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- ¿Quién era Bang?.- pregunto una gruesa voz, desde una de las habitaciones.

-¿Que haces aquí?.- pregunto emocionado Lee.

El rubio estaba algo distraído con algo, más bien con alguien, por lo que no pudo responder la respuesta.

- Oye, que quie...- El dueño de la gruesa voz apareció, quedando en shock.- ¿Minho?

El mencionado corrió hacia el, y lo abrazo. Quienes veían la escena seguían algo confundidos. Hyunjin no estaba seguro de lo que estaba pasando, Jisung estaba algo incómodo viendo a su mayor abrazar a dos hombres demasiado atractivos para su gusto, y un pequeño Jeongin tímido en su lugar.

- ¿Que haces aquí Min?.- pregunto aún sorprendido el rubio.

- La pregunta es, ¿que hacen en Corea? Especialmente tu lix.

- Vinimos a buscar una entrega para mi tío.- hablo el tal Bang.- bueno, más bien para el mocoso.

- Así que es para él. ¿También está aquí?.- pregunto Minho.

- Sip.

- Jelou, seguimos aquí.- hablo el azabache haciendo gestos con las manos, haciendo más dramático lo dicho.

- Lo siento.- Minho sonrió apenado, y se sintió un poquito peor cuando vio la expresión de su lindo chiquillo celoso.

- Que maleducados, adelante.- hablo el rubio de rulos, haciéndose a un lado, dándole paso a los acompañantes de su amigo.

Minho los presento a todos, y pasaron a la sala. Jisung descubrió que uno de los rubios, Felix, era su primo. Y Chan era parte de su grupo de amigos en Australia.

- Bien.- llamo la atención de todos Chan.- ¿Dónde están?

Todos sabían a qué se refería, y miraron a Jisung, este colocó en la mesa, el maletín que había tenido todo ese tiempo en sus manos. Y lo abrió ante todos.- 80 diamantes en total.- dijo, mientras todos admiraban la belleza de estos.

- Que caprichoso.- bufó chan.

- Estará feliz.- hablo el de voz gruesa.

- ¿Y dónde está él?.- participo Hyunjin en la conversación.

- Está en su habitación, desde que supo que consiguieron los diamantes, no ha dejado de trabajar en su nueva pieza.- explicó el australiano más bajo.

- ¿A qué te refieres con pieza?.- el azabache no entendía porque sentía tanta curiosidad por el misterioso chico.

- Velo por ti mismo.- Felix se puso de pie, y los demás lo imitaron, menos el rubio y el menor de todos.

- Nosotros podemos esperar aquí.- dijo Chan acomodándose mejor en el mueble.- No es necesario ir todos. ¿Cierto?.- se dirigió al menor de todos.

Jeongin se sentía ansioso, incluso antes de llegar al lugar, y no encontraba la explicación. Cuando la puerta 302 fue abierta, sus ojos se alumbraron al ver a un mismísimo dios griego. Y es que el joven Han era en extremo de enamoradizo, pero está vez no era como con las otras. Y es que siempre se enamoraba solo, ya que los chicos normalmente se fijaban en su atractivo hermano, y ninguno notaba su existencia. Pero ahí estaba, un hermoso australiano, quien no le había quitado la mirada de encima desde que había llegado. Y no es que le molestara, pero lo estaba poniendo nervioso. Su piel tan blanca como la nieve, lo estaba volviendo loco. "¿Cómo se verá un chupetón en su blanco cuello?". Inmediatamente un fuerte color rojo se apoderó de sus mejillas. "¿Que cosas estás pensando Han Jeongin?.
Todos estaban mirándolo, esperando por una respuesta de su parte. El no quería estar a solas con el rubio, estaba seguro de eso. - ¿No hay ningún problema Sung?.- Le hizo señas a Jisung con los ojos, para que dijera que no podía quedarse allí solo con un desconocido, o cualquier otra excusa, pero su primo era un tonto y obviamente no entendió la indirecta.

Kill This Love •Minsung•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora