El comensal

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Antes de empezar el capítulo una pequeña este es el pastel de glutinoso de arroz y raíz de loto, lo que hacen es rellenar la raíz con glutinoso de arroz y la cocinan al vapor hasta que queda como un pastel alargado y lo cortan, os dejo una imagen para que lo entendáis mejor, pero si no podéis mirarlo en internet.

Antes de empezar el capítulo una pequeña este es el pastel de glutinoso de arroz y raíz de loto, lo que hacen es rellenar la raíz con glutinoso de arroz y la cocinan al vapor hasta que queda como un pastel alargado y lo cortan, os dejo una imagen ...

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Mañana es 15 de agosto. Según la costumbre, cada año se les entrega a los alumnos un pastel de luna para celebrar el festival de Mediados de otoño. Y este año no era la excepción. Cada uno de los estudiantes había recibido una caja de pasteles de luna, pero todos ellos estaban pendientes de Xia Yao para ver si este había recibido el mismo regalo que los demás.

Uno de los más atrevidos incluso cogió la caja de Xia Yao para comprobar que era la misma que la de ellos, de la villa de Daoxiang.

De hecho, ni la caja de pasteles, ni su contenido eran diferentes de los otros.

Xia Yao recogió las últimas cosas y se dirigió en busca de su mochila. Como resultado, esta había desaparecido. Mientras daba vueltas preguntándose dónde estaría, Yuan Zong apareció con una gran bolsa. Dentro recién cocinado había un pastel de glutinoso de arroz. El aroma le inundó las fosas nasales.

-Llévale esto a tu madre para que lo pruebe. -Le dijo Yuan Zong.

-¿Por qué has hecho que el cocinero los haga por mi? Me encanta comer pastel de arroz, no glutinoso de arroz. -El chef que estaba recogiendo sus cosas y preparándose para ir a casa, cuando oyó el comentario de Xia Yao se detuvo...

-Yo no he sido el que lo ha hecho, sino el señor Yuan Zong personalmente. He trabajado aquí por más de un año, y esta es la primera vez que veo al señor Yuan Zong cocinar. ¡No he sido capaz de detenerlo!

Xia Yao se quedó dudando mientras miraba la bolsa que llevaba Yuan... ¿Qué comida podrías esperar poder comer de una persona tan tosca?

Durante la cena, los pasteles de glutinoso de arroz fueron cortados y servidos en la mesa.

La madre de Xia Yao les dio un bocado e inmediatamente abrió los ojos de par en par.

-Dios, este glutinoso de arroz es muy bueno, es mejor que el que cocina Li.

¿No era eso un poco exagerado? Xia Yao no se lo creía... así que con cuidado cogió uno de los trozos.

La fragante y dulce esencia del osmanthus inundó sus fosas nasales, la raíz de loto estaba dulce y crujiente, el aceite del glutinoso de arroz era suave, y sabia muy bien. Era un plato especial del sur, y su elaboración debía ser muy precisa. Lo contrario que el chuletón de la cocina de Dongbei (del norte). Xia Yao creía que los hombres del norte eran hombres duros, como Yuan Zong, que no eran capaces de hacer este tipo de cosas. Las cosas que cocinara debían ser prácticamente incomestibles. ¡Xia Yao no esperaba que la comida estuviera al nivel propio de un profesional!

Hasta ahora, a Xia Yao nunca le había gustado comer glutinoso de arroz. Pero tras probar el que había hecho Yuan, sus palillos iban hacía el.

Su madre no pudo contenerse más y le preguntó: -¿De dónde has comprado este pastel?

-Eh... en uno de los puestos de la carretera.

-Podrías comprar más mañana.

Xia Yao se quedó atónito. -Mañana es el festival de otoño, ¡La gente pasa las fiestas en casa!

-Oh, se me había olvidado. Entonces espera a que termine el festival para comprarlo.

Xia Yao pensó que si dejaba pasar dos o tres días su madre se olvidaría del tema. En cambio, el primer día de vuelta al trabajo, estaba a punto de salir de casa, cuando lo llamó su madre.

-Acuérdate de comprar glutinoso de arroz de la tienda del otro día.

Esa noche, de camino a casa por suerte encontró una pequeña tienda que vendía pasteles de glutinoso de arroz para llevar. Pero... solo necesito dar un pequeño bocado para que su madre se diera cuenta de que no eran los mismos. Y no fue solo su madre, Xia Yao no pudo evitar reconocer que el sabor era realmente distinto.

-¿Estás intentando engañarme, cierto? - Dijo su madre mientras le miraba fijamente.

Xia Yao suspiró. -Esa tienda solo abre los fines de semana.

-Entonces cómpralo el fin de semana.

Ese sábado aún no había llegado a la compañía de Yuan Zong cuando su móvil vibró indicando que su madre le había enviado un mensaje.

"Mi querido hijo, no te olvides comprar el glutinoso de arroz de esa tienda cuando vuelvas a casa"

Xia Yao tenía la boca seca. Su madre parecía uno de esos comensales que adoraban la comida, pero además era alguien al que no se podía permitir herir. Pero... no era solo su madre. Xia Yao también sentía que no había comido suficientes, desde ese día cada vez que tenía hambre, su mente se llenaba con recuerdos de ese pastel.

Pero, ¿Cómo se lo pedía? No podía decirle que él y su madre se habían convertido en adictos a ese postre... que si podía hacerles otro. Solo era un pastel de arroz. ¿Cómo podían estar tanto madre como hijo tan desesperados?

Xia Yao respiró profundamente y se fue hacia los vestuarios.

Yuan Zong descubrió que Xia Yao no paraba de mirar de forma inconsciente al estanque de Loto. Por la mañana, cuando estaba corriendo, se había fijado, cuando estaba dando de comer a los pájaros había mirado dos veces más. Mientras entrenaba, también había desviado su mirada un par de veces. E incluso en el descanso, en su camino al baño, sus ojos se habían dirigido a la ventana para mirar el estanque.

Esa tarde, como llevaba pasando todo el día, Xia Yao dirigió su mirada al estanque de Loto, y sus ojos se abrieron prestando atención a lo que veía.

En el estanque había una figura agitándose en medio de aquellos Lotos. A pesar de estar lejos, Xia Yao era capaz de reconocer a Yuan Zong. Solo el se atrevería a meterse en el estanque descalzo con aquel frío, y no temblar. Caminaba en el barro de una forma tan estable. Probablemente sondeando la tierra con sus manos, lo que provocaba que la mayor parte de su pecho estuviera en contacto con el agua. Metió ambas manos en las profundidades del barro, y sacó la raíz del loto. El movimiento demostraba habilidad, y rápidamente el borde del estanque estuvo lleno de raíces de diferentes tamaños y grosor.

Yuan Zong salió de un salto, sus piernas estaban cubiertas de barro hasta por encima de las pantorrillas, y camino descalzo por la carretera de asfalto, dejando marcas de suciedad a su paso... una tras otra firmes y robustas huellas.

El viento del invierno entró a través de las ventanas y sacudió el corazón de Xia Yao

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