Capítulo 24: Embriagador.

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Capítulo 24: Embriagador.


[Narra TN________ ]

Me retiré de la ventana y fui hace la cama para sentarme. Edward entró sin hacer ruido y se puso frente a mí apoyado en la pared.

-Tú dirás. - le dije tratando de alentarle a hablar.

-Ya, estoy pensando que decir. Porque sé lo que he hecho mal, y por tu expresión, estás bastante molesta.

-Bueno, es que me has dado la espalda completamente. Además de salir corriendo a los brazos de esa chica.- le reproché.

-Llevas razón, no voy a debatirte eso. Sólo puedo escudarme en que lo he hecho sin mala intención. - hizo una pausa para que yo le contestara, pero me quedé en silencio. - Vale... Bueno, al escuchar lo nerviosa que estaba me preocupé. Asumí, por mi cuenta, que te quedarías y esperarías a hablar después de saber que ocurría con lo de Bella.

-Claro que te equivocaste. Supusiste que me comportaría como a ti te habría gustado. Pero no, Edward, lo primero que no soy adivina como para saber qué va a pasar, ni leo mentes como tú, como para saber que tenías esos planes. Así que podría achacarse a un fallo de comunicación por tu parte. - le miré seriamente. - Y, una cosa te voy a decir, nos acabamos de conocer y no espero ser tu prioridad, pero si al menos que reacciones de otra forma en este tipo de situaciones y me tengas en cuenta. - me miraba atónito sin decir nada. -  Además, no soy de las que se quedan esperando una respuesta ni por un hombre. -hice una pausa para levantarme y caminar hasta la ventana. - Grábate eso. -dije girándome a mirarle. -  Porque cómo has podido ver, no me voy a quedar sentada esperando a que saques un momento para mí.

-TN_________...- trató de acercarse pidiéndome permiso con los ojos.

Negué con la cabeza, aunque él ya había podido leer en mi mente que no estaba de humor. Claro que quería abrazarle y revivir lo de por la tarde, porque había sido un momento mágico y único. Pero eso no justificaba la manera de ignorarme.

-Entonces, ¿estás de humor para que te cuente lo que ha pasado después de que te marcharas con el chucho ese? - dijo medio gruñendo al final de la pregunta.

- No le llames así, sabes perfectamente que se llama Paul. - le espeté.

-Como sea...

-Por cierto, esa es otra cosa de la que hablar. ¿Qué pasa con el numerito de antes?

-No sé a qué te refieres.- contestó mirando al techo.

- Bueno, a llegar cómo has llegado, ahí pegado a mí, cuando un rato antes ni me echabas cuentas. Hablando de malas maneras a Paul, encima que me ha traído amablemente. - solté con toda la intención.

-¿Me recriminas eso? ¿Y él qué? Diciendo que interrumpo, que no hay ningún nosotros y todo eso. - resoplaba hacia su derecha. - A él no tiene que importarle lo que ocurra o deje de ocurrir.

- No es que haya dicho ninguna mentira. De todas formas, culpa a quien quieras para sentirte mejor. Pero el hecho es que estoy aquí y me ha traído él, por ti. - me crucé de brazos para dramatizar un poco. - De otra forma no habría sido así. Aunque da igual, ya está hecho. Por favor, contrólate la próxima vez.

-Mejor dejemos eso para otro momento. -  se llevó la mano al cabello para revolverlo. - ¿Cómo que la próxima vez?

- Edward, Paul es muy simpático y agradable. No entiendo cómo no puedes verlo. - comenté con cierta ironía al final.

-Salta a la vista. - su semblante estaba serio, parecía algo molesto. - Dejando esto de lado, TN___________. Tenemos una conversación pendiente.- dijo volviéndose a apoyar en la pared.

-Es verdad, pero no es el mejor momento.  Tenía muchas ganas de que llegara, pero como te digo, está noche no, Edward. - le contesté acercándome a él tendiéndole la mano. Sabía perfectamente a qué se refería.

Edward, tiró de la mano que le había ofrecido y me había envuelto en sus brazos. No lo esperaba, pero tampoco iba a quejarme. Nos dejamos llevar un rato que no podría contar en tiempo, completamente en silencio, con la cabeza apoyada en su pecho.
Estaba notablemente menos cabreaba, y se me notaba. Pero también se palpaba la decepción en mi tono de voz. Necesitaba hablarle directamente, por mucho que me gustara Edward Cullen no iba a hacer como si no hubiera pasado nada.

Noté como separaba su cabeza de la mía para mirarme, así que alcé la vista y me encontré con esa embriagadora mirada ámbar. Los ojos de Edward siempre me habían parecido preciosos, pero en ese justo momento, a oscuras y solo con la luz de la luna que entraba por la ventana como iluminación, eran hechizantes.

Bajó su rostro hasta poner su frente contra la mía, ambos cerramos los ojos. Me sentía mucho más relajada, y es que, estar con él me producía ese efecto. El tiempo avanzaba a otro ritmo completamente ajeno a nosotros. Noté su nariz rozar la mía y su aliento contra mis labios.

¿Quería? ¡Claro que quería!

¿Debía? No lo tenía tan claro.

Hace tan solo un rato estaba enfadada y me había prometido no caer tan fácilmente después de lo ocurrido. Pero... Estábamos tan cerca el uno del otro que sentí la vibración que zumbaba en su chaqueta. Me había salvado de caer en la tentación, aunque, no sabía si agradecer eso mismo o no, por haber perdido la oportunidad de un momento que estaba siendo perfecto.

-¿Diga? - descolgó la llamada.- Oh, Carlisle. Sí, estoy en casa de TN__________.

Me comía la intriga, saber lo que había ocurrido y lo que le estaría contando.

-De acuerdo. Estaré allí pronto. - dijo colgando.

-¿Qué ocurre? - pregunté preocupada por su expresión.

- No te he llegado a contar lo sucedido.

-Cierto, dime.

- Bella ha venido porque su pareja, Jacob, y algunos lobos más, estaban malheridos, y por lo visto, las heridas debían ser importantes como para pedirle ayuda a un médico vampiro en vez de ir al hospital. El caso es que no te he contado nada de mi relación con ella.

- No me interesa saber de tu relación con Bella. Pero me alegro que Carlisle pueda ayudarles. - añadí para que pensara que detalles iba a darme.

-No es lo que piensas. - dijo tratando de calmarme con una gran sonrisa. - De hecho, mientras estuvimos juntos, tuvimos problemas con unos vampiros nómadas que pasaban por el pueblo. Uno de ellos acabó muerto por tratar de cazar a Bella. En fin, lo matamos para protegerla, pero su compañera, la tal Victoria, se escapó y ahora busca venganza tratando de atacar a Bella.

-Madre mía...

- Exacto, el ataque de hoy les ha pillado desprevenidos, además no iban en manada, sino en grupos reducidos por separado. Victoria les ha atacado y han resultado heridos.

-Es de locos...Pero si empezaron ella y su compañero, ¿cómo busca venganza, sabiendo lo que pasó con él?

-Carlisle me ha pedido que vaya, así que he de irme. Quiere hablarnos sobre lo que le han contado en la reserva mientras trataba a los heridos. Tengo que irme.

-De acuerdo. - le dije sin más. Cuando Edward iba a salir por la ventana hablé sin pensar. - Buenas noches y ten cuidado. Por si está la loca esa por ahí.

Edward me miraba como sorprendido y contento a la vez, extraña emoción sabiendo que había una psicópata rondando el pueblo. Se acercó hasta mí y sin darme tiempo a reaccionar me besó la frente, fugaz pero dulcemente antes de irse.

Mientras Llueve *(Edward Cullen)* [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora