Pasaron algunos minutos en los que Nirelle durmió, estaba muy cansada, así que Gon le pidió que descansara, prontamente llegaron a una casa algo modesta subiendo una calle inclinada y que se encontraba algo apartada de los demás hogares.
—Nirelle, despierta —dice moviendo con suavidad a su amiga—. Hemos llegado.
—Ah, sí —ella menciona frotando sus ojos y saliendo del auto con Gon.
Al llegar el chico tocó la puerta, esperando a que saliera aquella persona. En ese momento la entrada fue abierta dejando ver a un joven de la misma edad que Gon, de piel morena, cabello oscuro y ojos verdes, pero este tenía una peculiaridad más en sus ojos, y es que parecían ser de gato. Por unos segundos el chico quedó viendo fijamente a la joven con una cara de asombro.
—¿Qué le pasa? —se pregunta la joven poniendo una pequeña sonrisa— Hola.
—¡Hola! —exclamó cambiando su expresión a una que irradiaba alegría mientras se lanzó a abrazar a la chica restregando su cara en la de ella— ¡Eres tú! ¡En verdad eres tú!
—¡Ah! ¡¿Pero qué pasa?! ¡Gon! ¡¿Quién es este sujeto?! —espeta consternada ante tal recibimiento tratando de apartar al extraño, sin embargo, él no se deja ser quitado de encima.
—Que alegría, eres tú —menciona habiendo tomado la cara de Nirelle con ambas manos, ahora restregando su frente con la suya junto a una enorme sonrisa a la vez, que sus ojos permanecen cerrados con ilusión, acción que provocó sonrojar a la joven.
—Sí, soy yo, pero ¿quién eres tú?
—¡Ay! Que descortés —con alegría la soltó haciéndose a un lado—. Pasen por favor.
—Vamos, Nirelle —Gon tomó a su amiga de los hombros haciéndola entrar a la casa, cerró la puerta teniendo al desconocido guiándoles a la sala.
—¿Quieren algo de tomar? Bueno, eso es más para Gon, ya que como Muerte tú no te alimentas, a no ser que hayas probado algo ya. ¿Has probado algo ya? —el joven habla con agilidad y elocuencia a la vez que hace a la chica sorprenderse por que supiera sobre que es una Muerte, o bueno, lo era.
—Yo estoy bien con un vaso con agua —responde el contrario.
—Malteada de chocolate —agrega la chica sorprendiendo a ambos.
—¿Cuándo probaste eso? —preguntó Gon.
—Ayer, en la fiesta de Neizan, me invitó.
—¿Neizan? —el joven moreno musitó sorprendido al escuchar el nombre— ¿Quién es ese chico?
—Es el hijo de aquel que te conté, Elrick —responde Gon causando impresión a Nirelle de que haya revelado información a alguien.
—Oh, ya veo. ¡De acuerdo! Ahora traigo las bebidas —responde felizmente yendo a la cocina.
—En serio Gon, ¿quién es?
—Ya te dije, un viejo amigo —contesta juguetón sentándose en el sofá.
—¿Podrías ser más específico con quién es tu viejo amigo?
—En realidad es nuestro viejo amigo.
—¿Nuestro? Yo nunca lo he visto —decir eso provocó la risa a su compañero.
—Sí lo conoces, sólo que ahora luce diferente. Lo conocí hace unos treinta años. Se me acercó durante uno de mis rondines y me comentó de ti. Al principio desconfiaba de él, pero me demostró que no tenía ninguna mala intención.
—¿Qué te habló de mí? ¿Cómo? —con buena razón la chica estaba sorprendida y confusa, sin embargo, el can no quiso revelar más, ya que dijo que el otro debía confesárselo él mismo.
—¡Aquí tienen! Tres vasos de malteada de chocolate —el moreno regresó con las bebidas en una bandeja y entregando un vaso a cada uno.
—Yo pedí agua —se quejó obteniendo una mala mirada de su anfitrión—. Oh bueno —dice tomando el vaso.
—¿Está bueno? —preguntó el alegre joven a la chica.
—Quiero más —sin embargo, Nirelle ya se había acabado el suyo, y Gon cambió el vaso vacío de ella por el de él.
—No lo bebas tan rápido, disfrútalo.
—Me lo tomo rápido porque lo estoy disfrutando —replica con los labios pegados a la orilla de su bebida—. ¿Y bien? ¿Quién eres? —menciona volteando a ver al extraño después de sorber un poco de chocolate.
—Bueno… —él se levantó de su asiento y fue a una mesa donde abrió un cajón, sacó un libro del interior el cual le entregó a la joven.
—¿Qué es esto? —preguntó con confusión al abrirlo y ver su interior, y su sorpresa era cada vez mayor cuando pasaba cada página— ¡¿Qué significa esto?! ¡¿Quién rayos eres tú?!
—Digamos que ese libro es como un álbum de fotos, o mejor dicho, mi álbum de recuerdos —en las páginas del libro había dibujos hechos a mano—. En aquel entonces las fotografías no existían. Así que cuando pude tomar esta forma practiqué incesantemente mi dibujo para poder pintar y plasmar esos recuerdos que tanto apreciaba.
—¿Recuerdos? ¿Qué clase de recuerdos? Jamás te he visto en mi vida. ¿Y a qué te refieres cuando dices que tomaste esa forma? ¿Cuál forma?
El joven tomó de vuelta su libro y lo abrió en una página que le es especial para él, devolviéndole así el libro en esa hoja abierta. Una pequeña obra donde está pintada toda la familia de Amiel, sin Lamec, Izan ni Samuel, con Neizan y Nirelle cargando al gato negro de nombre Iván, con un fondo de un cielo estrellado.
—Yo te he extrañado todo este tiempo. Pero no tenía el valor para volver a hablarte.
—¿Qué me has extrañado? —pregunta confusa buscando la respuesta en esos ojos verdes de gato.
—Esta pintura lo hice yo mismo, estoy en ella —menciona sentándose al lado de la chica—. Ahora puedo darte las gracias.
—Pero… ¿Que estás en esta pintura? —mira el arte buscando la explicación— ¿Y darme las gracias? ¿De qué estás hablando?
—Estrellita, gracias por adoptarme, otorgarme un nombre, cuidarme, darme un hogar y una familia —el muchacho comenzó a saltar lágrimas mientras sonreía—. Soy Iván, aquel pequeño gato negro que recogiste.
—¿Iván? ¿Pero qué…? No entiendo. ¿Cómo que eres Iván? Él sólo era un gato ordinario, si fueras Iván, ¿cómo has vivido por más de ocho siglos?
—Caí en un embrujo. Y por años me dedique a cuidar de la familia de Neizan.
—Iván… —ella se soltó llorando a abrazarlo— ¿Quién te embrujó?
—No importa, porque gracias a eso pude volver a verte, y pude agradecerte en tu lenguaje —responde abrazando con fuerza a la chica.
—Estoy feliz de volver a verte.
Los caminos de la vida a veces pueden tomarte por sorpresa, nunca estás preparado para lo que te va a mostrar, algunos son dolorosos, y otros son bellos momentos que jamás pensaste que volverías a tener.
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Soy la Muerte [EN EDICIÓN]
ParanormalLa historia versa sobre una chica quien es una de las Muertes, marcada con el número 616 y habiendo olvidado su nombre, ella trabaja recogiendo las almas de los recién fallecidos y abriendo un portal que los guiara a su destino dependiendo de las ac...