Quería matar a mi padre, por ella.
Nunca había experimentado algo como eso, él nunca fue el mejor padre del mundo, era muy agresivo cuando me enseñaba a pelear, cuando era niño hubo muchas veces que me dejó inconsciente, a mis hermanos los ignoraba por completo, especialmente a Adir, aunque después de que nos convertimos en vampiros, su actitud se tornó raro, indiferente hacia nosotros, pero parecía prestar atención a mi hermana —o eso creí—. Y en ese instante, solamente deseaba matarlo por tocar lo que es mío. ¿Mío? Sí… Es mío, ella es mía.
Si no hubiera sido por Hiram, ya me habría lanzado a matarlo; de nuevo me llevé a la chica a mi habitación, la estaba consolando, dijo que quería irse para no causarme problemas.Pequeña, ya me causaste muchos problemas desde el primer instante, eres tan inocente que no me estás permitiendo mancharte.
El momento antes de que se sirviera la cena fue muy tenso, tensión que yo mismo provocaba. La comida fue hecha por Samuel, cosa que me hacíq desconfiar, decidiendo que ella no comería nada hecho por él, así que la tomé y salimos al pueblo más cercano para que cenara, Hiram nos acompañó, nos dirigimos a una taberna, me hizo mucha gracia los ojos curiosos devorando todo.
Cuando terminamos de hablar y comer, fui a pagar los alimentos, cuando salí vi a Hiram buscando algo, fue al momento de acercarme a él, que me confesó haber perdido de vista a la chica. Quise llamarla, pero ¿cómo? No tenía nombre, me desesperé, comencé a decirle “niña” como una forma de buscarla. ¿Por qué me altero por esto?«¡Amiel!» su voz fue como música para mis oídos, me volteé y la regañé por haberse ido sin permiso y sin avisar. Por dios, pudo haberle pasado algo, no podía creer que me hubiera preocupado por ello. Hiram me hizo ver que ella se sentía incómoda con mi reacción, ¿y quién no? Yo mismo lo estaba, ella nos enseñó que encontró un pequeño gato negro, así que sí, le permití que se lo quedara.
El camino de regreso fue muy silencioso, ella venía con la cabeza baja y sus ojos cristalinos. Hiram se adelantó para que hablara con ella, y me disculpé. ¿Yo disculpándome? Esta chica me estaba haciendo hacer cosas que nunca creí que haría. Llamó al gato, Iván, por un amigo. ¿Qué amigo? Me preguntaba, no sólo eso, sino que más intrigas venían a mi mente, cosas como: ¿No habrá sido su novio antes de conocernos?
Entonces mi cerebro empezó a maquillar más cuestiones.
¿Por qué estoy replicando por alguien que no conozco pero ella sí? ¿Acaso son… celos? ¡No! ¿Qué estoy diciendo? Sólo llevo conociéndola ¡dos días! Y eso es porque la quiero corromper por completo.¿Aún quiero?
Mientras pensaba en esas absurdas ideas mías, noté que ella se puso triste, dándome a saber que algo me estaba ocultando, quise preguntar, pero antes de tener oportunidad, mis familiares estaban burlones afuera de la casa, burlas hacia a mí.
«La llamaste mi Estrellita» dijo Hiram, ¿qué la llamé así? ¿Mi Estrellita? ¡¿Mi?! Prontamente recordé que, efectivamente, así le dije, sentí cómo mi rostro empezaba a calentarse, estaba sintiendo vergüenza.
Al regresar a mi habitación junto con la pequeña, ella se veía muy feliz de que le hubiera dado un apodo, bueno, al menos ya podían identificarla, pero juraba que de ninguna manera iba a llamarla así de nuevo.
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Soy la Muerte [EN EDICIÓN]
ParanormalLa historia versa sobre una chica quien es una de las Muertes, marcada con el número 616 y habiendo olvidado su nombre, ella trabaja recogiendo las almas de los recién fallecidos y abriendo un portal que los guiara a su destino dependiendo de las ac...