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Una palabra vale miles en oro

Pronto es misma mañana, Yuan Ru iba en pijama, cuando salió de su habitación y pasó por la sala de entrenamiento.

Los guardaespaldas ya estaban acostumbrados a la ropa de estar por casa que usaba Yuan Ru. Nunca llevaba sujetador, por lo que los grandes pechos de la talla D se balanceaban en esos pijamas sueltos. Ocasionalmente, se estiraba provocando una expansión de su pecho. Y la fina tela de algodón se ajustaba en su pecho cuando lo estiraba dejando a la vista una curvada silueta.

-Zhang De, ayer te pedí que fuera al supermercado para que me compraras un paquete. ¿Cómo es que me compraste compresas? -Le preguntó Yuan Ru al joven hombre que solía hacerle los recados.

El joven hombre parecía confundido. -¿Cuál es la diferencia entre ellas?

-¡Ridículo! Los salvaslips son para antes y después de la menstruación, las compresas se usan durante la menstruación.

-Puesto que aún no te ha llegado la menstruación, ¿Por qué no las usas?

-Te daré...

-Te daré...

Yuan Ru estaba molesta, cuando de repente vio una figura familiar, rodeó con sus brazos momentáneamente al otro hombre, la risa brillaba en sus ojos, para luego ser reemplazados por el asombro.

-Él... él... ¿Cómo es que él está aquí? -Yuan Ru apuntó hacia Xia Yao quién estaba corriendo con un grupo de guardaespaldas que no estaba muy lejos.

El jóven hombre dijo: -Es el nuevo joven que se registró ayer ¿Cómo se supone que lo deberías de saber?

-Es Xia Yao

Yuan Ru puso una expresión flamboyante que no se le había visto nunca antes. De esas en las que usas en ocasiones especiales y se te ven un par de dientes. Cuando se dio cuenta de que el grupo de Xia Yao estaba a punto de salir de su campo de visión, Yuan Ru corrió con sus tetas botando a compás.

Apenas tardó un rato en que la identidad de Xia Yao se esparciera por el equipo. Mientras se cambiaban, un grupo de personas se quedaron mirándolo.

-¡Resulta que es Xia Yao!

-Se registró ayer, me quedé un buen rato mirándolo. ¡Me sigo preguntando que hace aquí un chico tan guapo!

-¡Yuan Damei tiene buenos ojos!

-...

Xia Yao se quitó la ropa de calle y se puso el uniforme de entrenamiento especial para guardaespaldas. Las perneras del pantalón estaban meticulosamente ajustadas, el cinturón abrochado, y el cuello de la camiseta había sido retirado. Cada detalle era suave y ordenado. Finalmente, limpió de nuevo cada rincón de su casillero de nuevo, antes de colocar su ropa dentro.

En un simple movimiento, te podías dar cuenta cuánta atención presta una persona a su imagen.

Una vez todas las preparaciones fueron completadas, Shi Tian ordenó a los 22 guardaespaldas que se colocaran en círculo dándose la espalda unos a otros.

-Durante los siguientes 10 minutos vamos a tener un entrenamiento sobre combate en secuestros. Cuando os de la orden, debéis giraros lo más rápido posible y coger una de las cintas, y encontrar a un oponente, que debe coger la cinta por el otro lado. El perdedor será penalizado duramente. A parte de las partes vitales y las pequeñas articulaciones que no pueden ser atacadas, podéis usar cualquier método para subyugar al otro.

Cuando el silbato sonó, Xia Yao se giró rápidamente y cogió una de las primeras cintas que estaban colgando. Animando a un estudiante que se encontraba en frente de él, enviándole una patada alta de lado a lado, que golpeó al otro hombre en el hombro y la parte posterior de la muñeca ejerció un tirón con fuerza cogiendo firmemente a la otra persona por el cuello.