Capitulo 45

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Me enamore de como me hace sentir...

Me arreglo el cabello con las manos mientras veo como Arturo sale de la habitacion dejandome sola, se ha portado distante desde que no acepte ir con Fabian a la cita y antes de que le dijera algo ya se habia ido indignado y se supone que to soy su dueña, se esta comportando muy injusto, unos golpes en la puerta me hacen girar encontrandome con Fabian pero lo ignoro.

—¿Que haces aqui? —pregunto viendome a el espejo arreglando mi cabello para tener mas ondas—. ¿Que quieres? —inquiero nuevamente sin escuchar alguna respuesta proveniente de el.

—¿Donde iras? Ya que como no saldras conmigo —admite sin despegar la mirada de mi.

—Tu lo dijiste no saldre contigo y no tienes que saber donde ire —ruedo los ojos tras escuchar lo que habia dicho, su voz se escucha molesta porque no saldre con el pero seguro finje y que mi madre me alla dicho que es mi mate no cambia que me engaño.

—Escucha se que sigues molesta conmigo Alma y si hubiera sabido que esto pasaria, que soy tu mate no lo hubiera dicho —aclara pero yo solo continuo con mi cabello para no sostenerle la mirada, sentia que se acercaba poco a poco a mi—. Lo lamento, lamento haberte mentido —se disculpa quedandose detras de mi.

—Ya te escuche la primera vez Fabian ¿Cuantas veces lo vas a hacer? —alego terminando mi cabello y viendolo a los ojos por el espejo.

—Las veces que sean necesarias hasta que te des cuenta que no queria hacerte daño con decirte esa mentira, no queria que te molestaras conmigo, queria que estuvieras motivada para acabar con CJ y asi salvar a Aneka —explica por enesima vez generando que asintiera sin ninguna intencion de seguir escuchando asi que me fui al baño a maquillarme pero el me siguio como siempre.

—¿Ya terminaste? —interpelo viendo que sombra eligire conforme con lo que me vesti pero no quiero usar una sombra roja como mi blusa porque nunca fue mi color, creo que un color mas clarito de eso combinara con piel broceada.

—No he terminado, todavia podemos ir a la cita, quiero hacer todo para que me perdones por favor acepta —suplica abrazandome por la espalda, me estremezco a su contacto pero lo ignoro tomando el lapiz negro para ojos decidiendo en no ponerme ninguna sombra.

—Saldre con Max al centro comercial —enuncio practicamente rechazando su cita pero no parece que el sintiera que lo hice porque no deja de abrazar mi cintura.

—No importa, los acompañare.

—Haras mal tercio ademas ire por compras y Max me ayudara no necesito que vayas tu tambien —declaro intentando emparejar ambos ojos para que quedaran perfectos y con Fabian en mi espalda no es posible porque no me deja moverme.

—Si dices que solo iran a comprar ropa pues no hare mal tercio en ninguna parte ademas te sere de ayuda con tus compras —indica causando que rodara los ojos, lo observo por el espejo y veo cómo sonríe al tener mi atención—. Prometo no hacer ruido, no me notarás —esclarece formando una pequeña sonrisa en sus labios.

—Ya dije que no —estimó colocándome rímel después de un buen rato con el lápiz de ojos, a veces deseo que el maquillaje no fuera tan difícil de hacer—. ¿Podrías salir de mi habitación? —indagó pero el solo niega acercando su nariz a mi cuello oliendo ligeramente.

—Si vas a ir solo de compras ¿Por que usas perfume? —curiosea sin dejar de aspirar mi perfume.

—Porque me da la gana —replicó tratando de salir de el baño pero el me había dejado inmóvil en mi lugar.

—Tu madre se disculpo por no decirte que yo soy tu mate pero no entiendo ¿Por que sigues enojada? Ya sabes que soy tu mate, lo que dije era verdad y no te considero un juego —comenta generando que asintiera pero el me gira con una velocidad impresionante, sus manos se posicionan en mi trasero atrayéndome a el de forma repentina y sin poder evitarlo un jadeo sale de mi—. Si quieres fingir que estás enojada no hagas eso —opina para luego acariciar mi mejilla con sus dedos.

Se me estaba un suspiro involuntario.—Se lo que intentas hacer Fabián y...

—¿Y que? —responde sin dejarme terminar.

—Y n-no fun-funcionara —sostengo mi palabra pero mis guardias se bajan cuando sus labios tocan la sensible parte de mi oreja generando que un gemido se me escapara.

—Si quieres que no pase deberías controlar tu nerviosismo en estos momentos castaña —contesta viéndome a los ojos mientras se muerde el labio inferior provocando que tragara en seco, mi corazón hizo lo típico en estas situaciones y se aceleró tipo rápido y furioso—. Vamos entonces —alega apretando ligeramente mi trasero produciendo que la típica sensación de que me quemo volviera nuevamente, sus labios besan suavemente mi cuello ocasionando que quisiera hacer cosas indebidas en estos momentos.

Me quedo sin palabras cuando sus dientes muerden mi mejilla riéndose de mi, sentía dolor en mi mejilla y quería golpearlo pero me obstruye de hacerlo, me jala haciendo que caminara afuera de la habitación era como si no pudiera decir nada o objetar de lo que hacía y no quería.

Yo quería que el me hiciera suya ahí mismo en el pasillo sin importar que todos nos vieran, solo quería apagar el deseo que sentía de saciarme de el sin parar, su mano aprieta la mía ligeramente mientras bajamos las escaleras, mis mejillas ardían, mi corazón latía a mil por segundo y fuera como si se quisiera salir, me ardían la parte de mi cuello donde sus labios me habían tocado y quisiera besarlo.

Besarlo hasta que me canse, no dejarlo salir nunca de mi habitación y se que eso es imposible pero eso quiero, quiero a Fabián Illescas haciéndome suya una y otra vez sin parar sin intenciones de detenerse, quería que mi primera y todas las veces fuera con el, así sería porque después de todo el es mi mate.

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AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora