Firemind || BNHA

XXXV.

"Incluso si huyes todavía los ves en tus sueños,
está muy oscuro esta noche, pero sobrevivirás sin duda.
– Cavetown". 

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Si seguía a la perfección el sendero, lograría llegar con al menos alguno de los de su clase, también estarían los de la clase B, pero aunque sonara cruel ella tenía la prioridad de salvar a aquellos que les tenía afecto.

Al no encontrar a nadie por las cercanías decidió seguir por aire, sería arriesgado, sí, pero al menos tendría una vista más clara del panorama que se le cruzaba en frente. Podía ver el fuego fatuo que consumía la arboleda, hizo una mueca al comprobar que su quirk realmente era muy destructivo, ¿cómo era posible que existiera alguien con un poder similar al de ella y su familia? de los que logró conocer solo fueron 4 personas, de esas 4, solo dos seguían con vida.

Decidió sobrevolar el lugar, Todoroki y Bakugo habían partido hace más de 30 minutos, por lo que deberían estar en el sector de dónde salía ese humo rosado, que era un sector un tanto alejado de dónde ella estaba.

En medio de los árboles dos villanos estaban haciendo su parte del plan, Dabi y Twice, el segundo acababa de perder al clon del de las cicatrices por Aizawa, mientras que el segundo seguía con su mano sobre un árbol para distribuir con más facilidad el fuego.

– ¡Eso es malo, Dabi! ¡te vencieron! — Exclamó haciendo diversas poses. – ¡Qué débil! das asco.

– Soy muy débil. — Pronunció honesto, para ser vencido tan rápido de verdad debía de serlo.

– ¿Eh? ¡Qué ridículo! — Puso una voz grave. – No te precipites, eres fuerte. Debería pensar que el héroe era más fuerte.

– Haz otro de mí, Twice. — Ordenó. – Debemos evitar que ellos se vayan.

– ¡No me importa cuántas veces vaya un debilucho!... ¡Déjame hacerlo! — Dabi sabía que la particularidad de ese hombre era demasiado poderosa, si no fuese por esa actitud tan bipolar, probablemente hubieran acabado esta misión mucho más rápido.

El de traje miró al cielo notando una silueta sobrevolar por encima de ellos, mientras miraba de un lado para otro, pero para suerte de ellos, sin notarles.

– ¡¿Qué clase de pájaro es ese?! — El de las cicatrices miró y abrió los ojos como plato.

Era la chica de la foto que tenía Toga, no podía confirmar nada pero ese cabello era inconfundible, su rostro no se notaba demasiado y era lo que más le molestaba, si no veía bien su rostro en persona podía tratarse de cualquier individuo que se le pareciera.

Seguía con la sensación de querer negar que estaba en la U.A y que esa persona había logrado escapar de casa.

Pero las cicatrices en sus brazos, le hacían caer a la realidad, debía tratarse de ella.

– ¿Debería quemarla? — Bromeó para sí mismo, pero cuando quiso hacer aquella acción, la muchacha ya había desaparecido.

Ao no lograba ver a nadie, quizás todos se habían metido en algún lugar para esconderse, ¿tuvo que haber ido con Iida? bajó hasta tocar tierra, tendría que seguir a pie para no agotar su límite, quizás eso se le haría más fácil por ahora, ya estaba cerca de meterse entre el humo rosa.