Era domingo, la misa dominical había terminado, Elrick había escuchado la sesión dado al eco del lugar, no le había prestado tanta atención, pero una parte del homolía hablaba sobre la muerte y su interpretación, sobre que todo es un circulo y la vida y muerte son un camino que jamás termina. Elrick cerró sus ojos, no quiso escuchar más, pero el eco resonaba en la habitación, sentado al lado de la cama de 616, esperando que despertase. Decidió tomar el teléfono y comunicarse con su prometida.
**Elrick y Sara en el chat**
S: ¿Cómo están las cosas por allá? ¿Todo bien?
E: Sí, así es. No tienes de que preocuparte. ¿Cuándo volverás?
S: Creo que será el miércoles. ¿En verdad todo está bien?
E: Sí, claro. Te amo. Te amo mucho.
S: Yo igual, amor. Te veo el miércoles. ¿Vale?
E: Vale. Hasta pronto.
**Fin de la conversación**
Aún tengo tiempo antes de que ella vuelva, pensó tras guardar el móvil. Se percató que las voces ya no hacían eco, miró la hora y ya era tarde, las personas ya se habían ido. Escuchó un quejido en la habitación, 616 comenzaba a despertar, abrió sus ojos de poco en poco para acostumbrarlos a la luz. Ella estaba aturdida y sus ideas no se acomodaban, excepto la pregunta de dónde estaba.
—616 —el joven se levantó y recargó sobre la cama— Al fin despiertas. Estaba muy preocupado.
—Elrick —su voz salió arrastrada con cansancio y pesadez.
—¿Cómo te sientes?
Es verdad, fui herida por Hiram. Demonios, que patética me vi, pensó. —¿Dónde estamos?
—En la Iglesia, el Padre Sam te ayudó. Tenía miedo por ti, no habías despertado desde el incidente.
—¿Qué? —la chica miró extrañada a su amigo— ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
—Eh... Eso pasó el viernes. Hoy es domingo, así que casi dos días.
—¡¿Dos días?! ¿Estuve durmiendo todo este tiempo?
—S-Sí. ¿Qué ocurre? —Elrick estaba confuso por la reacción de 616, pues se levantó de golpe buscando algo. Tuvo que sostenerla por el mareo de ella.
—¿Dónde está? Mi dispositivo.
—Lo dejé en la mesa —señaló. 616 se apartó del humano para agarrar el artefacto con manos temblorosas, su cara reflejaba preocupación, pues tenía varias notificaciones que alertaban su presencia en cierto punto específico.
—No... —musitó alarmada.
Con apresuro se puso su sudadera, por el movimiento brusco que hizo al colocársela sintió dolor en sus heridas, pero no se detuvo, agarró su guadaña y se disponía a salir. Elrick se interpuso entre ella y la puerta intentando frenarla.
—¿Qué crees que haces? ¡Estás herida! ¿A dónde vas?
—Hazte a un lado, tengo trabajo —cerró el cierre de su prenda.
ESTÁS LEYENDO
Soy la Muerte [EN EDICIÓN]
ParanormalLa historia versa sobre una chica quien es una de las Muertes, marcada con el número 616 y habiendo olvidado su nombre, ella trabaja recogiendo las almas de los recién fallecidos y abriendo un portal que los guiara a su destino dependiendo de las ac...