"¿Por qué bailas?"
"¿Qué te motiva?"
"¿Puedes sentir que tú sola presencia es magia?"
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Jungkook es un estudiante de danza, sus aspiraciones y sueños habían decaído gracias al rechazo que sentía.
Jimin es...
Esas eran las tres palabras que Jimin escuchó antes de salir al escenario, estaba tan abatido, su cabeza le empezaba a dar vueltas, tenía alguno que otro ataque de nervios, sabía que podía llegar a tener un ataque de pánico si seguía así, debía calmarse y respirar, él lo sabía, tomaba aire y lo sacaba por su boca, se conocía, debía tranquilizarse, más ahora que se sentía vulnerable, él lo sabía desde el primer momento que vio a Jungkook bailar de una forma que nunca lo había visto, había sentido sus ojos llenarse de lágrimas él vió el talento nato de Jungkook en primera fila y ahora ese chico le había dicho que lucharía por él. Cuando él se encontraba demasiado asustado por ello, llegó al centro del escenario y vio a toda la multitud.
Su traje blanco, la canción I Need U empezó, era un sonido de piano, arpas y violín, respiró profundo realmente esperaba parar sus nervios, pero le era imposible, cuando Jeon Jungkook no le quitaba la mirada de encima.
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Jungkook lo observó, recordó aquel baile de aquella tarde, sobre el ocaso, su corazón empezó a latir más rápido de lo que sentía, su mente flotaba con solo verlo, había olvidado aquel perfecto ángel, y ahora había olvidado a respirar.
Jimin saltaba, ¿no tendrá escondido algún par de alas? Para Jungkook, Jimin era un ser perfecto de luz, pero ahora sentía tanto dolor, cuando lo vio detenerse, notó un cambio en su pequeño ángel, él estaba temblando, y lo notaba cansado, su baile que siempre había sido lleno de pasión ahora era melancólico y se le observaba muy cansado.
Vio que perdió levemente el equilibrio y él no dudó en acercarse un poco, pero al verlo recuperándose se detuvo ahí, su preocupación estaba a mil, se preguntaba que era aquello que tomó Jimin antes de salir al escenario ¿por qué pastillas? él necesitaba respuestas, sea de Jimin o de Somi.
Al notar que pequeño ángel terminaba, lo vio alejarse del ojo público, cuando se acercó a Jungkook, sus piernas simplemente no daban para más, su cuerpo empezó a descender al suelo, cuando Jungkook llegó y lo tomó del brazo.
—¡Jimin! — exclamó al tomarlo, vio como el bailarín abrió lentamente sus ojos.
Jungkook
—¿Jungko..ok?— preguntó en un susurró
—¿Estas bien, cómo te sientes?— pregunté preocupado, ví que sudaba demasiado, puse mi mano en su frente, me sorprendí —Jimin, tienes fiebre— comenté.
—Yo...yo sólo necesito ir a mi...camerino— decía muy pausadamente no evitando sentir la preocupación.
—Te llevaré— de inmediato, con mi mano derecha asegure el agarré en su costado, y con mi otra mano libre la usé para alzarle de las piernas, sabía que era algo muy comprometedor cargarlo como una entrada nupcial de una pareja de casados en su nueva casa, pero este no era el caso.
—¡Jungkook!— exclamó de nuevo al aferrarse a mi cuello avergonzado —¿qué estas...haciendo?
—Te llevaré a tu camerino— dije firme, lo sentía muy pequeño, muy delgado, en tan pocos días, pero no sabía cuanto era su peso realmente; ¿eran solo ideas mías?
—Todos nos están viendo— susurró en mi oído, gire a ver y confirme, tanto mis compañeros como competidores nos veían, algunos empezaron a comentarlo mientras nos observaban.
—Tranquilo, aquí estoy pequeño mochi— dije calmado, no me importaba, ya no más.
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