15. Disculpas

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El día pasó relativamente normal; en la universidad no recibí más que preguntas sobre mi brazo, algunos regaños y golpes de Jas por no haber seguido sus pasos para cocinar. Y esta vez Jack dejó comida en el microondas.

Ya era de noche y estaba en la casa/mansión de los Campbell, estábamos todos en la mesa que había en el porche jugando Uno. La brisa fresca de la noche nos refrescaba y podíamos ver desde donde estábamos como algunas hojas y semillas de los inmensos árboles de la casa/mansión caían a su enorme piscina.

Habíamos empezado el juego apostando 10 billetes. La mesa era circular y el orden de los jugadores iba así: Cat, Bob, Elena, Matt y yo. Todos estábamos intentando tapar la baraja de cartas que teníamos en la mano, a pesar de que estábamos jugando una «ronda amistosa», todos parecíamos odiarnos y sin importar cómo nos lleváramos, queríamos ganar.

—Me toca—indicó Bob después de que Cat pusiera tres cartas en el centro—.Hmm—movió sus labios a un lado y puso tres cartas ordenas pulcramente por color, terminando con una amarilla encima.

—Es mi turno—Elena se puso el cabello a un lado de sus hombros y puso dos cartas, dejando una de color azul al principio—. Me quedan cuatro cartas y se que voy a ganar—aunque fuera una niña que aún cree que es la reina de la nación, era demasiado competitiva para su edad, y sin duda estaba ganando, solo le quedaban tres cartas, y a la mayoría de nosotros nos quedaban más de siete o seis cartas.

—Eso ya lo veremos, querida—Matt la fulminó con la mirada—, me toca—puso dos cartas dejando una verde al inicio—. Es tu turno, amor—me miró y parpadeó varias veces. Rodé los ojos y pateé su tobillo por debajo de la mesa—. ¡Auh!

Miré mi baraja de cartas y solo tenía tres cartas verdes.

—Lo siento, Cat—puse las cartas verdes que decía que se aumenta dos cartas al jugador siguiente, haciendo un total de seis cartas más para Cat. Me fulminó con la mirada y después de revisar su baraja sonrió falsamente.

—No te preocupes, más diez—puso dos cartas de las mismas que yo puse y le aumentó diez cartas a Bob.

—Más dieciséis—lanzó tres cartas iguales y esperó el turno de Elena.

—Más veinte—puso otras dos cartas y todos reímos al ver la cara de disgusto de Matt.

—Mierda—susurró y se aumentó veinte cartas. Iba a perder, era más que obvio—. Pero qué tengo aquí...—sonrío malvadamente al ver las nuevas cartas que tenía—. La venganza es dulce—dicho esto, lanzó dos cartas amarillas con un número cero. Lo que significaba que teníamos que cambiar de cartas dos veces y las más alterada fue Cat, porque todas las cartas de Matt iban a ir para ella.

Todos nos quedamos boquiabiertos y enfadados por lo que el pequeño alcornoque hizo.

—¡TE VOY A METER TUS CARTAS POR EL..!

—¡CATALINA!—silencié antes de que hubiese dicho algo peor. Todos rieron e incluso se agarraron el estómago por las carcajadas.

(...)

—Esto es increíble—bufó Matt al ver cómo Elena contaba el dinero.

Así es, ella había ganado.

Tres veces.

—¡La cena ya está lista!—gritó la señora que se encargaba de la cocina de la casa/mansión.

—Genial. ¿Siguen comiendo ensaladas?—Cat rodó los ojos y se levantó de la mesa.

—Al parecer.

Entramos al comedor y cenamos una ensalada realmente deliciosa, tenía espinacas, manzana verde y salsa de mostaza y miel. Manteníamos una charla algo agradable sobre la escuela; tal y como parecía Cat era la más popular, Matt era el más cotizado, Bob el segundo mejor de toda la escuela y Elena la "princesa" de su clase. Sin embargo, acordamos que la escuela era algo aburrido y que los maestros disfrutan ver a sus alumnos trasnochados por los insufribles trabajos.

Del Amor a la Fama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora