Capítulo 6

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El Lacerador me alcanza, una de sus patas me hace una herida en el estómago, habiendo roto antes mi camiseta. Después su pata me lanza por los aires y mi espalda impacta contra la pared fuertemente, dejándome casi sin respiración. Acabo en el suelo dolorida, el Lacerador se acerca muy rápido a mí, consigo esquivarle y me levanto del suelo. Corro y corro aunque la herida me arda y tenga ganas de desmayarme, al pie de uno de los muros veo un hueco hecho por enredaderas y no me lo pienso dos veces, me meto entre ellas y el Lacerador pasa de largo.

Decido que ese es un buen sitio para quedarme si quiero estar segura, después de la herida que tengo, no quiero encontrarme con otro Lacerador. Cierro los ojos queriendo irme de esta pesadilla, que se vaya lejos de mí, consigo dormirme y no tener ningún sueño que tenga que ver con salas blancas, luces azules y la mujer rubia.

Al día siguiente abro mis ojos y apenas me puedo mover, y mucho menos respirar. Escupo sangre cuando me siento dolorida, mi herida ha empeorado y sigue saliendo sangre de ella, al menos lo que no está roto de mi camiseta hace presión contra ella y no he logrado desangrarme.

Salgo lentamente de las enredaderas y miro a ambos lados del pasillo en el que estoy, pasillo que antes no estaba. Recuerdo que cada noche el Laberinto cambia, ¿cómo voy a llegar a la entrada de nuevo? Por suerte tengo un sentido de la orientación bastante bueno, pero extraño. Las puertas se están abriendo muy despacio y yo apenas me puedo mantener de pie, así que me apoyo en la pared de al lado.

Todos los Clarianos están reunidos en las puertas para esperar mi llegada, cuando me ven se asombran. Pero yo no puedo más y nada más salir del Laberinto, me caigo al suelo.

-Dios mío, llevarla a la enfermería- exige Chuck.

-¿Te ha hecho esto un Lacerador?- pregunta Alby.

-No me jodas Alby, la destierras en el Laberinto y preguntas eso tío- dice Minho, sé que no quiere faltarle el respeto a Alby, pero está frustrado con su decisión.

Dos chicos me llevan a la enfermería con preocupación, los demás Clarianos me miran con expectación, pocos de ellos preocupados. Me curan la herida en poco tiempo, duele mucho cuando lo hacen y mis gritos se escuchan por todo el Claro.

-Anoche escuchamos tu grito y pensamos que ya habías muerto, novata- dice uno de los dos chicos que me han llevado a la cabaña que hace de enfermería.

-Supongo que mis gritos no son buenas noticias- respondo, me ayudan a sentarme.

-No te muevas mucho verducha, ya has perdido mucha sangre- dice Alby entrando a la enfermería, mira a los chicos y sin decir nada, ellos salen de la cabaña.

-Gracias

-¿Por qué?- me pregunta sentándose en una silla frente a mí.

-Por joderme la vida chaval, te crees el rey del mundo por haber llegado el primero aquí pero solo eres uno más

-No me faltes el respeto

-¿Ves? A eso es a lo que me refiero, te crees más que ninguno de los que estamos aquí y sin embargo podríamos hacer lo mismo que tú

-Lo siento, ¿vale? Siento querer tener un órden aquí dentro para que nada se vaya a la mierda. Todo lo que has visto desde que llegaste son años de trabajo, años que has desperdiciado en tan solo unos segundos. Los chicos están dispersos, solo piensan en ti, en por qué narices estás aquí y en por qué eres la única chica. ¿Ya entiendes por qué los Clarianos te apartaron así del Laberinto?

-Sí, lo entiendo, pero no entiendo por qué tuvieron que ser tan animales, con un poco de suavidad y sobre todo palabras, podría haber retrocedido sin que ningún payaso como Gally me diga cosas tan desagradables. Y sobre todo no entiendo por qué me echas la culpa de que tus Clarianos estén dispersos

-Eres la única persona de aquí dentro que ha sobrevivido una noche en el Laberinto, los nombres que viste tachados en la pared son los que han muerto ahí dentro devorados o picados por un Lacerador. Están confusos, nunca han visto algo así

-Pues no es mi culpa que sepa cuidarme yo solita, tampoco es mi culpa que se comporten así, sinceramente me da igual lo que hagan

-Así nunca conseguirás ser una más

-Me da igual, ¿no te das cuenta? Solo quiero salir de aquí y no volveros a ver de nuevo en todo lo que me queda de vida

-Que será poca si no cumples las reglas

-Las reglas para mí son absurdas, eres un buen líder pero a veces te dejas llevar por lo que la gente quiere y no por lo que tú quieres, porque ambos sabemos que no querías dejarme entrar ahí dentro

-Mira, es fácil y sencillo, si te quieres quedar aquí por tu bien, te aconsejo que cumplas las únicas reglas que hay, y si no, no podrás sobrevivir una noche más en el Laberinto

A lo mejor tiene razón y tengo que dejar de ser menos brusca, respetar las reglas no puede ser tan difícil, pero es imposible no poder saltarse la de insultar a los Clarianos, la mayoría son idiotas.

-Empecemos de nuevo, ¿vale? Soy Alby- alarga su mano hacia mí y la miro, suspiro y la cojo.

-Soy Blue, estoy encantada de estar aquí- ruedo los ojos y me rindo, puede que los Clarianos no me vuelvan a hablar o incluso a mirar, sé que si antes era difícil integrarse, ahora lo será el doble. Pero como siempre, habrá que luchar y sobre todo sobrevivir.

The Maze Runner (Newt y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora