La suave música llenaba el ambiente mientras algunas personas –la pequeña selección de amigos de Zabdiel y la de sus padres- charlaban entre sí.Danna se quedó de pie en lo alto de la escalera de su casa observando a su cuñado un momento. No es que pareciera en absoluto el chico más feliz da la fiesta pero sabía que si estaba ahí vistiendo un pulcro traje color negro y sosteniendo una copa de champagne en su mano mientras un hombre que Danna no conocía –y que de hecho tampoco quería conocer- intercambiaba algunas palabras con él.
No parecía entusiasmado, sus amigos tampoco parecían entusiasmados en absoluto; todo lo contrario de su padre y su suegro que parecían más que felices compartiendo tiempo y opiniones frívolas y huecas sobre el trabajo.
—¿Qué haces aquí, Dan?—cuestionó Erick subiendo los últimos escalones para acercarse a ella. Danna dejó escapar un largo suspiro antes de llevar su atención a su marido y negó un poco.
—Míralo ahí.—susurró.—Zabdiel no parece para nada feliz con su fiesta de cumpleaños…—observó. Erick llevó sus ojos verdes hasta su hermano menor y dejó escapar un pequeño suspiro.—Se supone que debería estar retozando de felicidad porque es su cumpleaños y parece todo lo contrario…—hizo una pequeña pausa.—Hasta parece un poco triste…
—Tienes razón.—le concedió el pelinegro.—En lugar de parecer una fiesta de cumpleaños parece una reunión de negocios…—agregó sin despegar sus ojos de los de su esposa. Una pequeña sonrisa se comenzó a formar en los labios de Danna y Erick gimió.—¿Qué se te está ocurriendo…?—cuestionó.
—Vamos a organizarle una verdadera fiesta de cumpleaños a Zabdi…—anunció.
—¿Qué?—murmuró.—Dan, entiendo tus buenas intenciones pero ¿Cómo se supone que vamos a hacer eso? Ya estamos en su fiesta de cumpleaños, mi amor…
Ella negó.—No, no estamos en una fiesta de cumpleaños. Estamos en una reunión de hombres frívolos con pensamientos frívolos y sentimientos todavía más frívolos.—respondió.—Dame un momento y organicemos algo épico…
—¿Tendría que preocuparme…?—cuestionó él.
—No, de hecho no…—se rio.—Dame un par de minutos mientras lo arreglo…
—¿Cómo se supone que lo vas a arreglar?—quiso saber el muchacho.—Danna, no entiendo nada…
—Bueno…no es que esté demasiado orgullosa pero para casos desesperados como este; ser la hija de Renato Francis sirve para algo…
(…)
—¡Bienvenido a tu verdadera fiesta de cumpleaños, Zabdiel!—anunció Danna contemplando el jardín de su casa.
Había sido completamente especifica en sus órdenes y les había dejado muy en claro que todo era sorpresa puesto que no quería “accidentes” y en menos de una hora el jardín de su casa estaba decorado con luces de colores, globos, un pequeño escenario con un dj que permanecía conectando cables sin parar, una pista de led y varias salas de jardín esparcidas estratégicamente por el lugar.—¿Qué?—cuestionó el muchacho en voz baja.—¿Cómo demonios tú…?
Danna se echó a reír.—Eso no importa, esta es tu fiesta de cumpleaños así que espero que la disfrutes mucho…—respondió la joven lanzándole una pequeña sonrisa cómplice.—Espero que no te moleste que el menú sean pizzas pero realmente no tuvimos demasiado tiempo para conseguir algo mejor y…Los brazos de Zabdiel la envolvieron en un abrazo fraternal y dejó un pequeño beso sobre su cabeza que la hizo reír.—¿Estás bromeando, Danna? Esto es completamente perfecto, no necesito nada más.—le informó.
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¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.
FanfikceDicen que del odio al amor sólo hay un paso. ¿Pero...que hay realmente del amor al odio? ---------- (Historia Dannerick)