Capítulo 41

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-Un... ¿Un asesino?, usted... ¿Se da cuenta a quién está llamando asesino?, ¡Es el lider de nuestra... de la secta Jin!

Decir que se había alterado era poco. Dejo de estar cerca de nosotros al retroceder unos pasos hacía atrás. En su rostro no se ve decepción, sino más bien fue como si le hubiesemos insultado.

Nos quedo claro que nuestra palabra aquí no nos sería útil. Con su ayuda o no, iríamos a Lanling por nuestra cuenta. Sin embargo, puede que su anterior confesión fuera un error.

Mo Xuan Yu no sabe por qué iremos allá, entonces, ¿Por qué esos ojos solo nos observan como una amenaza?

-¡Respondan o solo asumire sus intenciones!

-Mo...

-¿Sí?, ¿Y qué harás?

-...

Wei Ying intentó acercarse a él, mas bloquee su paso con mi brazo, negando con la cabeza.

-Esto no cambia nada.

-... Tienes razón.

-¿Qué están hablando?, ¡¿Por qué no me explican nada?!

Lleno de impotencia, Mo Xuan Yu fue acercándose hasta donde Wei Ying le permitió. Ver la mano que lo alejaba de mí provocó que el muchacho empezara a temblar de rabia.

-... Ustedes se han burlado de mí... fui huesped de un par de bandidos que quieren hacer mal...

Con ambas manos en su rostro, se agachó frente a nosotros, negando una y otra vez.

Wei Ying simplemente se hizo a un lado y yo, al ver su rostro me di cuenta que no le haría nada, mi postura volvió a ser la de antes.

En Lanling nos espera una batalla, eso es algo que no se puede evitar. Jin Guang Yao hará lo imposible para salir airoso, incluso volver a manipular a Wei Ying.

¿Haría lo mismo con Jin Ling?, o, en este caso, ¿Mo Xuan Yu?

... Mi hermano no lo permitirá, y aunque desconozco su ubicación, si Jin Guang Yao requiere de su ayuda, él vendrá. Solo si escucha la verdad hay una posibilidad de un entendimiento.

Observando a Mo Xuan Yu, me doy cuenta de su miedo. Miedo de perder un hermano, aún si solo lo conoce por nombre.

Si Jing Guang Yao no escucha, tendremos que matarlo.

¿Es esa nuestra única solución?

Wei Ying... ¿Esa es tu solución?

-Lan Zhan, es mejor irnos.

Aún en conflicto, asentí, dándome la vuelta para dirigirme a la salida. Con Wei Ying siguiendome detrás, escuché un movimiento inesperado.

-¡No, no se vayan!

Alertado, miré hacía atrás, Mo Xuan Yu estaba aún de rodillas, pero sus manos habían agarrado una de las piernas de Wei Ying, atrapandolo por sorpresa.

-Mo Xuan Yu...

-No se vayan... no pueden irse...

Wei Ying apenas había registrado lo que estaba pasando, y, sin embargo, se hacía el desentendido, moviendo la pierna atrapada como si el muchacho no estuviera ahí.

-¡No, no!

Estaba tratando de no hacerle algo malo a Mo Xuan Yu, pero esa indiferencia que le daba solo lograba hacer las cosas peores. El muchacho solo gritaba, pidiendonos reconsiderar, si esto seguía, su madre podría despertar y eso complicaría las cosas.

No hay un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora