Firemind || BNHA

VII.

    "Yo quiero sanar, quiero sentir como si estuviera cerca de algo real quiero encontrar algo que he querido por mucho tiempo, un lugar dónde pertenecer".
-Linkin Park.

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||Parque de diversiones||

Las noticias del ataque que sufrió la escuela se repetían una y otra vez en las noticias, por lo mismo la academia decidió cerrar sus puertas temporalmente por seguridad y para que la policía pudiese investigar como correspondía.

También necesitaban proteger a los estudiantes por si la Liga de Villanos decidía hacer un segundo ataque.

– Con tu padre iremos a la agencia, te dejamos comida en el microondas.

– Madre. — Le detuvo antes de que saliera por la puerta, ésta le miró con su típica mirada fría. – ¿Puedo salir hoy con unos compañeros?

Ya no era tan preocupante decir algo así, a diferencia de otras veces el que tuviera amistades de U.A era lo mejor que ella podía hacer, según sus padres ese tipo de gente estaba más o menos a su altura.

Aunque el mayor deseo de éstos tenían era el que se acercara al mitad albino y que por cosas del destino se enamorasen, deseaban que ellos dos se pudiesen casar para traer al mundo algún bebé más poderoso.

Era simplemente asqueroso.

– Como hoy no estaremos, ni yo ni tu padre podremos entrenarte, así que tienes día libre. — Ao tomó su celular para avisarle a sus amigos que podría salir con ellos, siendo interrumpida por la voz de su progenitora. – Pero los siguientes días tendrás mucho entrenamiento, después de lo que le ocurrió a la escuela no podemos arriesgarnos a perderte.

Eso no le significó nada a la ojiceleste, el "perderla" no era al que se referiría una madre común, más bien, iba a que no podían perderla como objeto para cumplir lo que deseaban.

Lo sabía a la perfección.

– Deberías dejar de taparte esas pecas, son hermosas, además, te hacen parecer a mí.

– Es por lo mismo que no las quiero, madre. — La aludida frunció el ceño tratando de ignorarla cerrando la puerta.

En un pasado hubiera llorado, pero se había acostumbrado a todas las circunstancias de esta casa que era inmune a todo sentimiento que no fuera la rabia u odio hacía sus padres.

Cualquiera le diría que sin ellos no hubiera nacido jamás y que les debía la vida, pero prefería no haber nacido a estar viviendo la vida que tenía ahora o al menos cambiar algunas cosas.

Tomó un espejo de mano para mirar el maquillaje que cubría sus pecas, las odiaba pero también le gustaban, era un amor odio.

El odio venía porque la hacían ver como su madre, pero las amaba porque Touya solía decirle que eran bonitas y aunque dijese odiar a Shoto, cuando solían entrenar de pequeños y las mínimas veces que interactuaron, también solía decirle lo mismo, ya que le hacían ver única.

Agitó su cabeza, lo que menos quería era pensar en Todoroki.

Luego estaba Kiri, que a pesar de habérselas visto una sola vez y por error, cuando lo recordaba le decía que debería mostrarlas.

Se sonrojó al recordarlo, Eijiro era demasiado tierno y enérgico para su persona que no estaba acostumbrada a ello, pero lo apreciaba mucho.

– Tal vez debería... — Tomó una crema y se quitó el maquillaje, dejando a la luz esas tan polémicas pecas. – Puede que solo sea por hoy.