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La caja de galletas.

         Al día siguiente, en su unidad, Xia Yao golpeó en el escritorio que estaba junto al suyo.

          - Xiao Hui, ¿Estás disponible?

          - Sí, ¿Qué pasa?

          - ¿Puedes ayudarme a comprobar una información personal?

          - ¿De quién?

           - Yuan Zong, vive en...

           - ¿Has dicho Yuan QUÉ? ¿Es sobre su hermano?- Dijo Xiao Hui interrumpiendo las palabras de Xia Yao.

            Xia Yao se quedó de piedra.

           - ¿Lo conoces?

           - ¿Qué...?¿No la has oído hablar de él? ¿No te lo ha mencionado Yuan Ru?

           En realidad, Yuan Ru y Xia Yao no habían hablado mucho comparado con sus compañeros. Yuan Ru iba a la oficina de Xia Yao unas 3 o 5 veces a la semana. Cada vez Xia Yao encontraba una variedad de razones para salir, y dejaba a Yuan Ru con sus compañeros hablando.

          - Yuang Zong era un soldado especial de las fuerzas armadas. Luego formó una compañía de guardaespaldas que es muy conocida dentro de la industria. Se dice que los guardaespaldas de su compañía son bastante fuertes. Casi siempre son contratados por estrellas o políticas que pueden permitirse sus guardaespaldas privados.

           No es de extrañar que él se quedará en el coche. Aquellas dos personas eran poderosas, resulta que eran guardaespaldas... pensando en sus propios guardias que eran más de una docena y habían sido derribados, Xia Yao no pudo evitar sentirse algo arrogante.

          Recordando las habilidades de Yuan Zong, Xia Yao respiró profundamente,

          Afortunadamente, lo dejé claro ayer después de poner las cartas sobre la mesa, no debería volver a ver a esa persona nunca más.

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         Era la hora de la comida, Yuan Ru estaba hablando sin fin sobre la gran variedad de cualidades que poseía Xia Yao. Quería lavarle el cerebro a Yuan ya que quería que lo aprobara como cuñado, y así no escatimara en esfuerzos a la hora de ayudarla.

       -Hermano, ¿Sabes como odia Xia Yao que los demás le llamen?

        Yuan Zong comía de su plato de noodles. no había ningún rastro de que estuviera prestando atención.

        -¡Xia el Gran Monje! -Canturreo Yuan Ru fuertemente - "La gente de su unidad me dijo que cuando alguien llama a Xia Yao monje, su cara se contrae... ¡es tan viejo!

         Yuan Ru, como punto de inicio, había sido comparada con la tierra, entonces se río entreteniéndose ella misma.

       Yuan Zong la miró por el rabillo del ojo, provocando que Yuan Ru abriera la boca para cerrarla rápidamente.

      Después de un largo rato, Yuan Ru le dijo de forma tentativa a Yuan Zong:

       -Hermano, ¿Podrías hacer algo por mí?

       -Dilo...

        Yuan Ru se giró para buscar su propio bolso, sacando de dentro una hermosa caja y la dejó en las manos de Yuan.

       - A Xia Yao le gusta comer dulces. Estas son galletas de vainilla que he hecho yo personalmente para él. ¡Dáselas como un regalo de mi parte! Nunca quiere coger nada de lo que le regalo. Solo mi hermano en persona puede conseguirlo. Si prueba mi comida... seguro que tendrá una buena impresión mía..

       Yuan Ru había dicho demasiado, y tenía miedo que su hermano la ignorará, pero no esperaba que Yuan cogiera la caja.

       Como resultado, Yuan Ru no se sintió aliviada.

       -Bueno, ¡No las robes!, Yuan Ru, pensó y pensó, llegando a la conclusión de que era imposible. ¡Se me olvidaba que no comes dulces! Esta bien, te lo dejo a tu cargo.

        Yuan Zong mantuvo su mirada fría mientras se dirigía hacia el coche. Cogió la caja de galletas, tirándola en el asiento de al lado y arrancó el coche.

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       Esa tarde después de trabajar, Xia Yao condujo su coche despacio atravesando la verja de entrada, comprobó los alrededores por si alguien le estaba siguiendo y vio un coche familiar aparcado en el lado contrario de la carretera con Yuan detrás de la ventana usando unas gafas de sol, aunque estaban separados por dos cristales, Xia Yao aún podía sentir el poder de determinación de esos ojos.

       Quería pretender que no se había dado cuenta, que no lo había visto, pero cuando entro en la carretera, el coche lo siguió.

       El corazón de Xia Yao ardió en llamas, sus cejas estaban contraídas y sus ojos gritaban. ¿Cómo podía alguien ser tan molesto? ¿Y sin decir nada? ¿Cómo era eso?

       En un cruce, Xia Yao frenó el coche.

       Yuan Zong también paró su coche.

       Xia Yao caminó directo hacia el coche de Yuan Zong y golpeó en la ventana.

       Yuan Zong bajo la ventana, pero antes de que Xia Yao pudiera decir nada , él le entregó algo.

        -Mi hermana tiene un regalo para ti.

        Las manos de Xia Yao estaban apoyadas contra la parte superior de la ventana, sus ojos entrecerrados miraban directo a Yuan Zong.

         -Lo he dejado claro, no quiero sus cosas. No acepto a esa persona. ¡Déjala morir con su corazón!

          A lo que Yuan Zong dijo:

          -¡Solo entrego cosas, no se me pidió por un mensaje de vuelta!

           Los tendones de la frente de Xia Yao se marcaron ferozmente mirando fijamente y directamente Yuan Zong a la cara por un largo tiempo, finalmente soltando entre dientes:       

            - Ok, si tienes la habilidad de ser un gilipollas siguiéndome, veremos quién de los dos tiene más tiempo libre.