27. ¿Feliz cumpleaños?

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HOLAAAA
Antes que nada quería decirles que empezaré a subir capítulos semanalmente y ya no diariamente porque ya acabé de subir los capítulos borrados. Gracias a esas personitas que se quedaron en todo el reinicio del libro. Besos.

Mi cumpleaños me gustaba hasta que cumplí 10 años. Probablemente porque recibía una tarjeta con dinero, o tal vez porque en vez de comprar sólo un pastel de cumpleaños, compraban dos. Uno de chocolate para mi, y uno de fresa para mi hermana.

Eran las ventajas de tener una hermana gemela; para las reuniones de cumpleaños que teníamos, recibíamos el mismo regalo, de un color suave y pastel para ella y para mi de colores oscuros y fuertes, la comida era el doble de la normal y jamás habíamos recibido un regalo que ambas compartimos, pues teníamos gustos totalmente distintos. Recuerdo que para nuestro octavo cumpleaños recibimos bicicletas, ella tenía una violeta con pegatinas de Barbie y brillos por todos lados. Yo recibí una negra con rojo, llena de pegatinas de fuego y súper héroes. No podía quejarme, amaba mi regalo, sin importar los raspones y heridas que tuvimos al hacer carreras.

Pero esa alegría se fue apagando poco a poco; mis cumpleaños no tenían sentido sin mi otra mitad.

Había pedido el día libre, iría a la casa de Jack y tendríamos una noche de «perras con glamour» como solía decir él, junto a Jas. Lo que podía rescatar de esas «reuniones» que teníamos, era que al otro día teníamos el rostro tan suave como el trasero de un bebé de dos meses, además de los tratamientos capilares que nos hacía Jack.

La universidad seguía siendo un martirio, asistía en las mañanas, mientras los demonios iban a la escuela y hacia los deberes por las noches, cuando dormían. Si todo salía bien, me graduaría en seis meses.

Lo único bueno esa mañana, fue ver el espléndido video de Louis Tomlinson, si que se lució con Walls. Me dio la energía necesaria para levantarme y tomar un baño.

Eran al rededor de las 8 de la mañana, la casa estaba en total silencio, era de esperarse, los demonios dormían hasta las 9 los domingos. Mi plan era salir de la casa/mansión a hurtadillas para no despertar a nadie, comprar flores y dirigirme al cementerio. Necesitaba un día para mi misma, un día de relajación y no ver a nadie, no escuchar a nadie y solo tener charlas con mi mini Anne interior.

Giré el pomo de la puerta y al momento de abrir la puerta, al rededor de 20 globos de colores cayeron sobre mi cabeza. A la derecha del pasillo se encontraban Elena y Catalina sosteniendo un cartel que decía «Felices 22 años a la mejor niñera» con letras cursivas y glitter fucsia por todos lados, más abajo decía «Let's have another toast to the girl almighty». Por la izquierda estaban Bob y Matt sosteniendo un pastel de chocolate con velitas con forma de 22 y una con las iniciales de One Direction, «1D». Al medio de ellos estaba Tom con una cajita en manos.

—¡Feliz cumpleaños!—vociferaron los cinco al unísono.

—Tuvimos que averiguar sobre la banda que te gusta, y a decir verdad no está para nada mal.

El corazón comenzó a latirme rápido y no pude evitar que mis ojos salpicaran una que otra lágrima. Jamás pensé que llegaría a ganarme el cariño de estos mocosos y su caliente hermano mayor.

—Ay, Dios—limpié mis lágrimas—. Muchas gracias, chicos, yo...

—No tienes que agradecernos, Anne—indicó Bob—. Te queremos mucho y esto es una pequeña muestra de todo lo que te daremos.

La ironía en su voz me dio a entender que estaban tramando alguna sorpresa, y no de las buenas. Tratándose de esos engendros, lo mínimo que se podía esperar con la palabra «sorpresa» era una avalancha de polvo pica pica en mi almohada.

Del Amor a la Fama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora