-Jisung lo sabe todo.

- ¿De que hablas? - se podía oír una voz femenina al fondo, siendo callada por el que era su marido.- podemos hablar cuando llegue a ca.- no pudo terminar de hablar porque su mujer lo interrumpió.

- Te escuchó, hablando con tus hermanos.- la mujer suspiro.
- Maldición! Debiste tener más cuidado.

- Mierda. Voy para allá. - Sin más, colgó la llamada.

Le resumió lo que había ocurrido con su hijo apenas el hombre entro a la casa.

- Podrías decirle que, estabas hablando de una película, o que estabas bromeando, o...

- Basta!.- El hombre detuvo su caminata al cuarto de su hijo y se giró a ver a la mujer. - Se lo que tengo que decirle.

Al entrar a la habitación, se encontraron con un Jisung viendo a la nada, sentado a la orilla de la ventana. Cuando el chico de lindas mejillas se percató de la presencia de sus padres, inmediatamente se tenso.

- Jisung. - la gruesa voz del hombre inundó la habitación. - tu madre me contó lo que pasó. ¿Porque estabas escuchando conversación ajenas?

El menor se sintió avergonzado por un momento. - N...no era mi intención, solo estab...

- No importa.- lo corto su padre. - el punto es que ya lo sabes y no hay nada que podamos hacer.

La mujer a su lado lo veía con cara de querer asesinarlo ahí mismo. No sé supone que eso sería lo que le diría.

- Tu padre se refiere a que. - de nuevo interrumpió el hombre.

- Lo que escuchaste ayer, todo es cierto. - el corazón de Jisung se achicó. ¿Entonces su padre era un asesino?.- Te mentí cuando te dije cuál era mi trabajo.

El hombre le contó a Jisung que era lo que hacía, le explicó lo que ayer hablaba con sus hermanos, sin omitir nada. Ya no tenía sentido hacerlo.

Jisung aún en su lugar, trataba de procesar todo lo que su padre decía. Eso era ilegal, todo lo que hacían. Poco a poco el entendimiento llegaba a el. La seguridad de su casa, el que no lo dejarán asistir a la escuela como cualquier chico de su edad. De repente la cabeza le comenzó a doler. Eran muchas cosas, una peor que la otra.

No sabía que ocurriría a partir de ahora. Necesitaba tiempo para digerir todo la información obtenida. Necesitaba dormir, o su cabeza explotaría. Y más que todo, deseaba que al siguiente día al despertar, nada de esto fuese real.

No sé que acabo de escribir, son exactamente la 1:10am Hora de Bogotá, y estoy más dormida que despierta. Igual espero les guste.

Cambio y fuera.

Kill This Love •Minsung•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora