•04•

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A Jisung le tomo tiempo asimilar, que su familia no solo estaba relacionada con la mafia, sino que está, era la mafia por decirlo así. No podía creer lo estúpido que había sido, y lo ciego que estuvo todo el tiempo. Nunca le dió importancia al hecho de que el "trabajo" que su padre decía tener, no daba los ingresos suficientes para la lujosa vida que llevaban.

Su madre, desde que sabía la verdad, tenía conversaciones con él, diciéndole que él no tenía porque involucrarse en los negocios de su padre, y que no estaba obligado a nada. Su padre por otra parte, le había dicho que aún estaba muy joven, pero en un par de años más, comenzaría con su entrenamiento. Si bien contaban con guardaespaldas, Jisung tendría que saber defenderse por su cuenta ante cualquier situación. Poco a poco, Dong Gun le fue metiendo a Jisung por los ojos que sería divertido y emocionante cuando esté pudiera estar a la par de su padre manejando el negocio. Pintandole al adolescente un escenario de película de ficción, aunque ciertamente nada de lo que el hombre le decía, era mentira.

Ming Ra notaba que Jisung se sentía atraído por todo lo que el mundo de la mafia tenía para ofrecer. Y le daba temor que su hijo, se terminará por pervertir, su hijo tenía el corazón noble, pero en este mundo, eso no duraba mucho. Hizo todo lo que pudo por persuadir a su hijo, por hacerle cambiar de opinión. No quería que su hijo creciera con la idea de que era su obligación ir por el mismo camino que su padre. Pero de nada sirvió, Jisung en el fondo le temía a su padre y este no tenía planes de desobedecerlo.

•2 años después•

Jisung tenía no más de 2 meses de haber cumplido 15 años, y su entrenamiento, como su padre había dicho, dió inicio. Por las mañana, veía a su tutor para sus clases. Le insistió a su progenitor por mucho tiempo para poder asistir al colegio, como sus primos, pero su padre se negó rotundamente. El hombre no se arriesgaría a qué le pasará algo a su heredero.

Hablando de sus primos. El pobre Jeongin pego el grito en el cielo, cuando sus padres les contaron la verdad. A hyunjin lo sorprendió mucho, pero la verdad es que al igual que Jisung, le emocionaba lo que podrían hacer, no cualquiera tiene la suerte(según el azabache), de nacer en una familia mafiosa.

En las tardes veía clases de defensa personal junto con Woojin. A este, particularmente, le tomo mucho tiempo aceptar lo que su padre y su familia hacían, y no quería involucrarse en nada que tuviera que ver con ese horrible mundo. Pero también era obligado a tomar las clases. Jisung creía que su primo no necesitaba esto, Woojin es demasiado amable, y nunca golpearía a alguien con sus propias manos. Su primo decía que se convertiría en cantante, y tenía la suerte de que su padre lo apoyará en lo que el decidiera. Han Yung no era alguien deseoso de poder, le bastaba con que su hijo fuera feliz y que a su familia no le faltará nada.

Siguiendo con su cronograma de actividades, por la noche, su padre personalmente, le ensañaba todo lo que sabía sobre armas y como disparar una. Estar era la parte preferida de Jisung, y si bien pensaba que nunca sería capaz de dispararle a un ser humano, sentía la adrenalina correr por sus venas al tener un arma entre sus manos.

Woojin, Hyunjin, Jeongin y Jisung tenían permitido estar presente en algunas de las reuniones que daban lugar en el hogar del último. Esto pasaba cuando el tema a tratar, era algo básico o sin tanta relevancia, los mayores estaban consientes de que sus hijos aún eran jóvenes a excepción de Woojin, pero este no tenía ningún tipo de interés en nada de lo que se hablaba en dichas reuniones y solo estaba ahí porque igual debía de saber cómo se manejan las cosas. A pesar de no querer estar involucrado, eso no lo excluía de la familia Han.

El resto de los jóvenes se sentían emocionados cada vez que se les permitía participar en dichas reuniones, ya que en un futuro serían ellos, en el lugar de sus padres.

Por otra parte, Ming Ra llevaba una vida miserable, dejo de intentar llevar contra la corriente a Jisung, no tenía caso, lo que le daba un poco de paz mental, era que sabía que su hijo no era una mala persona, y que el sería un gran hombre. Eso no le quitaba el deseo de que Jisung no estuviera involucrado en las cochinadas que la mafia conlleva.

Las cosas con su marido no estaban mejor. Y si en el pasado se atrevió a decir que las cosas no podrían ser peor, ahora se tragaba sus propias palabras. Ya ni hablaban, y cuando lo hacían era solo sobre algún tema en el cual su hijo era el protagonista. Su marido era tan descarado que había comenzado a llevar a otras mujeres a su propia casa, frente a sus narices, muy entrada la noche, cuando casi todos dormían, a excepción de la mujer. Solo lograba dormir un poco cuando ya los rayos del sol se abrían paso por su ventana, y veía a la puta que pasaria la noche con su esposo, salir por la parte trasera de la casa.

Eso se había convertido en su día a día. Ya ni siquiera veía a su hijo, pues este pasaba la mayor parte del tiempo con su esposo y cuando no era así, el adolescente estaba demasiado cansado como para hablar con su madre. Su pequeño Jisung había crecido mucho. Y le dolía que ya no fuese indispensable para él.

Su vida fue bastante miserable por un tiempo, hasta que un día decidió que era suficiente, se levantó temprano por la mañana, tomo una ducha y se dispuso a recoger sus cosas en una pequeña maleta.

Si, era cobarde irse. Pero consideraba que era aún más cobarde quedarse. Nadie, más que ella, sabía lo que sufría, nadie sabría lo que era estar en sus zapatos. Ser humillada por su marido, el desprecio involuntario de su hijo. Sabía que no lo hacía a propósito, es solo que este consideraba que tenía mejores cosas que hacer. Le dolía, y mucho, dejar a Jisung, pero parecía que este estaba más que bien con su padre, y hasta disfrutaba del estilo de vida que este llevaba. No lo culpaba, solo se arrepentía de haber dejado a su hijo crecer en ese ambiente.

Ya había preparado todo, lo hizo rápido, porque sabía que si lo pensaba mucho, se arrepentiría. Saldría, con la excusa de ir a sus clases de arte y cuando no hubiese nadie en casa, uno de los guardias de seguridad, a quien le dió un generoso chequé, sacaría sus pertenencias y se las llevaría al aeropuerto. Desaparecería de la faz de la tierra, al menos por un tiempo.

Bajo, y su hijo y el padre de este estaban sentados en el comedor desayunando.

- Mamá, hace varios días no te veía.

- Oh, lo notaste.- dijo sarcástica la mujer.

A Jisung le extraño, su madre nunca actuaba de esa manera con el. Pero debía admitir que hacia un tiempo, había dejado a su madre de lado por sus clases y por ir con su padre a prácticamente todos lados. De repente se sintió culpable por ese hecho. - Lo siento, he estado ocupado.

Dong Gun solo seguía comiendo, como si la mujer nunca hubiese entrado al comedor y no estuviese teniendo una conversación con su hijo.

- Tranquilo, no es como si a alguien en esta casa le importe lo que haga. - dijo esto viendo directamente a su marido, quien al decir eso, también la miro.

- Ma... mamá, eso no es cier.- no termino de hablar. Su madre lo había callado con un beso en la cabeza, que se le hizo tierno, pero a su vez, le provocó un sentimiento desagradable dentro de el.

- Te quiero Sung.- dijo la mujer en el oído de su hijo.

Jisung frunció el ceño, su madre estaba actuando extraño.

- ¿Saldrás?.- Hablo por primera vez el hombre al otro extremo de la mesa.

La mujer se enderezó, mientras hizo el intento de sonreí, pero le salió una mueca. - Iré a la clase de pintura.

- Bien.

- Me iré ahora. - Dijo la mujer dandole la espalda a las 2 personas en la mesa. Le entraron unas ganas inmensas de llorar y no quería que Jisung la viera así.

- Adiós mamá.- Dijo el menor cuando estaba apunto de salir.

- Adiós cariño

Holis.

Primero, lamento no haber actualizado, he estado bastante ocupada.

Segundo, vieron el video de chan diciendo que no importa que, todos somos parte de su distrito o algo así. Mi cora hizo uwu

Tercero, hoy es mi cumpleaños, y el hecho de que Woojin abriera una cuenta en Twitter, es el mejor regalo que la vida me pudo dar.

Sin más que decir, cambio y fuera.

Kill This Love •Minsung•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora