Mientras Llueve *(Edward Cullen)* [TERMINADA]

Capítulo 17: Miedo .

Capítulo 17: Miedo .

[Narra TN________ ]

- Sé que yo también te gusto. - añadí.

-No, no lo sabes. Porque estás equivocada.

-Venga Edward, he visto como me miras, cómo me buscas contantemente en tu campo de visión, tu forma de ser conmigo, y esa sonrisa tuya que escondes cada vez que te das cuenta que estás disfrutando del momento. Incluso la forma en que te pones en plan seductor conmigo cuando bajas la guardia. - todo argumento me parecía poco comparado a los momentos de complicidad que habíamos compartido desde que nos habíamos conocido.

-Eso no significa nada. - se acercó abruptamente a mi hasta quedar a unos centímetros. - Tú no entiendes nada y solo estás complicándolo todo egoístamente. - Golpeó la pared que quedaba a mi espalda sobre el cabecero, rompiendo el hormigón y dejando la huella de su frustración. - ¡Estoy tratando de protegerte de mí!

-Admítelo Edward, por favor, admítelo de una vez. Por ti, por mi...por los dos.- le supliqué.

- No sé a qué te refieres y no quiero hablar de esto, ya está todo zanjado. - me miró intensamente antes de alejarse de mí y girarse en dirección a la ventana dándome la espalda.

- ¡No estás tratando de protegerme de tí! ¡Estas protegiéndote a ti mismo, tienes miedo! -grité desesperada. Quizá mis voces no hicieran que él razonara, pero era incapaz de controlarme a mí misma ni a las lágrimas que habían decidido brotar en ese momento. - Tienes tanto miedo de sufrir, que no eres capaz de ver lo bueno que es esto que tenemos.

-TN___________, tu y yo no tenemos nada. - contestó impasible.

Sentir tal indiferencia en su tono de voz me rompía por dentro, era imposible que sintiera de verdad todo eso que decía.

- ¡Es verdad! No tenemos nada, pero podríamos tenerlo. -hice una pausa para secar las lágrimas. - Sabes que sería genial, pero tienes tanto miedo de que no funcione que ni siquiera quieres intentarlo y eso me hace mucho más daño. Porque yo sé que sí.

- ¿Y qué si tengo miedo? - gritó de repente dejándome sin palabras. - No puedo dejar que entres a un mundo como éste y sufras por lo que soy. Tampoco puedo permitirme tenerte.

-No trates de ocultar tus sentimientos.

- No voy a ocultarlos en este momento, pero tampoco volverás a escucharlo de nuevo de mi boca. - me miró fijamente. - TN__________, me haces bien, contigo vuelvo a sentirme vivo. Eres la única luz natural que hay en mi vida ahora, y no quiero apagarte.

-Eso no va a pasar, Edward. Te lo aseguro. - avancé unos centímetros. - Eres buena persona, sé que no harías nada malo, ni nada que pudiera perjudicar a los tuyos. Tú mismo has dicho que te hago bien, sé que no me harías daño.

-De nuevo, vuelves a equivocarte. Estar conmigo te hará mucho mal, no soy tan bueno como crees. - se apoyó en la pared de nuevo frotándose la frente. - Supongamos. Supongamos que sí va bien, al final tendrás que tomar una decisión, estar conmigo o con tu familia, no dejaría que renuncies a tus padres, nunca. Así que acabaría de todos modos, TN_________ no quieres darte cuenta, conmigo no hay futuro.

-Quizá, lleves razón, o tal vez, no. No puedes sentenciar esto antes de intentarlo. - dije señalándonos simultáneamente.

- Te lo repito, hay mucho que perder. Y se acabó, no voy a conseguir convencerte de que entiendas mi punto de vista. - contestó desviando la mirada.

-Por favor, Edward, no trates de forzarte a fingir indiferencia. No te vayas así. - mis palabras se quedaron flotando en el aire mientras le veía saltar por la ventana. Se había ido, dejándome con la palabra en la boca.

Me giré hacia la marca en la pared. "¿Cómo voy a explicar esto?".