Firemind || BNHA

XLII.

"Desearía que pudieras ver la cruel realidad, estar atrapado en la prisa te está matando".
– Glass Animals

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Siempre fue rápida arreglando sus cosas, una vez sus profesores se fueron de su residencia corrió escalera arriba a buscar todo lo que llevaría, entre esas cosas estaban sus mangas junto a las figuras que coleccionaba, eran sus bebés, así que debía llevarles con ella a dónde fuese.

– ¿Tienes tus cosas listas? — Habló una vez escuchó que le habían respondido el llamado.

– Estoy en eso aún ¿tú?

– Ya han sido enviadas. — Elevó el puño, pese a que no sería vista por el chico. – Bueno, con mi quirk no es tan difícil mover cosas con rapidez, si quieres voy a ayudarte.

– ¿Harías eso por mí?

– Voy corriendo si así lo quieres, de hecho puedo saltar por la ventana e ir hasta la tuya, ¿te parece? — Se sonrojó al oír una leve risa del chico. ¿Debía pedir un deseo? era primera vez que lo escuchaba reír.

– ¿Debería abrir la ventana? — Intentó bromear, pero la fémina estaba hablando en serio.

– Deberías hacerlo porque ya estoy aquí. — Rió internamente al escucharse como All Might.

Todoroki se sorprendió al verla, no creía que realmente lo iba a hacer, abrió la ventana con rapidez, Ao se dejó caer a los brazos del chico, cayendo ambos al suelo. Cortó la llamada antes de moverse a un lado.

– Bien, ¿qué cosa quieres que te ayude a guardar? — Observó con detenimiento lo que había. – ¿También llevarás tu futon?

– Sí, es más cómodo. — Ao asintió mientras metía en las cajas, las cosas que Shoto le mencionaba, no se sorprendía al saber que en decoraciones tenían un mismo estilo, fueron criados y crecieron viendo los gustos de sus padres, lo tenían casi interiorizado. Una casa estilo japonés y cuartos con el mismo estilo, ni siquiera yendo a otra parte eso cambiaría.

Acomodó la playera que tenía dentro del short, volteando a ver al heterocromático que se encargó de sellar la caja una vez estuvo lista.

– ¿Dónde está Fuyumi?

– Trabajando, tiene que tener listos unos materiales antes de que empiecen las clases. — Se levantó quedando frente a ella. – Pero está en su habitación, no es necesario que vaya a la escuela dónde trabaja, ¿quieres saludarla?

– Ser profesora debe ser un trabajo bastante duro, me gustaría pero no quiero molestarla. — Movió su mano quitando importancia a lo que hablaban, se sentó en la orilla de la cama mientras acariciaba su estómago. – Tengo hambreeeeee, alimentame Shoto-kun.

– Vamos a la cocina, creo que quedó Soba del que preparó Fuyumi, ¿no comiste?

– Mis padres se fueron sin decir nada y tampoco dejaron almuerzo, pude preparar algo pero ya que estoy aquí. — Se encogió de hombros un poco avergonzada.

Salieron de la habitación pasando por el largo pasillo del lugar, Ao se detuvo en la habitación dónde estaba el altar de Touya, suspiró pasando sus manos por el rostro intentando calmar sus nervios. ¿Cómo se suponía que debía guardar este secreto?

Apuró el paso, si quería pasar desapercibida debía seguir actuando como antes, no podía dejar de llevar regalos aunque eso significase llorarle al aire. No había nadie observando desde ningún lado y mucho menos uno que esté deseándoles lo mejor, la persona que estaba en la foto de ese altar era un villano que probablemente ya ha matado a personas sin remordimiento alguno.