Capitulo 54

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Ser como todos es no ser nadie...

Tomo la tasa de cafe en mis manos probando un sorbo de cafeina, Lucinda aparecio y no estoy de muy humores porque tampoco tuve un mañanero y tanto que me encantan los mañareros, me encuentro con Laura y Max ya desayunando y me siento en la cabecera cerca de la puerta por donde entra Alma y se sienta al lado mio.

Intenta tocar mi mano pero con un chasquido de mis dedos aparezco en el otro extremo de la mesa, en la otra cabecera lejos de Alma y su intento de arreglar las cosas, Max voltea a verme sorprendido al igual que Laura, no se esperaban ese movimiento.

—No me toques por favor —hablo sin mirarla, aun siento el dolorcito de ayer de el golpe que seguro se dio porque ella nunca tiene cuidado, ni siquiera con sus palabras.

—Asi que quieres jugar señor fantastico —responde Alma observandome algo enojada pero si ella esta enojada yo estoy molesto, enfadado y con rabia—. Arturo —el individuo entra por la puerta pero tampoco le hace caso a Alma y viene hacia mi— Traidor.

Laura habla pero fue bruscamente interrumpida por Alma—¿Sucede...

—No sucede nada.

—No parece princesa ¿Todo esta bien? —interrumpe Max todo confundido por lo que pasa.

—Esa loca es todo menos una princesa —esta vez hablo yo, estoy haciendo todo un show y me gusta, por primera vez soy la victima y no ella, aunque tambien me dolio lo de no tener hijos pero no lo tome tan personal. Tengo una vida por delante y entiendo que tener un hijo no esta en mis planes por ahora.

—¿Que dijiste? —pregunta con ira Alma, se que tenia ganas de arrancarme la cabeza o por lo menos golpearme un poquito pero no la iba a dejar y tampoco le iba a hablar ademas si sus padres vuelven y nos ven peleados Aneka no me matara por haber desvirgado a su hija. Fue muy clara que debia hacerlo a los 16 cuando ella se alla tranformado pero se nos adelanto la cosa.

—Lo que escuchaste enana, ya hasta se me quito el apetito con verte, los veo en el instituto —me levanto de mi silla con la tasa en las manos con intenciones de llevarla porque tendre mucho sueño si la señorita quiere dialogar hoy—. Ah y la pastilla esta sobre la meseta de la cocina.

Alma esta que echa humos por la cabeza y lo mas seguro es que no se la tome en venganza pero no estoy para sus jueguitos si no se la toma la depositare en su estomago con magia, salgo de la casa sin pasar por lado el lado de Alma, no iba a tentar mi suerte.

Camino hacia mi carro y entro tirando la mochila al asiento de copiloto pero me sorprende al ver quien esta adentro.

—¿Que quieres ahora mocosa? —de forma neutra y sin hacer ningun show le pregunto.

—Ire contigo al instituto —habla aun molesta pero parece mas tranquila, seguro que Laura o Max le dijeron algo.

—¿Sabes conducir? —alego con curiosidad esperando un si de su parte. Se ve linda por la mañana, algo despeinada y sin una pizca de maquillaje.

—Si ¿Por que?

—Ah pero que bien, te lo encargo ¿Eh? Lo estacionas cerca de la entrada y llevas mi mochila a mi asiento, bay.

Salgo de el carro y en segudos desaparezco de su vision apareciendo en una cafeteria de la manada, el dia que vine a la manada aqui hacen unos pasteles para alegrarte hasta el alma si se puede, no son tan dulces ni tan amargos, estan a la medida.

—Bea, hola ¿Como te va? —con una sonrisa me dirijo a la mesera quien de forma nerviosa me saluda.

—¿Que pediras hoy Fabi? —yo ya tenia claro que iba a pedir ademas era lo unico que pedia las veces que venia aqui.

—Pastel de chocolate y ponle chispas, hazme sentir bien ¿Si? —casi ruego por ese pastel de chocolates si no fuera porque debe hacerlo por su trabajo y yo debo pagar.

—Claro que si pero dime ¿Paso algo? —curiosea algo preocupada por si me pasa algo.

—Problemas en el paraiso pero nada que no se arregle, ahorita te cuento, de paso me haces un poco de cafe con leche y pone azucar no lo quiero amargo por ninguna parte —suplico con la mirada necesito dulce en mi mañana, la cosa que hice con Alma seguro que me dejara muchos golpes y primero lo dulce luego lo amargo, soy de esas personas que con algo dulce ya estan felizmente.

—Te moriras de diabetes —dice con una sonrisa amplia adornando su rostro, sus mejillas estan ligeramente rosadas y ni idea por que.

—Tu no te preocupes que mi suegra me hizo inmortal —se rie como si hubiera contado el chiste mas gracioso de el mundo y yo tranquilo algo confundido por la razon de la que se alla reido, si yo no he bromeado ni nada, me voy a sentar a la primera mesa vacia que veo aunque no hay nadie aqui y es muy temprano.

Siento una vibracion en mi bolsillo de forma muy constante significa que me estan llamando, saco mi telefono de mi bolsillo y veo la pantalla que muestra el contacto de Laura, yo que pense que era mi noviecita pero me acuerdo que ella no tiene mi numero.

—¿Sucede algo? 

—¿Que le haz dicho a Alma? Esta como loca, creo que le hizo una abulladura a tu carro y esta... Esta quemando tu mochila —habla por la linea causando que yo abotezara, sabia que esta asi o peor debe aprender a controlar esas emociones o va a acabar con el mundo en un segundo.

—¿Se tomo la pastilla? —tranquilamente me desvio de el tema prestandole cero atencion a que mi novia acaba de golpear a mi bebe que tanto me costo conseguir con el sudor de mi alma—. Dile que si no se toma la pastilla y se calma que no me volvera a ver, se tiene que tranquilizar, bay pues.

Le cuelgo y coloco mi telefono en mi bolsillo nuevamente sintiendo las vibraciones en mi bolsillo, Laura me estaba volviendo a llamar, Bea se acerca con mi pastel y el cafe en las manos, lo pone sobre la mesa sonriendome y sentandose delante de mi esperando que hable.

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Hola estrellita ¿Te gusto el capitulo?

Eso espero, creo que seguire actualizando hoy para compensar todos los atrasos que tuve y perdon por el retraso saben que los amo a todos y que tengo muchos trabajos para actualizar cada jueves pero me esforzare mas y para la semana siguiente tendre varios capitulos, el final se acerca estrellitas, espero esten preparados.

AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora