P34: Creo en ti.

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Zabdiel Colón estaba sufriendo.
No es que lo demostrase demasiado en ese momento pues él sabía que tenía que mantenerse fuerte. Dos personas con el corazón  destrozado haciéndose cargo de los proyectos más grandes  de la empresa ya era suficiente. Además, Erick confiaba ciegamente en él para dejarlo a cargo de la presidencia de la empresa  y él definitivamente no iba a defraudarlo.

Lo cierto  era que le dolía en el alma pensar que su hermano mayor al que tanto quería y admiraba se iría lejos por seis meses; todavía le quedaba la comunicación a través de la tecnología pero no era lo mismo en definitiva.
¿En que momento la vida de Zabdiel había cambiado tanto? La primera vez que se había cuestionado eso tontamente se quedó de brazos cruzados y después  las consecuencias llegaron. Xavier de alguna manera se las arregló para volver a la vida de Paulina y lo único que había hecho había sido sin duda alguna arruinarlo todo.

Desde entonces un tanto de su relación con su novia se había ido a la mierda y él no había hecho nada para remediarlo. Y ese había sido el momento en el que Miranda De la Vega apareció en si vida. Era divertida, linda, amable y  probablemente una de las mejores chicas que había conocido en su vida; y había una química increíble entre ellos.   Paulina estaba celosa de Miranda, él lo sabía pero se había mantenido al margen porque al final de cuentas ni siquiera sabía que era lo que estaba sintiendo en ese momento.

Así que cuando Danna había permanecido un mes completo en el departamento de su todavía novia  él había decidido darse una tregua a sí mismo, se había vuelto a acercar a Paulina pero las cosas con ella de alguna manera estaban en un punto muerto.

En cambio Miranda. La primera vez que la había visto le había parecido bonita pero conociéndola después se había dado cuenta que era bonita en todos los sentidos y aunque no le parecía correcto en ese momento tampoco había podido evitar que su corazón se acelerase cuando pensaba en ella o que ella incluso sin proponérselo se hubiese colado dentro de su cabeza y diese vueltas todo el tiempo sin darle tregua. Le gustaba Miranda. En algún punto entre tantas cosas buenas  y malas que habían pasado en su vida le había ido atrayendo más y más hasta llegar a un punto donde ya no tenía retorno.

Era Miranda sin lugar a dudas. Era ella.

Y Zabdiel no podía seguir así. Engañándose a sí mismo y jugando con los sentimientos de Paulina de alguna manera. Tenía que hablar con ella.

—¿Zabdiel…?—el muchacho se giró en la silla y llevó sus ojos hasta Miranda que permanecía de pie en la puerta de su oficina con una pequeña sonrisa a modo de disculpa instalada en los labios.—Espero no te moleste que haya…entrado simplemente…

—No me molestas en absoluto.—respondió de inmediato lanzándole una pequeña sonrisa que la hizo sonrojar débilmente.

—¿Estás ocupado?—cuestionó ella.

—No en realidad.—susurró.—Estaba pensando ¿sabes?

—¿Y puedo saber en qué pensabas…?—él se rio en voz baja y después negó.

—De todas maneras no es tan interesante.—anunció encogiéndose de hombros. Miranda rio en voz baja y negó un poco sin perder la sonrisa de sus labios.—¿Sabes? Todavía no se van y esto ya se siente como el lugar más deshabitado de todo el país a pesar de que el edificio está completamente lleno de personas....—inquirió en voz baja.

—Conozco el sentimiento.—respondió ella sin moverse de su lugar.—Y Zab…entiendo que separarte de tu hermano mayor sea probablemente la cosa más dura por la que tengas que pasar pero no estás solo…me tienes a mí, tienes a Alfie que te adora como si fueses su hijo y tienes a Paulina…

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora