Capítulo 7

2.7K 329 23
                                    

—¿Qué has dicho?

—¡Juro que nadie nos seguía cuando llegamos, nadie había entrado a este lugar antes!

—¡Maldición!

—... Wei Ying, Wen Ning, váyanse.

—¿Qué?

—Deben irse ahora.

—¿Estás demente?, no voy a dejarte cuando todavía no he hecho nada por haber sido salvado.

—Te dije que no me debes nada.

—Eso no me basta.

—...

—Y si hay alguien que debe quedarse, ese soy yo.

—Te lo prohibo.

—¿Tú me lo prohibes?

—¡Wei Ying!

—... ¡Ahh, eres insufrible!

—Vamonos los tres, tenemos oportunidad.

—... Yo te cargare.

—No.

—¡No me contestes y agárrate!

—...

No podía creer que tan mal iban las cosas y que tan rápido un desastre venía tras otro.

Muy a mi pesar, deje que me llevara en su espalda. No podía correr, no podía usar mi espada, además de que no podia hacer que Wei Ying entendiera que no necesitaba deberme nada.

El camino que tomaron estaba lleno de obstaculos, por lo que empezaba a sentirme culpable al ver como ellos tenían que ir más lento debido a mí.

En algún punto no escuchamos más que un silencio absoluto, lo cual era raro considerando que una armada estaba cerca de nosotros.

Wen Ning se detuvo de repente, corriendo, agarró el objeto que venia hacía nosotros.

—Hay alguien adelante.

—... Hay otro atrás. Lan Zhan, ocultate.

Mire para todos lados, no podía sentir la presencia de nada malicioso.

—Tienes energía resentida en tu cuerpo, tus habilidades anteriores dificilmente siguen contigo.

—Maestro Lan, ocultese, lo protegeremos.

—...

Wei Ying me dejo en el suelo y al dar un par de pasos, un cuchillo voló cerca de mí, quedandose clavado en el tronco del árbol en el que iba a esconderme.

—¿Jugamos a las escondidas, maestro Lan?

Jin Guang Yao fue la persona que estaba detrás de nosotros.

—¿En serio?, ¡Vaya injusticia, maestro Jin!, ¡Pero, dudo que pueda negarme!

Adelante de Wen Ning, apareció un desconocido que no había visto antes.

—¿A quién buscan exactamente?

—... Maestro Wei, casi no lo reconozco con esa voz.

—Así que si es él, dos zombies... ¿Dónde está la diversión en matar a alguien que ya está muerto?

—¡¿Qué es lo que quieren?!

—Maestro Wei, parece no poder reconocer quien fue el que lo despertó en primer lugar.

—¿Qué?

Di un paso hacia adelante, queriendo intervenir, pero Wei Ying alzó su mano hacía mi.

—No lo escuches.

—No hay energía resentida en él.

—Guang Yao, ellos de verdad no tienen una idea de lo que eres capaz de hacer.

—Siempre es divertido ver la expresión de sorpresa en sus rostros. Y no, no hizo falta esa absurda energía, solo necesitaba de un medio que sí la utilizara.

—...

—¡Tú hiciste esto!, ¡Sabías que él lo haría!

—Y también necesitaba que murieras.

—Ahí es donde entre yo, aunque dudo que me recuerdes, probablemente pensaste que fuiste tú mismo el que se suicido.

—...

—¡Cobarde!

Luché contra el dolor que sentía, defunde mi espada y me fui contra la persona que había matado a Wei Ying.

—¡No, maestro Lan!

—¡Ahhhh!

Me detuve a medio camino al escuchar ese grito, Wei Ying se había arrodillado debido a algo que le sucedía.

—¡Wei Ying!

—¡No se le acerque!

Wen Ning me bloqueo el paso agarrandome de un hombro con fuerzas.

—¡Déjame!

—¡Mire!

Tratando de ver lo que Wen Ning veía, note que algo de verdad iba mal. Wei Ying estaba arrodillado y con ambas manos tapando sus oidos mientras negaba con su cabeza una y otra vez.

—¡Este si es un perrito fiel, no por nada el famoso Patriarca Yiling lo conservo por mucho tiempo!

Ese tipo de adelante estaba avanzando peligrosamente hacía nosotros. Me gire para mirarlo una vez más.

—¡Déjalo en paz!

—¿Ah?, ¿Y por qué asumes que soy yo quien hace esto?

—¡Cuidado!

De un momento a otro soy empujado hacia un lado, ese tipo se habia lanzado con todas las intenciones de atacarnos.

—¡Wen Ning!

—¡Quedese donde está!

—Ah, tú serás mí contrincante, que noble de tu parte.

—Tus palabras no son nada para mí.

—Bien, ¡Porque no querras usarlas!

Mientras esos dos luchaban uno con el otro, mi vista fue de nuevo hacia Wei Ying. Su sufrimiento era demasiado, si esto no era obra de ese sujeto, entonces...

—¿Lo dedujo ya, maestro Lan?, dudo mucho que el maestro Wei resista más tiempo.

—Detenga esto.

—Yo lo desperté, es mío.

—...

—Y como tal, lo pondré a trabajar.

            ¡ghhhAAAAAAAAAAHHH!

—...

—Es un absurdo, maestro Lan, que usted no haya notado algo inusual en el maestro Wei cuando usted mismo podía verle la espalda.

—¡¿Qué ha hecho con él?!

—Abstengase de gritar, está perturbandolo.

—No quiero luchar, pero si tengo que hacerlo, lo haré.

—Y no lo dudo, pero, ¿Podrá resistir?

Apunté mi espada hacia él sin titubear.

—No, no, maestro Lan. Creo que ha malinterpretado las cosas, no soy yo contra quien luchara.

Mi mirada cayó en Wei Ying, nuevamente convertido en un zombie.

—No puede evitarlo, y lo sabe.

—Yo... yo lucharé contra él.

No quiero darle ninguna otra información.

—No soy estupido, maestro Lan, usted ya se enfrentó con el maestro Wei antes, de hecho, fue casi emocional de ver.

—...

—Quizás la segunda vez sea la última.

Y con esas palabras, Wei Ying corrió hacía mí.

No hay un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora