Capítulo 49: Paciencia.

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Capítulo 49: Paciencia.



Capítulo 49: Paciencia.



[Narra TN________]

Trataba de acostumbrarme a la nueva situación. Mis padres biológicos habían vuelto. Los que me habían criado no sabían nada ni debían saberlo. No sabía que sentir al respecto. Pero desde luego no iba a averiguarlo en ese momento.

—Creo que necesito pensar. — me separé de Miranda. — Voy a descansar arriba.

Cuando me giré para irme, Tom agarró mi muñeca.

—Esteremos aquí un par de horas más, o quizás un día. Estamos para ti, hija. — susurró con tristeza y alegría al mismo tiempo.

Hija. Esa palabra sonaba extraña en sus labios. La voz de un completo desconocido, a excepción de su rostro. Incontables veces había observado las fotos que conservábamos en casa. Aunque eso no había ayudado en nada. Esas imágenes inanimadas no tenían nada que ver con las personas que había conocido un rato antes. Su piel pálida y ojos rojos cambiaban por completo respecto a lo que guardaba en mi memoria.

No llegaba a decidir si esto suponía un sueño o una pesadilla en mi nueva vida.

[Narra Edward]

Seguí a TN_______ hasta mi habitación. En este momento leer mentes no servía de mucho, ya que en las de sus padres solo rebotaban en confusión y recuerdos.

Entré y me recosté a su lado, permanecimos en silencio durante un largo tiempo que no me molesté en medir. Tampoco necesitaba hablar, solo mostrarle todo mi apoyo. A pesar de lo difícil de la situación, había algo que no me cuadraba. Algo que me hacía mantenerme alerta y no confiar del todo en ellos. Estaba claro que la historia era real, pero un presentimiento no me dejaba relajarme y centrarme por completo en mi compañera.

A mitad de la noche tocaron la puerta. Carlisle entró despacio, casi sin hacer ruido y avisándome con los ojos de que tuviera cuidado con lo que podía decir. En las manos traía papel y boli. Se paró a nuestro lado y apoyándose en la pared escribió.

"Debéis tener cuidado con lo que decís."

Tomé el papel y le contesté.

"¿A qué te refieres?"

Mi padre tomó de vuelta el folio para escribir de nuevo.

"No habléis del don de TN_______, bajo ninguna circunstancia deben saberlo. Se lo dirían a Aro."

Asentí en su dirección al igual que TN________, a lo que mi padre nos dedicó una leve sonrisa antes de salir al pasillo y cerrar la puerta tras de sí. Reencontrarse con sus padres podría ser una gran noticia, pero no por ello debíamos bajar la guardia.

Aún quedaba ver cómo podríamos solucionar lo de Brian. Recé para que cuando amaneciera nuestros visitantes inesperados hubieran decidido irse, pero no, iban a quedarse, al menos un poco más.

—¿Qué opinas de todo esto? — la pregunta de TN_______ me pilló por sorpresa. Se giró sobre sí misma para abrazarme por la espalda.

—Son tus padres, es normal que estés confusa. Llevas toda tu vida pensando que había fallecido. Y de repente, aparecen como si nada. — fruncí el ceño inconscientemente. — Pero tampoco significa que no esté preocupado.

No podía decirle abiertamente que no confiaba en sus padres. Como tampoco podía decirle que pensaba que todo esto me parecía demasiado extraño. Una visita rutinaria no dura tanto tiempo, si no escondieran nada ya se habrían marchado tras confirmar la información y cumplir las órdenes de los Vulturis, en especial, de Aro.

Entrelacé mi mano con la de TN_______ y bajamos juntos al salón donde estaban todos.



[Narra TN________]

Nada más llegar a la sala Miranda corrió hacia nosotros.

—Espero que hayas tenido tiempo para pensar, hija. — se colgó de mi brazo haciendo que soltara la mano de Edward colocándose en medio. — Hay tantas cosas que quiero preguntarte. Tanto que me gustaría contarte, pero no tengo suficiente tiempo, no podemos quedarnos mucho más.

—¿Ya os vais? — pregunté alzando la voz mucho más de lo que yo misma esperaba.

—Ya hemos comprobado lo que vinimos a ver. Incluso nos hemos tomado más tiempo del que debíamos. — añadió Tom. — Nos gustaría quedarnos un par de días, pero no podemos hacerlo sin más. — comentó, mirando de reojo a Demetri.

—Quizás podríamos pasar un tiempo juntos. — sugirió Miranda.

—¿Cómo? — Edward me tomó del brazo alejándome de ellos. — Ni de broma. Eso no va a suceder. No va a ir allí.

—Ya nos advirtieron de tus habilidades. Si eres tan amable, apártate. Y deja que hable con mi hija. — los ojos de miranda ardían en furia mientras le hablaba a Edward.

—Edward, cálmate. — Carlisle posó la mano en el hombro de su hijo.

—¿De qué habláis? — pegunté confusa.

—Habíamos pensado en que vinieras unos días con nosotros. — Miranda cogió la mano de Tom. Este se veía algo incómodo.

—¿A Italia? ¿Y cómo se lo explico a mis padres? No puedo. No. — contesté rápidamente.

—A Volterra, sí. Por ellos no te preocupes, algo se nos ocurrirá, si no Tom, puede eliminarte de su memoria. — dijo ella entre risas, a lo que todos la fulminamos con la mirada. — Era broma. — se excusó levantando las manos. — Podemos inventar alguna excusa. Aunque ya deberías estar pensando en cómo desaparecer de sus vidas.

—¡Miranda! — gritó Tom mientras yo me llevaba la mano a la boca.

—¿Qué? Tarde o temprano tendrá que hacerlo. Mientras siga con ellos, nuestro secreto está en peligro. Además, sus verdaderos padres han vuelto, así que no tiene por qué seguir con ellos. — me horroricé antes sus palabras y su simple gesto al encogerse de hombros, como si no hubiera dicho nada malo.

—¿Cómo puedes decir eso en voz alta? — sentí hervir mi interior mientras les miraba. — No tenéis ningún derecho a aparecer de esta manera, ni a decir esas cosas. Ellos son mis padres, ellos me han criado y he pasado toda mi vida a su lado desde que tengo conciencia.

—¿Eso es un no? — escuché la aguda voz de mi supuesta madre a la vez que me daba la vuelta para salir de la casa.

—La has presionado demasiado. — dijo Tom con voz pesada.

Salí al exterior seguida de Edward y Emmett. Me quedé en la linde que delimitaba el bosque del terreno de los Cullen.

—No puedes irte. — dijo Edward.

—Lo sé, pero quiero respuestas. — enterré mi rostro entre mis manos. — Déjame pensar.

—Además, debes aprender a controlar tu don. Debes seguir practicando. — añadió Emmett.

—¿No me digas que además tienes un don? — Miranda apareció de la nada.

Fulminamos a Emmett con la mirada mientras nos quedamos pensando en qué hacer ahora, movió sus labios para disculparse. Lo único que nos había pedido Carlisle y habíamos fallado. Bueno, Emmett era quien había metido la pata.  

Mientras Llueve *(Edward Cullen)* [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora