Rosé sintió su corazón acelerarse y sólo acertó en salir de aquella casa, ante el escrutinio de todos. Yoongi la siguió confundido.
—¿Qué...? —iba a preguntar una vez fuera de la casa, pero Rosé lo interrumpió.
—No te preocupes, luego hablamos de ello. Por ahora entra y firma los papeles, quiero salir pronto de aquí —confesó la chica, mientras se abrazaba a sí misma.
Yoongi la miró por unos segundos con una sensación indescriptible transmitida mediante sus ojos. Volvió a entrar a la casa rápidamente para firmar aquellos papeles de una vez.
El ambiente en su casa nunca había sido más tenso y desconsolador, casi como cuando se marchó de aquella casa. Su madre lloraba en silencio, sentada en el centro del gran sofá mientras su padre sólo observaba la puerta por si Rosé aparecía de nuevo.
Se parecía tanto a su madre.
A su cabeza se vinieron un montón de recuerdos, el como conoció a una pelinegra version de Rosé, un poco más baja y con los ojos más claros. Se había enamorado profundamente de ella al punto de dejar la familia que ya había formado en Daegú para permitirse estar con aquella mujer. Pero entonces, cuando su hija cumplió un año, la madre de Rosé se enteró de su otra familia en Daegú, no dudando ni un segundo en echarlo de la casa. Recordó algo haberse quebrado dentro de él. Su enojo y orgullo hicieron que abandonara Busan finalmente y volviese con su actual esposa. Pero se había vuelto más agresivo, intolerante y alcohólico.
Intentó levantarse para ir tras Rosé, pero su cuerpo estaba tan débil que no logró ni siquiera levantar su trasero del sofá. Sintió una fuerte presión en el pecho y entonces detuvo sus movimientos, sintiéndose repentinamente mareado.
Yoongi lo miró indiferente. No podía sentir empatía por aquel hombre, ni siquiera cerca de su lecho de muerte.
—Definitivamente tienes una manía de arruinar todo. —susurró Yoongi, ante la mirada reprochante pero nostálgica de su madre— ¿Dónde está lo que tengo que firmar?
Su madre le señaló una carpeta encima de la mesa de centro. Yoongi se acercó y tomó el bolígrafo que se situaba al lado de la carpeta, con las manos temblorosas, firmó todo lo que se requería, sin detenerse siquiera a leer todo lo que le correspondía.
Una vez terminado, se acercó a la puerta y les dió una breve reverencia a sus padres para luego marcharse lo más pronto de ahí.
Rosé aún se hallaba esperándolo, esta vez en la acera. Tenía la mirada perdida y movía sus manos con ansiedad. Yoongi suspiró y se acercó a ella.
—Sentémonos allí, creo que debemos calmarnos un poco —musitó el chico, señalando unos banquillos cerca de un puesto de helados.
Rosé asintió, aún se sentía ida. Una vez allí, la chica se sorprendió al ver que Yoongi tomaba sus manos entre las suyas.
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Looking For Dad - Rosekook [#2] ᶜ
Hayran KurguDespués de aquel fatídico día, Rosé decidió marcharse de aquella casa para no causar más daños en la vida de Jungkook y Doyeon, priorizando a su bebé y la salud mental de ambos. Después de un año, las cosas han cambiado drásticamente, pero siempre l...