Oh pequeño te haré ver las estrellas de placer
Te llevaré nuevamente al paraíso que incluso desearas ver a los Ángeles cantar.
Te llevaré a Hong Kong y cumplirás todos tus deseos.
Haré que sólo me necesites a mi, te haré sentir nuevamente como un vi...
La semana de la cabaña había pasado. De la misma manera en la que habían viajado, de la misma manera regresaron. Con un Hyunjin cansado y dormido estaban de regreso a sus respectivos hogares.
Jungkook miraba por la ventana el paisaje, los árboles espesos y con un fuerte viento acompañando el camino.
Cuando dejaron al niño de primero los hermanos Jeon volvieron a su hogar.
Entonces después de esa larga semana él y sus compañeros estaban en sus asientos, entregando su informe.
La clase de labor social había pasado y ellos estaban en el salón de actos.
Su maestro explicaba cada dinámica. El aburrimiento aumentaba a su mal humor, el aburrimiento alimentaba la mala gana de hacer las cosas.
Después de todo no tenía nada más que hacer que escribir las notas del pizarrón.
Después de (aproximadamente) unos veinte minutos toca el timbre de receso. Recoge sus cosas guardando en su maleta.
Caminando por los pasillos dirigiéndose a la cafetería.
Con su charola de comida se sienta en una mesa y saca su laptop para seguir con su ensayo de literatura.
Así que, él estaba ahí, media hora en su ensayo, media hora de tranquilidad, donde nadie interrumpía su mente.
Eso hasta que él chico rubio y piel canela se sentó a su lado, con su gran sonrisa plasmada en ese bello rostro.
Jungkook le regresa a ver, su mirada seria y después alzando sus cejas.
-¿Deseas algo?-. Pregunta sin emoción, volviendo a escribir en su laptop.
-Si-. Responde, jala la silla quedando muy cerca del castaño. Él menor mira con molestia y jala su silla separándose de Taehyung.
-¿Qué?-. Vuelve a preguntar.
-¿Qué harás más tarde?-. Le pregunta un poco nervioso, sus dedos jugando con el bolígrafo que estaba encima de la mesa.
-No puedo-. Responde con su mirada en la pantalla de la computadora.
-Aun no he dicho lo que tenía planeado-. Se queja y deja el bolígrafo en su puesto.
-No es el plan, es la persona-. Dice con un tono de broma y Taehyung le mira ofendido.
-Solo será una hora-. Intenta persuadirlo.
-Esa hora se convertirá en toda la tarde-. Responde.
-Taehyung oppa-. Una chica de baja estatura cabello corto azabache, le mira atenta, interrumpiendo la conversa de ambos chicos. -Esta tarde dijo que iría conmigo-. Su voz chillona un poco dulce hace que Jungkook le regresa a ver, a ella y al rubio, con un poco de incomodidad vuelve su vista a la computadora. -Mis padres no estarán tal ves podríamos...-. Con su dedo acaricia el antebrazo del rubio. Tanto Jungkook como Taehyung pudieron entender el doble sentido en sus palabras. Taehyung con una sonrisa pícara y regresando ver al menor asiente.
-Por supuesto-. Se acomoda quedando enfrente de la chica. -¿Cuantas horas de felicidad quieres?-. Las pequeñas risas de Jungkook hace que la chica junte sus cejas y Taehyung le regrese a ver. -Una, dos, o tal ves más-. Mira con picardía a la chica y está suelta una sonrisa tímida. Las risas de Jungkook se hicieron más fuertes y la chica le mira con irritación.
-Oh vamos Taehyung-. Intenta tranquilizar sus risas. -No duras ni medio minuto y quieres dos horas-. Indica dos dedos y mira a la chica, la cual está confusa. -Pobre niña-. Hace un puchero. -La dejarás con ganas-. Cierra la pantalla de su computadora.
-¿Tu como sabes?-. Pregunta molesta y Jungkook sonríe de lado.
-Bueno...-. Se acerca al rubio y mira de arriba a bajo para después morder su labio inferior. -No da mucho-. Se aleja y toma un poco del zumo de mora.
-En serio creí que eras hetero-. Se levanta y deja al rubio sin palabras.
-Tú...-. Taehyung señala al castaño y este le mira con un brillo en los ojos.
-¿Yo que? Ella tiene la culpa no yo. Ella rechazo acostarse contigo por tener dos gustos-. Se levanta con su laptop en mano, el peso de Taehyung lo atrapa entre la mesa y el pecho del rubio.
-Ya que ahuyentaste a esa niña y la necesitaba está tarde, tendré que hacerlo contigo-. Con sus dedos sostiene el mentón del menor.
-Me encantaria-. Lame sus labios y una sonrisa surca de sus labios. -Pero no puedo-. Eleva su mano y acaricia su cuello. -Esta tarde saldré con JB hyung-.
-Dijiste que lo dejarías claro-. Ejerce fuerza en el agarre del mentón.
-No, sabes que no-. Se acerca mas al rubio. -Unicamente me refería a Hyunjin. Tu tenías una cita con esa niña y yo con JB. Así que JB hyung es tema aparte. Después de todo no hay mucha diferencia entre las dos citas.
-Jungkook-. Advierte.
-Taehyung-. Suelta dulce. Mira a un lado, la prima de la extranjera los veía desde donde estaba, a un lado con la incertidumbre de acercarse o no a ellos. Con una sonrisa tierna, esa sonrisa que sólo Taehyung podía descifrar, esa sonrisa, no era de ternura. -Creo que...-. Se acerca a los labios del más alto. -Alguien te espera, cariño-. Deja un pequeño beso en sus labios a lo que Taehyung no reacciona rápido. -Te veo luego amor-. Intenta alejarse la mano del rubio lo atrae de nuevo y lo besa, lento, despacio, y brusco, mordiendo el labio inferior del castaño.
-Por supuesto que si, cariño-. Guiña uno de sus ojos y deja libre al castaño. Jungkook suelta una risita y camina.
Los murmullos en cafetería se hicieron más ruidosos.
Con Jungkook caminando saliendo de la cafetería, Hyunjin y Evy lo siguen.
Taehyung sintiendo preocupación por la chica y a la vez celos por el niño de primero.
-Ese niño-. Susurra.
-¿Hyunjin?-. Escucha la voz de su amigo. Y el rubio asiente. -¿No lo sabes?-. Pregunta Yoongi viendo como el rubio niega.
-Jungkook y los demás les enseñan a bailar-. Se sienta en la mesa donde antes estaba Jungkook. -Creí que Hoseok te lo dijo-. Taehyun niega.
Después de todo Jungkook le dijo que no quería al niño de primero, con suerte pero a la vez se sentía inseguro.
JB era otro problema. No debería sentirse así. Jungkook era diferente, era alguien de doble filo se lo decía una mil veces, pero se mostraba sincero con la persona que realmente ama. Es diferente a los demás.
Si era así Jungkook sólo estaría jugando, o vengandose, las dos eran más certeras.
También no podía hacer sus movimientos; Evy era ese otro problema que no podía resolver de la noche a la mañana. Esa arpía disfrazada de un conejo inocente, una parte mas de los engaños hacia ella misma.
Entonces tenía que descubrir todo, sea arriesgando todo o nada, para que su padre e incluso el mismo no caiga en la red de esa serpiente disfrazada de Ángel.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
