The Maze Runner (Newt y tú)

Capítulo 9

Me derrumbo en sus brazos, le abrazo con fuerza sin importar quién es, lloro, no paro de soltar lágrimas y mi cuerpo tiembla representando el miedo que tengo.

-Tranquila, ya está- Newt me acaricia el pelo suavemente.

-Ha sido horrible- consigo decir.

-Respira- me dice Minho, le miro a los ojos y respiro más despacio, pero no suelto a Newt ni un segundo.

-Todos ellos son horribles, pueden controlar mi mente cuando quieran y hacerme sufrir

Nadie sabe qué decir, Newt me sigue acariciando el pelo, y yo decido callarme. Segundos largos después, Newt me ayuda a levantarme.

-Duerme en mi cama lo que queda de noche- me ofrece Newt, estoy demasiado asustada como para pensar en lo amable que está siendo conmigo.

Sin decir nada más y con la mirada de todos los Clarianos presentes, me tumbo en la cama, pero no cierro los ojos de nuevo. A Newt y a mí nos separa una almohada. No vuelvo a dormir, simplemente no quiero volver a cerrar los ojos para que vuelvan a torturarme.

En la mañana temprano, los corredores salen al Laberinto, y todos salimos de las cabañas.

-Buenos días chicos, todos a sus puestos- dice Alby una vez estamos fuera, cuando su mirada cae sobre mí se acerca.

-¿Qué pasó anoche?- pregunta Alby, Newt está a mi lado.

-De nuevo me han hecho daño

-¿No has dormido nada verdad?

-No importa, estoy bien, quiero trabajar- Alby parece creérselo, ya que se va segundos después.

-¿Estás bien? Ayer nos asustaste bastante con tus gritos, primero despertaste a Chuck con tus movimientos

-Sí, lo siento mucho por eso, si pudiera controlarlo te juro que lo pararía y...

-Tranquila, no te estoy reprochando para que pidas perdón, no se le puede hacer nada a lo que te ha pasado. Ahora a trabajar verducha, ayuda a los demás a secar las hamacas- no me lo dice de una manera brusca, ni agresiva, y eso me parece increíble.

Voy con algunos de los Clarianos, pero en cuanto me ven se apartan con miedo.

-No es un Lacerador, podéis estar tranquilos- dice Chuck ayudándome.

-Déjalo Chuck- descolgamos una hamaca y la ponemos al sol con las demás- Siento lo de anoche

-No te disculpes por algo así, tú no decides lo que sueñas- sonrío.

Durante toda la mañana hacemos lo imposible para que las hamacas se sequen y lo logramos por suerte, aunque los Clarianos sigan manteniendo cierta distancia conmigo.

-Hora de comer- grita Fritanga, pero no quiero comer nada, así que para evitar molestar, me voy hacia el bosque sola. Segundos después escucho pisadas y me pongo alerta, pero solo es Jack.

-Hola, ¿no vas a comer?- trae su comida y se sienta a mi lado.

-No tengo hambre- digo sin ganas, jugando con mis uñas.

-¿Qué te pasa?

-Nada importante, puedes estar tranquilo- sonrío falsamente.

-Vamos, conmigo no tienes que mentir

-No miento, es la verdad. Son los sueños, más bien pesadillas, que tengo, pero no te preocupes

Come en silencio, yo juego con la hierba del suelo.

-No debéis estar aquí, hay que trabajar- dice Newt apareciendo de la nada.

Nos levantamos sin decir nada y volvemos al Claro, los Clarianos siguen mirándome mal y apartándose cuando me acerco. Suspiro y me toca ir a la enfermería, ahí está Clint. Al verme, se asusta y se aparta un poco.

-No voy a comerte, tranquilo- digo molesta, manteniendo todo el rato la distancia me enseña dónde se encuentra todo y cómo tengo que curar heridas.

Al anochecer llega Ben a la enfermería, se ha caído y tiene una herida en la rodilla.

-¿Qué te ha pasado?- pregunto mirándole preocupada.

-Me he tropezado con una enredadera en el Laberinto- se queja, se sienta en la camilla y le curo la herida. No es tan difícil, y es lo más fácil que he hecho hasta ahora, pero todavía tengo que encontrar mi trabajo.

-Muy bien verducha, a lo mejor este es tu trabajo- dice Alby en la puerta de la enfermería, yo le sonrío- ¿Estás bien? No tienes muy buena cara

-Sí, no he dormido mucho esta noche por...- me callo ya que Alby pilla lo que digo a la primera.

-Es la hora de la cena, venga- nos anuncia, Clint, Ben y yo salimos y vamos junto a Alby con los demás. Cojo una mísera manzana y me la como, cuando me siento en un tronco, los demás Clarianos se sientan en otro.

Mi cara lo dice todo cuando lo hacen, pero decido no hacer caso. Minho se sienta a mi lado.

-Hola- me saluda.

-Hola, ¿qué tal hoy en el Laberinto? ¿Algo nuevo?

-No, ha ido como siempre salvo por la caída de Ben, hemos ido más lentos por ayudarle

-Bueno, sois buenos corredores, seguro que encontrais algo pronto

-Hay muchos que van perdiendo la esperanza poco a poco

-Espero que tú no, seguro que si les subes el ánimo seguirán con esa esperanza

Sonríe y sigue comiendo, yo termino mi manzana.

-Verducha, es hora de que pongas tu nombre en el muro- Alby me da un cuchillo e inmediatamente, los Clarianos se asustan. Me siento confusa, pero les ignoro con dolor. Cojo el cuchillo y voy con Alby hacia la pared, escribo mi nombre.

-¿Los nombres que están tachados...?

-Son los que ya no están aquí, los que han sido desterrados o han muerto por alguna razón

-Hace mucho que estás aquí, ¿verdad?- le pregunto al ver tantos nombres en la pared.

-Sí- mi mirada cae en el nombre de Newt.

-¿Por qué Newt es así?

-Es difícil para él y para todos que seas la única chica

-¿Y para mí no lo es?

-También, pero todos estamos confusos, no sabemos exactamente lo que pasa

Después de esa charla y de poner mi nombre en el muro, volvemos con los demás. Me da vergüenza mirar a la cara a Newt por lo de anoche, mi actitud con él como si fuéramos íntimos amigos se me descontroló.

Aquella noche no dormí, con el miedo de que al cerrar los ojos, las imágenes de siempre volvieran a aparecer.