Capítulo 14

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—¿Wang Ji?

Voltee a mirar hacia otro lado con el corazón cauteloso. Confiaba en mi hermano mayor, pero él actuaría igual que los demás, trataría de detener a Wei Ying, y ahora aún más.

—... Conservarás a su hijo mientras aparezca, eso lo entiendo.

—... Hermano.

—Están haciendo un recuento de las victimas, me fui en la mitad a petición de nuestro tío, pero... ambas partes sufrimos perdidas muy grandes.

—No teniamos opción.

—Nadie la tuvo y siempre habrá alguien que recuerde todo y quiera revelarse una vez más.

—...

De la nada, sentí a mi hermano levantarse y al observarlo, pude ver que tenía su espada en la mano. Me tomó unos segundos para entender que era lo que había vuelto tan cauteloso cuando lo único que él veía era hacia la ventana.

Sin duda alguna, Wei Ying se veía desde varios tejados lejos del nuestro.

—El general fantasma.

Una vez esas palabras salieron de su boca, se preparo para salir por la ventana dispuesto a enfrentarlo.

—¡Hermano!

Pero él no se detuvo y salió volando de la habitación. Deje con cuidado a A Yuan en su cama y corrí hacia el marco de la ventana. Ya no podía utilizar la espada para movilizarme por los cielos, por lo que no me quedo más remedio que trepar desde este tejado hacia los siguientes.

Cada paso que daba, mi hermano más cerca estaba de Wei Ying, no importa cuanto le gritase que se detenga, yo ya no era importante.

¿Por qué se veía tan molesto?, él, al igual que muchos, desconfiaba de Wei Ying y temía a Wen Ning. En nuestra reciente conversación, sin embargo, parecía aceptar cada acción que había hecho, y a Wei Ying también...

—Ah.

Detuve mis pasos cuando ya no habían dudas en mi cabeza.

Él también quiere entregar a Wen Ning, y ahora que Wei Ying ya no es humano, haría lo mismo.

Bajé la mirada hacía mi espada, no tengo otra opción más que luchar contra él si no va a escucharme.

Volví a retomar mi seguimiento, ahora más resuelto que nunca.

Los localice en las afueras de la ciudad, seguramente Wei Ying no quería que mi hermano descubriera su identidad, pero si no lo veía y al huir de esa manera, definitivamente no frenaria a mi hermano de sus conclusiones.

Cuando ambos se detuvieron, guardando distancias entre los dos, me puse a caminar detrás de él para poder hablarle , pero éste habló primero.

—Entregate inmediatamente.

—...

Él no podía ver el rostro de Wei Ying debido a que él lo había hecho así al colocarse en las sombras de un árbol.

Wei Ying no dijo nada y en una fracción de segundos, nuestras miradas se conectaron.

—...

Mi hermano rompió ese momento.

—Tus crimenes son tan graves como los de tu maestro, te recomiendo que te entregues.

Con cada palabra se iba acercando más a él, pero Wei Ying no se movía, como procesando cada palabra dicha.

                   No, no lo hagas.

Trate de hacer que leyera mis labios, y aunque si me estaba mirando, sus ojos me decían que no escucharía de todas formas.

No hay un finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora