Del Amor a la Fama.

35. Novia falsa

—No, no, y no—negó Tom—. No va a pasar.

Rodeó a Ernesto y Tyler, fue hasta el otro extremo de la habitación, se sentó con los brazos cruzados, viendo con perfidia a sus mecenas.

—¿Qué tengo de malo?—era mi turno de hablar con cólera.

—No hay nada de malo en ti, cariño—se apresuró a decir Tyler.

—¿Entonces?

Luego de la espléndida semana que habíamos pasado libres de trabajo y preocupaciones, nos reunieron de vuelta en los habientes del show para comunicarnos que Tom debía tener una «novia para las cámaras», ambos pensábamos que hablaban de mi, pero no que estuvieran refiriéndose a contratar una novia falsa.

Quiero decir, claro que estaba molesta. No iba a negar el hecho que no era la mujer más hermosa del planeta, con una cintura de avispa y piernas capaces de detener un tren en marcha, tampoco era muy delicada y graciosa, como una muchachita de dos siglos atrás. Pero, ¿contratar una novia falsa?, ¿en serio?.

—Absolutamente todas las estrellas de cine, cantantes, modelos, intérpretes—Ernesto empezó a enumerar con sus dedos lo que nombraba—, todos ellos tienen una pareja oculta. Es parte de todo este mundo; hay famosos que son homosexuales y tiene un contrato figurando con una pareja de su sexo opuesto—Larry—, y aún así mantienen una vida amorosa secreta.

—Ya, pero Tom no es homosexual.

Ernesto bufó exasperado.

—Anne, en serio te queremos mucho, en todo este tiempo que empezamos a trabajar juntos, te ganaste un lugar en nuestros corazones—crucé mis brazos sobre mi pecho—; y te aseguro que todo esto nos duele más a nosotros que a ustedes. Pero las cosas son así, los espectadores estarán más felices si ven a Legsbell saliendo con una chica famosa, piénsalo, ganaría más fama y le iría mejor.

—¿Y si decimos que estoy soltero?—lo fulminé con la mirada—. No quiero estar abrazando a otra persona que no seas tú.

Reprimí las ganas de decirle que guardara su cursilería para ocasiones diferentes.

—Se la estamos poniendo fácil—agregó Ernesto—, la mayoría de los patrocinadores se negaron rotundamente a su relación, querían que terminaran a la fuerza. Tuvimos que inventar que rompieron durante la gira.

Sentí un nudo en mi garganta, ¿terminar a la fuerza?, ni si quiera podía imaginarme la cantidad de relaciones que acabaron a causa de esto. No iba a pasar con Tom y yo, no con nosotros.

—Tom, faltan diez minutos para tu entrenamiento—Tyler tomó su bolso deportivo—, vámonos.

Sus horarios también eran cada vez más estrictos, y ni hablar de sus dietas. Ya ni siquiera podía disfrutar de una buena hamburguesa cargada de grasa sin que Tom estuviera viéndome con ojos de cachorro.

Pensándolo bien, estaba sacrificando muchas cosas por él.

—Está tarde vendrán algunas modelos, mientras más rápido anúncienos tu noviazgo, mejor.

Y yo había pensado que el mundo de la fama sólo se sostenía de poner una cara bonita ante las cámaras y disfrutar del buen varo.

Al menos tenía el día para mi sola, Jas había viajado a visitar a su familia, y Jack se tomó algunos días más para «despejar» su, como él llamaba, brillante mente homosexual.