Capítulo 46: Juicio - Parte 2

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«Me declaro completamente culpable»

Con esas palabras saliendo de la boca de la Muerte Negra 616 comenzaron los murmullos dentro de la sala.

—Nirelle, oye, espera ¿qué estás diciendo? —Elrick estaba sorprendido y confuso, miraba con preocupación a su amiga, más ella parecía no importarle.

—Este juicio no es más que una formalidad, una fachada. Ustedes, los jefes mayores, ya han tomado una decisión ¿no es así? —habla con seguridad poniendo una sonrisa.

De tal palo, tal astilla —pensaba el Encadenador que la aprisionaba—. No cabe duda de que ella es tu hija, Iván.

—Voy a ponérselas más fácil —menciona Nirelle casi rozando la burla—. No, no me arrepiento de lo que hice. Aquel hombre había causado mucho daño antes de que le cambiara el lugar con Elrick.

—¿Acaso crees que eres Dios? —preguntó la Muerte Verde alzando un poco la voz con severidad.

—Claro que no lo soy —expresaba seria—. Pero un hombre que se preocupa más porqué su botella de licor no se haya roto, o un joven con un vidrio enterrado que ayuda a las personas a las que el alcohólico hirió. Creo que es obvio a cuál prefiero dejar en la Tierra.

—Ella dejó de ser del tipo que se queda callada hace mucho tiempo, pero pareciera que es más atrevida —menciona con diversión un demonio de aspecto masculino, de cabello blanco melenudo, piel morena y cuernos de oveja de montaña.

—Bueno, muchos aquí la consideran más un demonio que otra cosa —añade otro demonio, esta vez de aspecto femenino, cabello oscuro lacio y largo hasta la cintura, con cuernos de chivo.

¿Qué? —Elrick había escuchado lo que habían dicho— Nirelle. ¿considerada un demonio? ¿De qué están hablando?

—Muchacho —habla la Muerte Verde 401 dirigiéndose a Elrick—. ¿Qué opinas de 616?

—¿Qué opino? Ella es una persona buena —Elrick habló con una seguridad que a todos provocó un silencio en la habitación, cosa que le extrañó—. ¿Qué pasa?

Nirelle sólo sonreía.

—¿Persona? —menciona la Muerte Verde.

—Sí, ella es alguien que se preocupa por los demás. Siempre ayuda de la mejor manera que puede sin tener que causar daño.

—Cómo pueden ver —mencionaba Nirelle mantenimiento su sonrisa—, él no nos ve como monstruos, sino como individuos, como seres vivos. A pesar de que todos estamos muertos.

—Ya veo —menciona 401, volteando a ver al humano—. Muchacho, las reglas son simples, si la Muerte quebranta la regla primordial será encerrada por los Encadenadores, quienes le mantendrán aprisionado con sus cadenas en la oscura soledad, sin siquiera moverse, hasta que su propio poder le consuma.

—¿Acaso quieren hacerle eso a Nirelle? ¡¿Por qué?! ¡¿Sólo por qué me salvó la vida?!

—Es la segunda vez que rompe la regla.

—¿La segunda? —Elrick voltea a ver sorprendido a su amiga, quien tiene una mirada triste.

—No pude quedarme a ver cómo mi hermano moría.

—Pero, ¡era su hermano! ¡No pueden pedirle que se olvide de ese lazo simplemente! —réplica el joven enojado— Un momento, si ya lo hizo una vez, ¿por qué la enjuician ahora?

—Porque ella emendó su error —responde la Muerte Blanca—. Corrigió el curso del destino, quitándole el alma a su hermano.

—Nirelle... —menciona con conmiseración Elrick viendo sorprendido a la joven.

Soy la Muerte [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora