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- ¿Dónde carajos están Lee?. - preguntaba un molesto Dong Gun, mientras arreglaba su corbata frente al espejo.

- Los dos tienen el móvil apagado, no tengo idea de donde puedan estar. - Respondió serio Yesung. Y no mentía. Cuando comprobó que el hombre dormía, fue al cuarto de su hijo, encontrándose con una habitación totalmente vacía y desde allí, no sabía nada de los dos menores.

- Pues encuéntralos. - sentenció, molesto con la actitud de su hijo.

Dicho eso, Lee salió de la habitación, pensando en un lugar al que podría ir cualquiera de los dos e ir en su busca ya que estaba por comenzar el evento del hombre, y Jisung debía estar allí con su padre, o darían de que hablar a la prensa amarillista.

Salió de la casa frustrado y agotado ya que no había podido dormir nada. Entro a su auto soltando un bufido, quemándose la cabeza pensando en dónde podrían entrar esos dos. Ya había hablado con los primos de Han, también con los amigos de su hijo, y estos aseguraban que no los habían visto ni hablado con ellos.

Decidió que comprobaría por el mismo si los adolescentes decían la verdad, y se encamino a la casa de los hermanos Han primero sin tener otro plan en mente.

[...]

- ¿Dónde estabas?. - dijo el hombre en modo de saludo.

- Ya estoy aquí, relájate. - respondió sin ninguna expresión en su rostro, pasando de largo, dejando a su padre en medio de la sala.

- Te hice una preguta Park Jisung.

- Iré a alistarme, debería hacer lo mismo señor Park. - dicho eso, se perdió en el pasillo, dirigiéndose a su habitación.

Un portazo se escuchó hasta la sala segundos después, a lo que el anciano soltó un cansado suspiro.

- ¿Qué ocurrió?. - la melena larga de la chica se asomo por la puerta que daba hacía la cocina. - ¿Sung llegó?.

El hombre se extraño de ver a su hija en casa. - ¿Llegaron tan pronto?.

- ¿Qué?. - pregunto confundida.

- ¿Compraste algo lindo para esta noche?. - continuo el mayor.

- Enserio, ¿A qué te refieres?. - dijo en tono burlón la chica, no entendía de que hablaba su padre.

- ¿No estabas de compras con tu madre?.

- No. - respondió extrañada. - No la he visto en todo el día.

El hombre solo le sonrió en respuesta y decidió no decir más nada. Su mujer le había dicho que estaba se compras con su hija y que llegaría un poco tarde. Pero si no estaba haciendo eso, ¿Para que mentirle?.

- ¿Oye, sabes a dónde va tu hermano todos los días?. - decidió cambiar el tema.

- Ni idea, desde que volvió de Japón ha estado actuando extraño. - respondió desinteresada mientras veía su móvil.

- Bien...debería ir a alistarme y tú también. - le sugirió, dejando un beso en la frente de su hija.

Arriba, en la habitación a oscuras, Jisung masajeaba su cien debido al fuerte dolor de cabeza que tenía.

Estaba cansado y estresado. El esfuerzo físico que hacía al conducir por dos horas de ida y otras dos más de regreso a Incheon le estaban pasando factura. Necesitaba dormir un día entero.

Al pensar en su cansancio, inevitablemente pensó en su hermano.

~1 día antes~

- Ya llegué. - anunció, dejando las bolsas de comida en la mesita de la sala.

Kill This Love •Minsung•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora