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Otro supuesto Dios

Los dos estaban aún recuperándose de todo lo sucedido cuando el teléfono de Yuan Zong sonó.

-¿Quién es? -Preguntó Xia Yao.

Yuan Zong rápidamente echó un vistazo al nombre en la pantalla, -Yuan Ru.

Xia Yao se inclinó más cerca para escuchar.

En el teléfono, la voz de Yuan Ru tenía una cierta fragilidad y preocupación también, con un toque de emoción ahogada, como si algo malo hubiera pasado.

-Hermano Mayor, ven a casa rápido, estoy en problemas.

Luego colgó, y cuando Yuan Zong volvió a llamar, el otro extremo estaba ocupado.

Después de oírlo claramente, Xia Yao le dio una palmadita en el hombro a Yuan Zong, -¿A qué esperas? Vete a casa, ya.

Sin decir una palabra, Yuan Zong giró su chaqueta alrededor de su cuerpo y se fue.

Xia Yao agarró un rincón caído de la manta que aún retenía el calor Yuan Zong y se acurrucó en él, suspirando sin parar: se suponía que iba a ser una gran noche, y de repente un problema tras otro habían ido llamando a su puerta.

(N/T: Xia Yao esta super enamorado, y nadie me lo puede negar)

Yuan Zong caminó hacia su coche pero se detuvo antes de abrir la puerta.

Yuan Ru estaba sentada dentro, esperando desde hace Dios sabe cuánto tiempo. Para ser totalmente honesto, Yuan Zong no se sintió para nada sorprendido; incluso cuando Yuan Ru lo miró fijamente con una mirada difusa y una expresión herida, Yuan Zong solo pudo sentir un poco de dolor. Con calma abrió la puerta del coche y se sentó dentro. Parecía haber un aire estrangulado flotando alrededor. Yuan Zong bajó la ventanilla. Todo siguió en silencio.

-¿No tienes nada que decir? -Las lágrimas se derramaron en el momento en que Yuan Ru abrió la boca.

Yuan Zong respondió con voz calmada, -¿Qué quieres que diga?

-Dime que no viniste a casa hoy porque viniste a explicarle a Xia Yao mi situación, y que estabas tratando de aclarar el malentendido que hay entre nosotros.

Yuan Zong permaneció en silencio.

La última burbuja ficticia estalló, y las emociones encerradas finalmente llovieron sobre Yuan Ru.

-Siempre he pensado que vuestra estrecha relación existe gracias a mí, porque soy el hilo conductor entre vosotros dos, si no hubiera sido por mí nunca os habríais acercado tanto. Pero ahora me doy cuenta de que no soy más que una cuerda enmohecida. Demonios, desde el momento en que os hicisteis amigos yo me quebré, huhu...

Yuan Zong sacó dos pañuelos y se los entregó a Yuan Ru.

Yuan Ru se secó las lágrimas, se sonó la nariz y siguió hablando.

-Escuché por parte de uno de los entrenadores, durante sus cuatro años de trabajo en la compañía, ha visto a cientos de estudiantes ir y venir, algunos de los cuales eran incluso buenos amigos, pero nunca ha habido alguien que sea tratado de forma tan especial. ¿Sabes lo increíblemente feliz que me hizo escuchar eso? Por fin aceptabas mi elección, por fin te preocupabas por la persona que me gustaba.

-Entonces empezaste a no volver a casa y a hacer la cena menos a menudo, no puedes imaginar cuánto desprecié esto, pero cuando escuché que era porque cenabas con Xia Yao, ya no me sentí tan engañada. En ese momento decidí que, aunque tuviera que comer comida mucho menos apetitosa, lo aceptaría, siempre y cuando fuera a cambio de que vosotros dos pudieseis profundizar en vuestra relación.