Capítulo 32: No.

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 Capítulo 32: No.

[ Narra TN_______ ]

—No. — dijo Edward nada más llegar a nuestro lado.

—¿Perdona? ¿Qué acabas de decir? — noté como arrugaba la frente al escucharme.

—Lo que has oído, no vas a ir. Aquí estás segura.

—Allí también, Edward, es La Reserva, está llena de hombres lobo.

—No pienso aguantar las tonterías del lobo ese. Además, está bien, se ha recuperado. En unos días se incorporará a las guardias. — dijo impasible.

—Eso me da igual, acabó herido por mí Edward. Por protegerme. Debería haber ido hace mucho.

—Y se lo agradezco, de verdad, por ayudar a que estés bien. Pero nada más. No me apetece ver cómo te come con la mirada.

—Edward. — la sangre se me había subido a la cabeza y comenzaba a hervir. — ¿Acaso me has escuchado pedirte permiso? No, ¿verdad? — me puse el cabello tras las orejas con ambas manos. — No vas a decirme que hacer por una excusa como esa. Ya sé que no te cae bien Paul.

—¿Entonces? — se notaba la ira contenida en las arrugas de su frente y la tensión de sus nudillos sobre sus brazos cruzados.

—Estaba hablando con Alice antes de que nos interrumpieras. No te he pedido que vengas, se lo iba a pedir a ella. De hecho, soy yo la que te dice que no, no vas a venir conmigo, y menos con esa actitud.

Alice me miraba perpleja y divertida, quizá por la absurdez de la discusión y la terquedad de ambos.

—¿Vamos? — le pregunté entrelazando su brazo con el mío. — Di que sí, por favor. Necesito salir de esta rutina.

Edward, giró lentamente sobre sí mismo pasando la mano por su pelo. Nos dio la espalda apoyándose en la barandilla.

—Iré, ¿vale? — dijo él de malhumor.

—No, ya te lo he dicho, quédate con tu berrinche. No quiero tener que ver como pones mala cara todo el rato. — tiré de Alice escaleras abajo.

—Edward, cuidaré de ella. — dije esta antes de irnos.

----

Fuimos directamente a casa de Sam y Emily, estaba segura de que si no estaba patrullando estaría allí con los demás. Emily se merecía un premio por aguantar a tanto lobo todos los días.

Nada más apagar el coche, vi a Paul aparecer por la puerta de entrada de la casa, y aún estaba bajando del coche cuando corrió hacia nosotras.

—¡TN________! ¿Qué haces aquí? — me abrazó sin dejarme opción. — No has venido a verme, ya lo sé. Porque entonces habrías venido antes.

"¿Eso era ironía?".

—Claro que he venido a verte, pero no he podido antes. Demasiado cuerpo de seguridad vigilándome. — contesté.

—Hola, eh. — saludó Alice.

—Ah, hola. — le contestó soltándome.

—Voy a saludar a Emily. — dijo ella dejándonos solos.

Caminamos hasta el porche de la casa y me senté en una mecedora de madera.

—¿Cómo estás?

—Ahora bien, no me tomó mucho tiempo recuperarme, solo un par de días. Pero Carlisle me recomendó no transformarme en unas semanas, por prevenir, ya sabes. — se apoyó en la barandilla. —Así que lo único que he hecho ha sido correr y comer los dulces que hace Emily todas las tardes.

—Me alegro por ti, pero no por lo que ha tenido que sufrir Emily al tener que aguantarte todos los días. — dije entre risas.

—Oye, yo soy muy buena compañía. — soltó haciéndose el ofendido. — Aunque...

—¿Qué?

—No, nada. — hizo una pausa para mirarme, su expresión había cambiado completamente, una rara mezcla entre ternura, tristeza y seriedad. — Si me dejaras, podrías descubrir lo bueno que soy, lo que puedo ofrecerte.

—Paul...

—TN________, tú misma lo has visto, sabes que haría cualquier cosa por ti.

—Lo sé, y de verdad que te lo agradezco. Muchísimo.

—No quiero tu gratitud, ni que me veas como un héroe que busca reconocimiento. Quiero que veas lo que realmente es. — Se agachó frente a mí. — Soy simplemente un hombre se preocupado por la chica que le gusta y que haría cualquier cosa por ella. Incluso interponerse entre una vampira desquiciada y tú.

—Estoy con Edward. — siempre ocurría lo mismo, cuando Paul se ponía serio, las palabras parecían no poder salir de mi boca.

—Lo sé, pero no me importa, no puedo rendirme, así como así.

—Estás perdiendo el tiempo.

—Aquí estaré esperándote, tú solo llámame y yo iré, sea cual sea la hora o el momento. Recuerda esto. — se levantó y fue hasta la puerta. — Vamos, Emily querrá verte.

Entró sin esperarme y se lo agradecí en silencio. Paul podía ser muy intenso si se lo proponía, y necesitaba respirar un poco después de lo que me había dicho. ¿Cómo podía ser tan obstinado? No había dado pie a nada, aun así, me sentía mal. No quería verle pasarlo mal por mí.

—¡TN________! Por fin, ¿Paul te había secuestrado y por eso no has podido entrar antes? — dijo Emily dándome un abrazo.

—Si la hubiera secuestrado, ya estaríamos muy lejos de aquí, para escapar de Cullen. — comentó Paul, reía mientras le daba un mordisco a un trozo de bizcocho.

—Eso es imposible. — dijo una voz tras de mí. Ni si quiera me giré.

—Vaya. — solté echando la cabeza atrás apoyándola en la silla. Escuché la risa contenida de Alice. Seguro que se lo imaginaba.

—Hola Edward. — Seth se levantó a saludarle. — ¿Nos vemos esta noche?

—Sí, nunca me aparto de TN________, y esta noche no va a ser la excepción.

Seth volvió a sentarse, este chico emanaba pura energía positiva y alegría.

—Te veo mejor. — dijo Edward mirando a Paul.

—Estoy en plena forma. Ya me incorporo a la vigilancia de TN________. Así que si quieres podemos turnarnos, así descansas.

—Gracias, pero no me hace falta. Estoy perfectamente. — gruñó el vampiro.

—Edward, sé que no te va a hacer gracia lo que voy a decir, pero, quizá sí que puedas dejar mañana a TN_______. — intervino Alice.

—¿Qué? — su hermano le fulminaba con la mirada.

—No tienes más que mirarte en el espejo, necesitas alimentarte, y llevas demasiado sin hacerlo. Mañana, por ejemplo, Paul también estará, TN________ estará protegida, no tienes que preocuparte.

—No, aún puedo aguantar un poco más.

—No seas terco, debes alimentarte para estar fuerte y a pleno rendimiento. — ella insistía. Y surtió efecto, porque Edward acabó asintiendo. 

Mientras Llueve *(Edward Cullen)* [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora