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- Quería hacerlo, pero no pude. - El hombre tenía la mirada perdida. - Quería disculparme por haberte ocultado las cartas. - la voz saliéndole ronca, y sonando mortificada.

- Deja de culparte por eso yeye. - susurro el rubio.

Yesung sonrió, enternecido por el apodo, y agradecido de que Jisung fuese tan maduro. - Hace años no me llamas así.

- Y no lo volveré a hacer. - respondió Han, tratando de bromear, queriendo ocultar el nerviosismo que estaba sintiendo, junto al cosquilleo en su estómago.

- Yo te llamaré yeye. - Minho continuo la broma.

- Ni lo sueñes.

- ¿Porque el si puede y yo no?. - Lee se sentía indignado.

- El es tierno. - respondió simple el hombre.

Él castaño se quedó callado, no teniendo nada que decir en contra de eso.

- ¿Entonces ella no sabe de esto?. - El rubio rompió el silencio.

- Changbin le diría, supongo que ya lo sabe. - explico. - Nadie puede saber sobre esto Sung. - le advirtió.

Jisung asintió rápidamente. Por supuesto que no le diría a nadie, no quería poner en riesgo a su madre o a Yesung. - Gracias. - susurró. - pero creo que no tengo el valor para hablar con ella.

- Te lo mereces, ambos, tu y ella.

Minho rodeo con sus brazos al indefenso rubio, quien había comenzado a hipar debido al llanto.

A Jisung no le podría importar menos que estuviesen en un lugar público, y que las personas lo mirarán mal, se sentía felíz, triste, ansioso, con miedo, todo junto, y necesitaba desahogarse.

Cuando ya se hubo calmado, entre caricias de Minho, y palabras alentadoras del padre de este, terminaron sus comidas y salieron del lugar.

- ¿Qué hora es?. - pregunto el mayor de todos, mientras caminaban sin apuro, entre toda la gente de la hermosa ciudad.

- 2:46. - le respondió su hijo.

- Es temprano aún. - Han detuvo su andar. - ¿Deberíamos hacer algo?.

- ¿Cómo que?. - pregunto el castaño a su lado.

El rubio puso su mano en la barbilla, haciendo énfasis en que estaba pensaba en algo. - Parque de diversiones!. - dijo emocionado, recordando un enorme parque al cual había ido una vez con Woojin y su tío, en un viaje a la ciudad, al cuál fue invitado.

Minho, contagiado por la hermosa sonrisa del menor, también lo hizo. - Me gusta. - se giró a ver a su padre. - ¿que dices?.

- Me gustaría, pero debo hacer algo importante. - Se excusó. - Ustedes vayan y diviértanse.

- ¿Seguro?. - Jisung quería que el hombre fuese, sintiéndose extremadamente familiar al rededor de él.

- Si, lo siento chicos.

- Nos vemos después entonces. - Lee se despidió de su padre mientras se alejaban, tomó a su novio de la mano y lo acerco a la calle, dónde detuvo un taxi.



- Esto es enorme. - Minho estaba asombrado. Nunca había estado allí, a pesar de haber visitado Incheon un par de veces.

- Lo es. - Jisung estaba demasiado emocionado, se sentía como un pequeño, queriendo montar todas las atracciónes.

- ¿Que quieres hacer primero?. - decía Lee, mientras colocaba en la mano del menor, una pequeña pulsera, la cual les daba acceso a cualquier juego.

- Allí. - Señaló el carrusel, que si bien era hermoso, sabía que era infantil, añadiéndole el hecho de que estaba lleno de pequeños niños.

El mayor lo miro incrédulo. - ¿Eso?.

Han asintió, sonriente.

Cinco minutos después, luego de hacer una corta fila para poder montarse, estaban sobre lindos caballos falsos, girando en la pequeña atracción, rodeados de infantes.

- ¿No crees que esto es demasiado infantil Sung?. - pregunto algo apenado. - Estoy seguro de que esa señora nos tomo una fotografía. - decía señalando disimuladamente a una de las madres, en espera de su hijo.

- Si, es muy tonto. - se rió. No era tan divertido como lo recordaba. - Vámonos.

- Aún no acaba.

- ¿Y?. - se bajó del animal de metal, y aún con el carrusel girando, se lanzó.

- ¿Estas loco?. - Minho había pegado un grito para nada masculino, cuando vio al menor saltar.

- Miedoso. - le dijo en tono de burla, mientras se reía, al darse cuenta que, efectivamente se veían como unos tontos allí montados.

- Ustedes no hagan esto, es peligroso niños. - se giró, hablándole a los pequeños, quienes lo veían sin prestarle atención. Para después de eso, dar un pequeño salto, quedando a un lado de su novio. Lo tomo de la mano, y se alejaron corriendo de allí, evitando que les dijesen algo por lo que habían hecho.

Con la respiración entrecortada, se detuvieron varios metros adelante. - ¿Y ahora?. - pregunto el mayor.

- Entremos allí. Jisung señaló una cabina de fotos.

Lee estuvo de acuerdo con una sonrisa, y se acercaron a la gran caja, en dónde podían sacarse fotos.

Lindas poses, tontas caras y besos robados, quedaron plasmadas en la tira de fotos, que tomaron al salir.

- Vayamos a otro juego. - El rubio tomo a su novio del brazo, encaminandolo a la siguiente atracción.

De un momento a otro, ya estaba oscuro, y se dirigían en taxi al hotel donde se hospedaban.

- Tenga. - Minho pago, antes de que el menor le refutara diciendo que el pagaba.

Subieron el ascensor en silencio, dedicándose sonrisas de enamorados y dándose caricias en las manos, las cuales estaban entrelazadas.

Tocaron la puerta del hombre, antes de ir a la propia.

Un Yesung, con el cabello hecho un desastre, la respiración agitada, y sin camisa, abrió la puerta. Minho lo veía algo burlón, no esperándose que su padre estuviese en plena acción.

- Hasta mañana. - Jisung cerro la puerta nuevamente, dejando a Yesung confundido del otro lado de la puerta, y a Minho carcajeandose a su lado.

- No puedo creerlo. - Minho susurro, mientras abría la puerta de su habitación.

- Que vergüenza. - El rubio tapaba sus manos, mientras seguía al mayor dentro de la habitación.

- ¿Quieres algo de cenar?. - Minho quitaba sus zapatos, mientras estaba sentado en la orilla de la cama.

Jisung negó, viendo desde el sillón que estaba en una esquina de la habitación. - no tengo hambre.

- Tampoco yo. - Lee se puso de pie, sacando su camisa. - Necesito un baño.

- Yo esperaré aquí. - Jisung se acomodo mejor en el sofá, acostándose.

Minho se metió al baño, y minutos después salió, encontrándose con la tierna imagen de su novio, tranquilamente dormidos en el sillón. Termino de secar su cabello, y vestirse, para luego, tomar en brazos el cuerpo de su novio, y depositándolo con cuidado en el colchón. - Descansa Sunggie. - dejo un beso en su frente, y así, el también se acostó a un lado del menor, cayendo rápidamente en un placentero sueño.

Kill This Love •Minsung•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora