Capítulo 39: Promesa.

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Capítulo 39: Promesa.



[Narra Edward]

Sam y Carlisle habían propuesto entrar a la casa para pensar en algo mientras los de la manada se encargaban de los cuerpos, sólo Paul y Seth entraron con él. El ambiente ya era incómodo de por sí y el olor de la hoguera que entraba por las ventanas no ayudaba. Sólo nos recordaba lo sucedido, TN________ había sido secuestrada, no habíamos podido protegerla y teníamos que hacer lo que estuviera en nuestra mano por salvarla de la pelirroja y su séquito.

—Parecía algún tipo de fábrica abandonada. — Alice caminaba de un lado a otro del salón. — Ha sido una visión demasiado corta. TN_______ ha estado inconsciente la mayor parte del tiempo. Y Victoria no la había visto hasta ese momento, así que Victoria no está con ella.

—Eso es buena señal. — dijo Rosalie, la miramos desconcertados. —Me refiero a que, si no está con ella, es que no planea deshacerse de TN_______, al menos de momento. Ya sabemos cómo es, busca venganza, no creo que quiera que cualquiera de sus neófitos le quite ese placer. — aclaró. Casi todos allí estábamos de acuerdo con la conclusión de Rose.

—Respecto al lugar, hay muchas fábricas así cerca de aquí, Alice, concéntrate más. ¿Has visto algo que te llame la atención? — Carlisle estaba sentado y tenía los codos apoyados sobre sus rodillas.

—Sólo la he visto a ella en el suelo. Victoria estaba frente a ella, ha sido poco tiempo. Había alguien más pero no lo he reconocido, no creo haberle visto antes.

"Seguramente sea el chico que se la llevó.", Emmett podía llevar razón. El rostro que vi en sus pensamientos me sonaba.

"¡Es el chico desaparecido!", había visto su cara en los carteles que del instituto.

—Alice, céntrate en el entorno, ¿qué había alrededor? — insistió Esme.

Vi como mi hermana divagaba en el recuerdo de su visión, una y otra vez. Repasé cada segundo y milímetro del momento hasta que noté algo que llamó mi atención.

—Hay grandes tanques alrededor. — cerré los ojos. — No hay muchas fábricas con tanques de ese tamaño, además la sala está repleta de ellos.

—¿Será algún tipo de destilería? — sugirió Jasper.

—Puede ser...— Carlisle trataba de recordar si conocía alguna.

—Podría, pero las destilarías de la zona que conocemos son de empresas pequeñas. — añadió Seth.

—Una vez, el padre de Jacob nos contó algo sobre una fábrica de cerveza que nunca llegó a funcionar, y las instalaciones fueron abandonadas. — lo que dijo Sam no era descabellado, sino que tenía muchísimo sentido y concordaba con lo que había visto en la mente de Alice.

Emmett desapareció escaleras arriba y volvió instantes después con un mapa en sus manos. Lo extendió sobre la mesa para que todos alcanzáramos a verlo.

—Vayamos a por TN________. — dijo sonriendo levemente. — Señala las zonas donde creas que puede estar y haremos un barrido.

—Lo mejor sería no separarse, pero ya que no sabemos la ubicación concreta nos dividiremos en grupos. — Jasper se acercó a Sam mientras decía aquello. — Llevad vuestros teléfonos, los que podáis, y cuando encontréis el lugar avisad a los demás. Esperad a que estemos la mayoría, no sabemos cuántos neófitos podemos encontrarnos.

Sam y Jasper se encargaron de dividir las zonas y grupos siguiendo los consejos de estrategia del rubio. Ya en el exterior y a punto de irnos, vi las intenciones del líder de la manada segundos antes de que hablara, pero sin tiempo de evitarlo.

—Paul, irás con el grupo de Edward. — le ordenó.

—No pienso ir con él. — dijo rotundamente y parándose en seco.

—No vas a desobedecerme, Paul. Vas con ellos. — Sam nos dio la espalda para pasar la linde del bosque y transformarse.

—No pienses que esto va a ayudar a nada. No te mereces a TN________, y desde luego, ella no merece esto. — su tono de voz era feroz. Paul me miraba con los ojos entrecerrados y un gesto serio.

—Llevas razón, no la merezco.

De repente, la furia se apoderó del lobo, que avanzó hasta mí y me propinó un fuerte puñetazo en el estómago. Caí de espaldas debido a la fuerza de su golpe, la sorpresa no me había permitido esquivarlo o contenerlo. No esperaba que se enfadara tanto cuando lo único que había hecho era darle la razón. Era la verdad. Todo era culpa mía.

—Tú... — Paul me agarró de la camisa haciendo que me levantara de nuevo. — Ni siquiera tienes la actitud. — no pensaba defenderme, en el fondo, pensé que me lo tenía merecido, por todo el daño que le había ocasionado desde el principio. Y solo Lahote podía volcarlo en mí. — Ella te eligió a ti, siempre. ¿Y así se lo pagas? — soltó el cuello de mi camisa de forma brusca y empujándome hacia atrás. Se dio la vuelta. Ya sabía lo que iba a decirme y sabía lo mucho que le dolían esas palabras. — Déjate de tonterías depresivas y demuéstrale que la quieres. Demuéstrame que puedes cuidar de ella como debe ser.

—Lo haré. — dije casi en un susurro.

—Si no lo haces, te prometo que volveré. Cullen, si no cumples, volveré y no pararé hasta robártela. — su voz se quebró con sus últimas palabras. A pesar de la oscuridad de la noche vi su brazo elevarse hasta la altura de su rostro y como tragaba saliva para tratar de contener sus lágrimas.

Ambos estábamos lo suficientemente destrozados. No dijimos nada más, le hice una promesa en silencio y él sólo asintió.

Al menos teníamos un objetivo común, recuperar a TN________.

Mientras Llueve *(Edward Cullen)* [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora