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Minho despertó, debido a que su estómago no dejaba de molestarlo, pidiendo comida. Al abrir sus ojos, se dió cuenta de que no había nadie con el en la cama. Bruscamente, se sentó en el colchón, llevando sus manos a la cabeza debido al mareo que le había atacado.

Sin importarle el malestar, se levantó, queriendo saber en dónde estaba su novio. Lo más lógico sería, que estuviese en el baño, por lo que sería el primer lugar en donde buscaría. - ¿Sung?. - pregunto, antes de abrir la puerta, y al no recibir respuesta, giró el pomo de la puerta, encontrándose con la imagen, del menor dentro de la bañera vacía. Por instinto, se acercó rápidamente a él, asegurándose de que estuviese bien. - ¿Que haces aquí adentro Sunggie?. - le susurro, mientras depositaba un beso en su frente, aliviado de que estuviese en perfecto estado.

- No puedo hacerlo. - Jisung tenía la mirada fija en el pequeño celular, el cual Minho no había notado, hasta ese momento.

- ¿Puedo?. - Pregunto el mayor, causando una sonrisa en el apagado rostro del rubio.

Jisung se hizo a un lado, dándole espacio a su novio para que se sentará junto a él.

- Si no estás listo aún, no hay problema Sung.

- No es eso. - Han giró su rostro, viendo fijamente la mirada amorosa que le dedicaba el castaño. - ¿Y si ella no quiere hablar conmigo?. - pregunto en un susurro.

Los ojitos de su pequeño novio parecían los de un cachorro, haciéndolo ver demasiado tierno. - ¿Es broma no?. - Minho tomo las manos del rubio, y se enderezó, viendo hacia puerta cerrada del baño. - Te contaré algo.

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2 años atrás.

Minho, Seungmin y Changbin iban a casa del último, según ellos, hacer la tarea pendiente juntos, pero todos sabían que pasarían toda la tarde, hasta entrada la noche, jugando videojuegos o viendo cualquier película.

Cuando entraron a la casa, notaron que todo estaba en total silencio extrañandolos, ya que la pareja del señor Seo solía poner música a todo volumen por las tardes, ya que se dedicaba a pintar mientras el hombre trabajaba.

- Tal vez no este. - Dijo el dueño de la casa, mientras lanzaba su mochila al mueble, mientras se dirigía a la cocina por algo de agua.

- Es extraño no oir sus raras canciones a todo volumen. - menciono Minho, acercándose al pelinegro y arrebatándole el vaso del cual bebía, para el ingerir todo el contenido de este se un solo tragó.

- Bastar...

- Shh. - Seungmin lo interrumpió, mientras estampaba su mano en la boca del más bajo. - ¿Escuchan eso?.

Los otros dos lo veían confundidos, ellos no oían nada. Kim se alejo lentamente, hacía el pasillo que daba a las habitaciones, así que ellos simplemente lo siguieron.

Al ir caminando por los pasillos, podían distinguir muy bajito, el llanto de una persona.

Seo tomo un adorno filoso en el camino, hasta llegar a la habitación de su padre, de donde salían los sollozos. Sin esperar más tiempo, abrió bruscamente la puerta, dejando ver el delgado cuerpo de una mujer sobre la cama, con su rostro escondido detrás de una larga melena.

Todos quedaron allí, en la puerta, viendo cómo la madrastra de Changbin parecía estar desgarrándose por dentro con cada gemido de llanto.

Seo reaccionó, y se acercó a la mujer, preocupado.

Hacía casi un año la mujer había llegado a la vida de su padre, y no podría estar más feliz por él. Park Ming Ra era alegría pura, y había contagiado de eso a su triste padre, y el estaba muy agradecido por eso.

Kill This Love •Minsung•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora