Firemind || BNHA

I.

"Si supieras lo que yo sabía
estarías enojado también".
- Lola Blanc.

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|| U.A ||

A veces creía que no debió nacer, se despertaba todas las mañanas con ese mismo pensamiento y especialmente hoy, era lo que más se preguntaba.

¿Por qué?

Hoy era el día de los exámenes de admisión para la Academia U.A, la institución que formaba a los mejores héroes del mañana, pero para ella solo era un fastidio más. No iba a negar que le hacía un poco de ilusión, pero estaría más feliz en otras circunstancias.

Literalmente la razón de que
estuviese viva era para este momento en específico, fue creada para ser una heroína. Una vida planificada mucho antes de que pudiera respirar.

Se sentía como Killua, uno de los personajes de su manga favorito, quién tenía su vida planeada para ser el líder de su familia repleta de asesinos. Aunque en su caso, era una familia repleta de héroes. Podía compartir perfectamente sus sentimientos con aquel albino, la diferencia acá es que ella no podía irse y dejar a su familia como si nada.

Si es que podía llamarle "familia".

No tenía a dónde ir, no conocía a nadie más que a sus progenitores y abuelos, pero estos últimos ya estaban más que muertos.

En la escuela jamás tuvo amigos porque sus padres se lo prohibieron, aunque personalmente no era algo que le interesase del todo, interactuar con otras personas... se lo pensaría mil veces antes de hacerlo. Estaba acostumbrada a la soledad.

Ah, sí. Hay más personas, pero no son de su total agrado y jamás se le cruzaría por la cabeza correr a ellos para pedir ayuda, no eran tan diferentes a su familia.

– Ao, ven a desayunar estás en la hora, Enji se ofreció a llevarte a ti y a su hijo al examen. — Escuchó la voz de su madre gritarle desde la primera planta.

– Y una mierda, lo que faltaba. — Susurró por lo bajo, el día ni empezaba y ya estaba arruinado.

Inhaló y exhaló intentando tranquilizarse, volviendo a su rostro sereno y casi inexpresivo de siempre, más que nada era una máscara para no mostrar sus verdaderos sentimientos hacia sus padres. Una barrera que había servido bastante desde ese accidente que cambió su vida para mal.

Si fuese por ella, estaría rompiendo el mismo plato que ahora sostenía comiendo lo que su madre preparó de desayuno. Había estado bien ignorando la presencia de la familia que vivía en la residencia de al lado por más de 3 años, como para que ahora deba viajar en un mismo automóvil.

Salió de la casa encontrándose con la cara odiosa de Endeavor, giró su rostro para toparse con un heterocromático, quién no dudó en mirarle también una vez notó su presencia. Por dentro ardía de la rabia, debía compartir espacio con el hijo perfecto de los Todoroki.

Era una pesadilla.

– Has crecido bastante Ugoku. – La nombrada asintió. — Sube, es mejor no llegar tarde.

La ambicolor se sentó al lado contrario del mitad albino sin dirigirle la palabra, jamás le diría nada, aunque deseara con toda su alma gritarle improperios a los dos hombres que estaban dentro del automóvil.

Tenía educación y una fachada que cuidar.

El camino fue en silencio, algo que agradeció en el fondo. Endeavor iba pendiente del camino y Shoto miraba el paisaje con el ceño fruncido.