Capítulo 85: Amiel - Parte 1

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Estaba solamente parado y sonriente, no hacía nada y aún así no dejaba de parecer intensamente amenazante. Los Drows sobrantes dudaban en atacar a pesar de que su orgullo les pedía moverse. Draco los inmovilizó ejerciendo la gravedad sobre ellos, el jefe de los elfos ya había atrapado a Lía, Astrid estaba colérica, sin pensarlo se lanzó a correr hacia Nirelle sin importarle nada, el menor la vio y aún así se puso en medio. Elrick tomó un tronco grueso y la golpeó en la cara rompiendo ese pedazo de madera.

—Ni creas que los vas a tocar —dijo Elrick después de que la elfo oscuro cayera al suelo tomando su rostro por el dolor.

—Wow —Nirelle y Neizan, con una casi perfecta O en sus bocas, aplaudiendo a Elrick.

—¿Ya terminaste tu rabieta? —preguntó Esteban sometiendo a Astrid y sellando sus habilidades— Tú y tus compañeros pasaran mucho tiempo en nuestro calabozo.

—Maldita sea… —dijo Evelyn entre dientes. Dispuesta a irse se alejaba, sin embargo, pisó un sello que se activó haciendo que perdiera sus poderes— ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? No… —mencionó cuando veía sus manos arrugarse.

—También estudié, Evelyn —la voz de iban captó su atención—. No me quedé con lo que sólo tú me enseñaste —su cuerpo brillaba, cambiaba. Regresaba a su forma gatuna, pero manteniendo el lenguaje humano—. Te quité todo lo que usaste durante siglos, tu preciada belleza falsa. Ya no puedes usar magia tampoco.

—Al hacer eso tampoco puedes hacerlo tú, y ahora eres un espíritu.

—Lo sé. Extrañaba esta forma. Con algo de práctica puedo regresar a usar la forma humana, pero eso no es importante ahora. No hay necesidad de preocuparnos más por un vejestorio como tú —sentenció retirándose hacia su familia.

—No… —la ahora anciana se levantó y se acercó a Nirelle, postrándose de rodillas— Déjame beber tu sangre, ¡déjame ser joven y bella de nuevo!

—¿Qué? ¿Quién…? —mencionó confusa— ¿Abuela?

—¡Sí! Soy tu abuela, ayúdame.

Los ojos de la chica se hicieron media luna. —Lo siento. No puedo.

—¡Somos familia! ¡Debes ayudarme!

—¿Es tu familia cuando te conviene? —Jaziel se acercó con desprecio alzando su pugio, la vieja volteó sintiendo miedo.

—Jaziel —menciono la joven con voz suave y una sonrisa—, baja el arma.

—Pero… Estrellita, no puedes ser amable con todo el que te haga daño. Esta vieja ha tratado de matarte durante siglos.

—No me importa. Ahora no puede hacer nada, ya no puede usar magia nunca más. Así que déjala.

El chico hizo regresar su sombra y frunciendo el entrecejo cruzó los brazos formando su puchero.

—Vete —dijo Nirelle hacía la anciana—. Pero recuerda esto, pondrán a alguien que te vigile. Y si intentas algo de nuevo contra mi familia, yo misma te mato. Ahora lárgate.

Frustrada, Evelyn se fue corriendo. Hiram observaba por todo el lugar tratando de encontrar a su primo Izan, pero era inútil, ya había huido, incluso Azarías se fue. En poco tiempo, las Muertes mayores llamaron a Encadenadores para que se llevarán a los elfos oscuros y a Lía. Entre ellos estaban discutiendo sobre lo ocurrido junto a 616.

—¿Cómo es que lo sabes? —preguntó Esteban cejijunto— Se supone que era un secreto.

—Pues lo he descubierto y ya —responde haciendo una mueca mientras voltea a ver a otro lado, a lo que el mayor suspira vencido—. ¿Van a hacer algo con Amiel por esto? —preguntó regresando su vista preocupada.

Soy la Muerte [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora