Capítulo 96: El inicio de la guerra

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Ponte toda la armadura de Dios, para que puedas enfrentarte a los planes del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra los gobernantes, contra las autoridades, contra los poderes cósmicos sobre esta oscuridad presente, contra las fuerzas espirituales del mal en los lugares celestiales.

Efesios 6: 11-12

—Neizan, entra por favor —pidió Gon en su forma humana al joven de ahora dieciocho años, que miraba en la dirección al lugar que se convertiría en campo de batalla

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—Neizan, entra por favor —pidió Gon en su forma humana al joven de ahora dieciocho años, que miraba en la dirección al lugar que se convertiría en campo de batalla.

El joven asintió, pero no dejaba de ver ni se movía para entrar todavía. Él se encontraba fuera del refugio donde estaba junto con sus abuelos, su ahora prometida y los padres de su pareja, pues la ciudad fue evacuada debido a amenazas de tormentas eléctricas que azotarían la región, allí también se encontraba Iván en su forma humana, sin embargo, nadie más le veía a excepción de los niños, debido a que él era un espíritu.

—Estarán bien —expresó el minino—. Ya verás que Nirelle y los demás regresarán.

El chico volvía asentir sin contestar, confiaba, claro que lo hacía y la esperanza era enorme, pero algo en su interior estaba inquieto, era normal en tales circunstancias, pero algo no le convencía, ese algo le generaba una oleada de emociones, ninguna grata, le obligaban a apretar los puños y fruncir el ceño por la angustia que sentía. Mientras tanto cerca de aquel lugar, en una colina que otorgaba la vista perfecta para ver el transcurso de la guerra, una Evelyn de aspecto canoso y piel arrugada se hallaba observando el sitio, ella podía ver sin problema alguno a las tropas de Dios preparadas para enfrentarse al diablo.

—Los humanos ha estado envueltos en esta guerra durante años y ninguno se da cuenta —expresó indulgente. Nadie estaba a su lado pero tenía la necesidad de hablar, como si el viento fuera quien compartiera las noticias—. Las Muertes fueron puestas en la Tierra para mantener el equilibrio, se elige a humanos porque son las criaturas más frágiles, pero a la vez las más fuertes, el concepto del tiempo de vida es lo que en realidad rige la mente y el corazón. Muéstrame que es lo que hace tan especial a tu corazón, supuesto Milagro de Dios.

Menos de un minuto faltaba para que el infierno fuera liberado, el espacio dimensional en La Frontera se hacía visible, mostrando a los demonios que estaban sedientos de comenzar la lucha. Al frente, el ser gobernante de esa raza se hallaba con una larga cabellera dorada en cuya cabeza largos cuernos de macho cabrío había, las escleróticas sus ojos de un negro abismal y sus iris tan blancos como el hielo. Eso no cambiaba. Satán posó su mirada sobre Nirelle mostrando una sonrisa sádica hacia ella.
Quien era el compañero de 616 fue Esteban. Él observó por un momento a la joven y sonrió al verla tan determinada e implacable, con esa sólida imagen volvió su vista al frente.

El cielo comenzó a oscurecerse, el viento dejó de soplar y algunos truenos y relámpagos resonaban en el cielo, las criaturas se preparaban, cada Muerte Negra que hacía pareja con su compañera Blanca alzaba su mano para juntarla con el contrario, a pesar de que Ezequiel era el jefe de las Negras, hacía equipo con Carla, pues consideraba que quien mejor se complementaba con Esteban sería Nirelle. Así, cada pareja comenzaba su unión, cada Muerte cerraban sus ojos y mostraban su marca en la mano que estaba usando para tocar al otro; en las parcas oscuras, sombras negras se veían en sus cuerpos, en las parcas de luz, eran sombras blancas; al abrir los ojos, los de las Muertes Negras se iluminaban en blanco, los de las Muertes Blancas se ennegrecieron como si estuvieran vacíos, y en cada mano apareció la marca de su contrario, complementándose de esa forma el Yin y el Yang.

Amiel veía aquella escena, miraba en especial a su esposa, luego miró al frente observando a quien tenía decidido enfrentar. Fue entonces que la barrera que dividía aquella sección que había sido creada por Shafer y Tara hacia cinco años, ya estaba desapareciendo, poco a poco iba abriendo pasó para dejar pasar a las criaturas demoníacas, y Satán alzaba los brazos en el último instante para indicar el inicio.

 Fue entonces que la barrera que dividía aquella sección que había sido creada por Shafer y Tara hacia cinco años, ya estaba desapareciendo, poco a poco iba abriendo pasó para dejar pasar a las criaturas demoníacas, y Satán alzaba los brazos en el...

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La barrera se esfumó. Con gritos los demonios se lanzaron a correr contra los que se enfrentaban por el bien, quienes también respondieron al llamado con voz alzada en coraje. La primera línea, Muertes Blancas y Negras se balancearon a oscilar sus guadañas con sincronía perfecta, los demonios de Dios no eran la excepción en la batalla. Desde atrás, un grupo de Muertes Ámbar atacaban con bolas de fuego, las Muertes Azules estallaban algunas esferas de agua desde arriba, empapando a los malignos y quemándolos, pues era agua bendita; tierra siendo levantada por Muertes Natural y Hueso, raíces saliendo del suelo y enredando a los demonios eran controlados por las Muertes Verdes, los relámpagos y truenos del cielo siendo usados por las Muertes Rojas, pequeños tornados apareciendo de entre los enemigos eran creados por las Muertes Doradas, y las Muertes de 7 colores se encargan de proteger con su gravedad y desbaratar la energía negativa, ayudando más a las Ámbar que estarían cumpliendo con su labor de sanación.

Los demás seres no eran la excepción, con los Encadenadores aprisionando, los elfos atacando a distancia y otros con espadas en el campo de batalla al igual que los enanos, los lobos y vampiros destrozando juntos a los enemigos, con Haka y Amiel luchando juntos, y los ángeles y Arcontes atacando a través del vuelo desde el cielo y peleando cerca del suelo aprovechando su habilidad aérea. Sí, cada uno daba todo de sí mismos para enfrentar al mal que sólo busca la destrucción del mundo, regresándolos al infierno o destruyéndoles, es la forma en que luchaban.

Ningún ser, de Dios o el diablo daba tregua alguna, todos peleaban por la Tierra, ambos bandos decididos a ganar. En medio de la batalla, Nirelle cruzó miradas con Satán, él sonreía y ella desafiaba, ambos en sus mentes profesaban una misma frase. «Este día será el último.»

Soy la Muerte [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora