La pequeña ternura de una noche de lluvia.

4.1K 402 52
                                    


Unos segundos después, los gritos del gangster desaparecieron y ya no parecía haber resistencia alguna.

El corazón de Xia Yao estaba al fin relajado y cómodo.

Yuan Zong se las había manejado para dominar al culpable y prevenir de que pudiera huir. Entonces, registró su cuerpo y lanzó el arma lejos. También sacó dos clips y los metió en su bolsillo.

¿Me puedes dejar salir ya? Pensó Xia Yao mientras golpeaba la ventana un par de veces.

Como resultado... Yuan Zong ignoró por completo sus ruidos y en su lugar, recogió al criminal del suelo y lo llevó hasta su coche que estaba aparcado cerca de allí. Posteriormente, cogió la cuerda que había preparado con anterioridad, ató al ladrón con ella y lo lanzó dentro del maletero. Después de que todo fue correctamente manejado, se dirigió hacia la ventana que daba con la habitación de Xia Yao.

A través de las gotas de agua que cubrían la ventana húmeda, Xia Yao vio al hombre que caminaba bajo la lluvia, alto y poderoso, imponente, con una arrogancia dominante.

Con un bang, Yuan abrió la ventana.

-¿Qué hay de él? -Preguntó Xia Yao.

Yuan Zong contestó: -Está atado, y lo enviaré de vuelta a la comisaría a primera hora de la mañana.

En ese momento, Yuan recogió ambas armas y se las dio a Xia Yao junto con los dos clips a través de la ventana.

Después de que Xia Yao las recogiera, este no iba a dar aún por terminado el asunto. Miro directo a los ojos a Yuan Zong y estos se oscurecieron volviéndose sombríos de repente.

-¿Por qué estaba atrapado detrás de la ventana y no me permitías salir? ¿Crees que lo podías hacer tú solo? ¿Crees que es buena idea salir solo y desarmado?¿Eres oficial de policía?¿Por qué me has retenido? ¿Qué derecho tienes para ser tu el que lo arresta?

Las palabras de Xia Yao eran apasionadas y la respuesta fue especialmente concisa.

-Tenía miedo de que te mojaras con la lluvia.

Xia Yao lo miró como si tuviera algo atravesado en su garganta. Todo respuesta se quedó trabada.

Yuan Zong le preguntó: -¿Te sigue doliendo la mano?

Xia Yao murmuró: -Ya está bien.

-Déjame verla.

-¿Qué demo....? Xia Yao frunció las cejas.

Yuan Zong no podía esperar a que Xia Yao se resistiera, así que lo sujetó por las muñecas y estiró su mano fuera de la ventana. Después de observarlas de cerca, miro con ojos de duda hacia Xia Yao.

-¿Te duele?

Xia Yao no tuvo tiempo para hablar. Yuan Zong colocó su mano entre las suyas, e incrementó la presión con la que las sujetaba. En ese momento, sonrió y admiró los ojos de Xia Yao, los cuales emitían odio, y dijo:

-Hora de ir a la cama.

Y cerró la ventana con un bang. Yuan Zong sonrió mientras la lluvia caía por su cara y se dirigió directo a su coche.

Xia Yao se dirigió a la ventana pero de nuevo no pudo abrirla.

Las manos de Yuan Zong ya no cubrían en las suyas, pero para cuándo sus manos dejaron de estar entumecidas, la lluvia de fuera había parado. Xia Yao se lamió los labios, y aprovecho el tiempo que le estaba proporcionando para ir al baño y lavar y secar la ropa de Yuan Zong, antes de salir fuera de la casa.

Yuan Zong está apoyado sobre el asiento de su coche con los ojos cerrados. Al oír los suaves pasos, abrió apenas una pequeña rendija de sus de sus ojos para ver la fuerza con que alguien se acercaba a su coche.

- ¡Te las devuelvo póntelas!

Yuan alargó su mano hacia él y sintió que su corazón latía rápidamente cuando al tocar la ropa se dio cuenta de que estas estaban secas y olían a esa esencia tan característica de la ropa de Xia Yao.

Mientras que Yuan Zong se cambiaba de ropa, Xia Yao giró su cabeza de forma deliberada en dirección contraria. Cuando se volvió a girar, Yuan Zong ya se había cambiado y le devolvió la ropa mojada que antes había intercambiado con Xia Yao.

Xia Yao hizo una reverencia con su cabeza, le había devuelto toda la ropa excepto los calzoncillos que había cogido "prestados" que no habían sido devueltos. Originalmente, no tenía ninguna intención de seguir allí más rato, pero vio los calzoncillos limpios de Yuan Zong apoyados al lado de este. Yuan Zong no se los había cambiado y Xia Yao seguía sintiéndose incómodo con el hecho de que estuviera usando su ropa interior mojada.

-¿Por qué no te has cambiado la ropa interior?

Yuan se inclinó hacia Xia Yao y le preguntó: -¿Sigues sin saberlo? ¡Y me estas diciendo que me los quite para que te devuelva los tuyos ahora!

-¡Olvídalo!¡NO!- Contestó Xia Yao en un tono particularmente frío.

Mientras Yuan Zong escondía una sonrisa, antes de girarse para estar cara a cara con Xia Yao.

-Vuélvete a la cama.

Xia Yao no se movió.

Yuan Zong sacó la cabeza fuera de la ventana del coche, quedando a centímetros de Xia Yao, y apuntó al puente de su nariz.

-¡No sigas así, porque lo creas o no, si sigues ahí plantado te voy a meter en el coche con una sola mano y fundirme contigo!

Xia Yao golpeó la ventana y se giró. La retirada se hizo a gran velocidad, con pasos desordenados, sintiendo una traición desnuda. Pues en realidad Xia Yao estaba muy preocupado en ese momento.

Yuan Zong miró la espalda de Xia Yao durante un largo rato. Cuando cerró los ojos estaba perdido en sus pensamientos.

Advance Bravely En EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora