Mientras Llueve *(Edward Cullen)* [TERMINADA]

Capítulo 4: Comienzos.

Capítulo 4: Comienzos.

[Narra TN____________ ]

Intenté abrir mis ojos sin mucha suerte, la noche anterior me costó conseguir dormirme, los froté lentamente y poco a poco pude conseguir ver alrededor. Miré la hora en el móvil y me sorprendí al ver que eran las 6:40, ni quiera había sonado la alarma y ya estaba despierta.

"Menudo ritmo...Espero descansar mejor cuando pasen unos días..." pensé.

Puse algo de música y me coloqué los auriculares. De esa forma me entretendría un poco. Comencé con escoger la ropa, nada demasiado arreglado ni demasiado informal. Alice era una chica con gusto y quería causarle buena impresión después de que el día anterior me viera con ropa deportiva de estar en casa, que más se parecía a un pijama que a lo que realmente era.

Ya vestida y aseada bajé a desayunar, y me encontré a mi madre sentada frente al ordenador.

-Buenos días mamá, ¿ya estás despierta? - me acerqué a ella para darle un beso en la mejilla y vi que lo que hacía era investigar tiendas de muebles y decoración en el pueblo. - Imagino que esto será para lo de Esme, ¿no?

-Buenos días hija, sí, estaba tan emocionada que casi no dormí, y después de que se fuera tu padre me puse con ello. Esme tiene muy buenas ideas, estoy deseando ver su casa. De hecho, el fin de semana nos han invitado a tomar algo la tarde del sábado, de forma informal, para ver la casa y empezar cuanto antes con las zonas que le interesa cambiar.

-Suerte mamá, yo voy a coger algo y me como por el camino. - dije mientras cogía un paquete de galletas y un batido. - Papá podría haberme llevado, ni siquiera sé si hay autobús. - refunfuñé.

-Pensó que te avergonzarías si te veían llegar con él. Habladlo luego, no te preocupes. Ánimo hija. - dijo mi madre con una gran sonrisa en su cara, en la que se apreciaban unas considerables ojeras.

Y al salir por la puerta vi un coche aparcado en la puerta, me acerqué disimuladamente cuando pitó y me sobresalté.

-¡TN______________! Sube que vamos a llegar tarde.

Era Alice, había tenido el detalle de pasar por mí por si no tenía forma de ir. Estuvimos charlando por el camino. Me confirmó que había autobús escolar pero no pasaba por mi zona, y ella se ofreció a pasar por mí todos los días, intenté negarme amablemente, pero fue imposible. También me explicó que sus hermanos no son hermanos de sangre, si no que sus padres los habían acogido y por casualidad se habían enamorado algunos de ellos, me habló de Jasper y vi el brillo en sus ojos, eso era amor. Un amor que yo aún no había sentido, pero deseaba con todo mi corazón conocer algún día. Mientras esos pensamientos rondaban mi mente, vi una sonrisa pícara en la cara de mi nueva amiga. ¿Casualidad?

Las primeras horas de la mañana transcurrieron bastante bien, en clase me tocó sentarme en una mesa vacía ya que mi supuesto compañero llevaba semanas sin ir.

Llegó la hora del almuerzo, entré a la cafetería y después de llenar mi bandeja sin control, vi a Alice ya sentada en una mesa al fondo, la acompañaban un chico rubio, que por la descripción que me dio en el coche imaginé que sería Jasper, una chica rubia de pelo largo con semblante serio y un chico de pelo corto moreno que parecía divertirse con la situación.

Cuando estaba bastante cerca Alice se giró y me invitó a sentarme con ellos.

-Así que tú eres TN________, encantado, soy Jasper. - se presentó el rubio que al tratar de darle dos besos se echó hacia atrás con cara asustada.

-Jasper, tranquilo que es su forma de saludar. - dijo su novia, divertida ante la situación.

-Encantado, soy Emmett. - este sí me dio dos besos sin esperarlo, y ante la seria mirada de la rubia.

-Rosalie. - dijo esta última sin siquiera tender su mano.

-Encantada. - respondí sin saber muy bien cómo actuar.

-Es su forma de ser, no te preocupes. -dijo la morena de pelo corto tocando el asiento al lado suyo para que me sentara. De verdad que eran tan peculiares como me había contado.

Me quedé mirando la mesa, era la única con una bandeja de comida, y encima hasta arriba de comida. Alice se dio cuenta de cómo miraba de reojo la mesa y mi bandeja.

-No te preocupes por nosotros, come tranquila. Es solo que tenemos otros hábitos de alimentación. Y a esta hora no estamos acostumbrados a comer. - explicó riéndose.

Decidí cambiar de tema al ver el semblante incomodo de Jasper.

-Creo que me dijiste que erais cinco, ¿puede ser? - pregunté.

-Ah sí, nuestro pesimista hermanito. Se llama Edward, y está en tu clase. - dijo antes de que le interrumpiera.

-¿No me digas que es mi compañero de mesa que lleva sin aparecer semanas?

-Sí, tuvo una mala experiencia y ahora mismo está en un modo un tanto bajo de ánimos y solitario. Tratamos de animarlo, pero no hay manera, al menos conseguimos que volviera a casa. - soltó Emmett. Y cuando parecía que iba a seguir hablando Rosalie le dio un codazo.

Imaginé que habría cosas que no querían contar, en todas las familias ocurren situaciones poco agradables de vez en cuando.

-No creo que se incorpore pronto así que le conocerás el fin de semana, si se digna. Que últimamente es según el día. - dijo Emmett mirando al techo.

-Está mucho mejor que antes, va mejorando, el otro día jugó conmigo al ajedrez. - comentó el rubio.

-Claro, porque contigo no hace falta hablar. - le contestó Rosalie.

La conversación siguió en ese hilo durante el resto del almuerzo. Se notaba como querían y se preocupaban por su hermano. Me resultó bonito, ya que, aunque ellos no fueran una familia habitual se consideraban hermanos, y yo era hija única, no sabría nunca cómo se siente ese sentimiento.

Realmente me estaba generando una gran curiosidad conocer al misterioso Edward Cullen.