Capítulo 39

733 105 3
                                    

-Maestro... Wei.

Las manos que iban hacia él frenaron en el mismo instante que escuché esas palabras dirigirse a mí.

-... ¿Maestro...?

Queriendo callar esa voz, dejé que la rabia hablara más y, con ambas manos sujetando su camisa, lo levanté del suelo.

-Fue Lan Zhan quién te reveló eso, ¿Qué más te dijo?

-Yo... yo realmente no lo obligue a decirme nada... de verdad...

-¿Qué... más te dijo?

-¡...!

No estoy seguro qué clase de expresión estaba dándole, solo sabia que definitivamente estaba provocando terror en él, y eso era lo que más deseaba hacer ahora.

¿Por qué?... ¿Por qué a ti?

Temblando por todo ese torbellino de emociones que llegaban, dejé que se me escapara de mis manos. Incluso que se alejara un poco para que yo pudiera calmarme.

Él confió en Huai Sang y por eso le permitió ayudarnos.

A Yuan es solo un niño que necesita de sus padres, porque Lan Zhan lo ama como a su propio hijo y sabe que para mí es igual, quisimos seguir siendo parte de su vida.

Ahora Mo Xuan Yu... un completo extraño en nuestras vidas... ¿Y le revelas algo tan importante?, ¿Qué ha hecho él por ti?, ¿Qué harás sí algo malo te sucede por su culpa?

-¿Se encuentra bien?... ¿Hay algo que pueda hacer?

-Cállate... Cállate.

No quería oír su voz, no ahora. Me giré para evitar verlo, mi enojo ya era tal que apenas si podía controlar el deseo asesino en mí.

Le confiaste mi nombre, ¿Es qué deseas verlo de nuevo luego de que rescatemos a Jin Ling?, ¿Siquiera el rescate sigue dentro de tus planes?, ahora dices que quieres ayudar a este chico, ¿Te convertirás en su maestro?

Sí hasta te has quedado a dormir aquí en su casa, dejando que él pueda verte todo lo que desee...

Dejándome afuera esperándote como si fuera algo secundario en tu vida.

Apreté mis manos hasta hacerlos puños y, sin poderlo evitar, le di un puñetazo a la pared que tenía enfrente.

La pared crujió, provocando un ruido que terminó por despertar a Lan Zhan.

En la oscuridad lo escuché moverse, sus ojos buscaron encontrarse con otros, mas como me encontraba a sus espaldas al sentarse, los primeros que vio fueron los del muchacho.

-¿Qué sucedió?

-Ah, bueno, pues...

-Fui yo.

Dije sin querer retrasar más mi presencia dentro de la habitación, pero no me atreví a mirarlo a los ojos, aunque sabía que estaba ahora observandome.

-Wei Ying...

-Yo te desperté, lo s...

Me detuve ahí mismo, dándome cuenta de que, en verdad, no sentía haberlo despertado, ya no sabía lo que quería, solo que necesitaba descargarme con algo más que no fueran lágrimas.

-... Iré a mi habitación.

Sus pasos rapidos me dijeron que prácticamente había huido de la situación, y era para mejor... no quiero verlo más aquí...

Escuche otro sonido después, no tuve que voltear para sentir pasos detrás de mí, acercándose lentamente.

-Hay un agujero en la pared frente a ti.

No hay un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora