Hay tantos con quien estar pero no con quien ser - Beret....
Me siento junto a Fabián en el comedor debido a que ya es hora de cenar y tío Jimmy me dice que me siente a su lado así no estaré tan cerca de el, Fabián se me queda mirando con su típica sonrisa ladina pero lo ignoro porque no tengo intenciones de pegarle ahora, solo quiero cenar y dormir.
—¿Cuando hablaremos de nuestro secreto? —pregunta en voz baja procurado que mis tíos no escucharan pero ni siquiera nos ponían atención, tío Jimmy le hacía cumplido de toda clase mientras que tía Freya solo lo escuchaba sonriente.
—¿De que hablas? No tenemos ningún secreto y no me dirijas la palabra por favor —replicó evitando sostener su mirada observando para otro lado pero siento algo sobre mi pierna que hace que pegue un salto en mi lugar, Fabián coloco su mano en mi muslo apretándolo ligeramente—. ¿Que se supone que haces imbecil? —interpeló molesta comprobando que mis tíos no se dieran cuenta.
—Me besaste Hummer ¿Quieres que lo olvide? Pues no princesa, no es algo que se olvida fácilmente porque a mi me gusto —confiesa haciendo que mi expresión de seriedad cambiara a una de burla—. ¿De que te ríes?
Río sin ninguna gracia mirándolo.—De ti intentando ligarme que te digo desde ahora que no va a funcionar porque yo no soy Laura y si te bese fue porque te confundí con mi mate, gracias a dios que no lo eres —agradezco levantándome de donde estoy, la silla se mueve unos centímetros atrás por mi repentino acto, salgo de el comedor dejando a todos ahí.
Escucho unos pasos seguirme seguramente el pero los ignoro esperando que se canse de molestarme que lo está siendo mucho, subo las escaleras con dirección a mi habitación, cruzo el pasillo hasta llegar a mi puerta y ingreso a ella pero mi intento de cerrar la puerta es interrumpido por un pie entre ellas justo como cuando descubrí que era hijo de los líderes de los brujos.
Empujó con algo de fuerza insistiendo en que se vaya.—¿No vez que no te quiero acá? Ya lárgate —ordeno pero su pie no se mueve a ninguna parte así que dejo de insistir y me aparto dejándolo entrar—. No soy una de tu ganado Fabián, no caeré en tu pequeña diversión —alego viendo cómo entra a la habitación cerrando la puerta de tras de el.
—Nunca dije que lo fueras, a ti nunca te haría esa clase de cosa pero quiero saber ¿Por que? ¿Por que me besaste? Se que estabas consciente y no estabas alucinando, tal vez no estabas tan consciente pero no significa que puedas mentirme diciendo que me confundiste con tu mate porque no es así —comenta con una expresión de enojo en su rostro. Me siento en la cama probando descifrar si me está intentando introducir en su juego y debe ser.
—¿Eso que importa? Estaba consciente pero no quería besarte porque no siento nada por ti ¡Nada! Y por eso lo más coherente es que te allá confundido con mi mate —explicó evitando por completo su mirada que no se despegaba de mi, se acerca hasta estar en frente de mi y se agacha para luego tomar mi mentón—. ¿Que? —interrogó con seriedad sin una pizca de burla o algo parecido en mi rostro, podía sentir que estaba jugando conmigo pero no lo iba a dejar que me convirtiera en una más de su ganado.
>> Como que mi apellido es Chávez Hummer <<
Se le escapa un suspiro pero luego comienza a hablar.—Aún así me besaste —replica girando mi mentón hasta que mi mirada chocara con la suya— Y no puedo evitar pensar en ello a cada segundo ¿Que tiene de malo que me des una oportunidad? —inquiere viéndome con esos ojos color verde tan penetrantes como también hermosos como un diamante Green Dresde.
—Que eres un mujeriego.
—Puedo cambiar —asevera pero yo no habia dejado mi semblante serio, no me parecía para nada gracioso su respuesta.
—¿Cual dedo me chupo? ¿Crees que de la noche a la mañana dejarás de ser un galán andando por la vida cogiendose a cualquiera que tenga vagina? ¿Cual dedo quieres que me chupe? —vuelvo a preguntar esta vez con la paciencia ya a su limite. No podía más controlar mi enojo cuando el intentaba de verme la cara de estupida—. Sal de mi habitación—ordeno liberándome de su agarre.
—Bien me voy pero no dejaré de intentarlo hasta que me des una oportunidad, te prometo que puedo cambiar, por ti —asegura despegando la mirada de mi para abandonar la habitación pero se detiene en el umbral y se gira—. Deberías por lo menos cenar algo, no te duermas con el estómago vacío —opina haciendo que lo viera a los ojos sintiendo su preocupación.
—No es tu asunto —opinó, con un movimiento de mi mano la puerta se cierra justo en su cara.
Me acuesto en la cama escuchando sus pasos alejarse mas y mas, cierro los ojos intentando calmarme.
>> No debí besarlo, estaba tan consciente tanto como quería besarlo y no se porque pero lo hice, estar cerca de el calmaba el ardor y calentura que sentía, era como helado en un de verano, totalmente rico y placentero <<
Una media hora pasa, aun tenía los ojos cerrados porque sentía como el ardor volvía y necesitaba calmarme, una presencia atrás de la puerta me hizo abrir los ojos y levantarme de la cama, tomo el pómulo abriendo la puerta poco a poco encontrando a Fabián con una bandeja llena de comida en sus manos.
—Tu tío dice que no te duermas sin cenar o te enfermaras más —me informa extendiendo la bandeja para que la tomara. Otra vez esa sensación de que me quemo y el es el único que puede apagar el fuego.
A su lado siento como el ardor se va y la sensación como que me quemaba desaparecía con solo tocarlo, tomo la bandeja pero mis dedos tocan los suyos, su toque hizo que se me escapara un jadeo involuntario, el me miro y yo lo mire, tome la bandeja con seguridad y me aparte volviendo a cerrar la puerta en su cara.
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Alma
Romance¿Que sucede contigo cuando no creces sin una figura materna? Sin alguien que te bese cuando estes triste, sin nadie que te lea un cuento antes de dormir o te haga sonreír cuando te sientes insignificante, crecí sin mi madre y mi padre intentaba lo m...