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Una despedida decepcionante

A la vez que la semana llegaba a su fin, Xia Yao recibía su salario junto con el bono de fin de año. Como era de esperar, lo primero que hizo fue visitar el mercado, comprando todo tipo de aperitivos y especialidades locales. Esta vez, intencionalmente revisó los datos nutricionales de los paquetes, asegurándose de ignorar completamente todos aquellos que no fueran nutritivos y optando por comprar todos los saludables tuvieran o no descuento.

Al principio, Xia Yao pensó en dárselo directamente a Yuan Zong, pero viendo que aún quedaban unos días para que se fuera, decidió dejarlos en su oficina. Sin embargo, una vez que completó su misión y estaba a punto de volver al trabajo, su boca se sintió de repente sosa, una indicación para que comiera algo. Sus ojos se dirigieron hacia las tres bolsas extremadamente llenas, pensando que por comer una no pasaría nada, ¿verdad? Como resultado, su mano excavó en una de las bolsas buscando alrededor, y una vez que escogió algo que le gustaba, lo sacó con satisfacción.

Esa noche, Xia Yao tuvo que trabajar horas extras, sintió un poco de hambre y no quiso salir y hacer cola sólo para comprar comida o conseguir comida para llevar.

¿Y ahora qué? Bien. ......

Una vez más, sus garras alcanzaron esas tres grandes bolsas de deliciosos bocadillos. Cuando lo sacó para echar un vistazo pensó, ¡Yuan Zong no se comería esto! Como sea, le ayudaré a disminuir su carga.

Al día siguiente, volvió a haber un anhelo en su boca. Sin ninguna otra opción, se "forzó" a sí mismo a escoger dos cosas de la bolsa, pero incluso después de haberse comido ya unas seis cosas, su anhelo persistía, por lo que siguió comiendo. De tal forma, que su desayuno fue sustituido por cosas que fue encontrando en las bolsas, antes de que llegara el medio día cogió un paquete de fruta confitada como aperitivo, y durante la comida se comió dos paquetes poco acompañamiento. Y pese a todo lo que ya se había comido, antes de que llegara la cena, sus ojos se volvieron a desviar hacia las bolsas...

Así de fácil, Xia Yao siguió robando paquetes, después de tres días de constantes "hurtos", descubrió que no quedaba nada en una de las bolsas.

(N/T: Lo que me extraña es que quede algo... )

¡Mierda! Tengo que llevárselo inmediatamente...... pensó Xia Yao, si no, me los comeré todos.

Yuan Zong no pudo evitar mirar asombrado cuando Xia Yao puso dos bolsas grandes llenas de comida en su escritorio.

-Snacks para el camino, -dijo Xia Yao.

Mirando la bolsa y luego a Xia Yao, Yuan Zong simplemente se rió, -Sólo estaré en el avión un poco más de dos horas, ¿por qué me compraste tanto?

-¡Puedes llevártelos a casa y comértelos allí! ¿No es una región montañosa lejana y pobre? Incluso si alguien quisiera comprarlos, tendría que caminar al menos unos kilómetros, y todos los pequeños puestos sólo venden arroz o fideos aceitosos, nada que sea apetitoso.

Yuan Zong tiró de la mano de Xia Yao y la agarró con fuerza antes de dejar que su tierna mirada lo acariciara.

-Esas historias que te conté eran de cuando era más joven, ahora las cosas han cambiado.

En realidad, Yuan Zong había olvidado que le había contado a Xia Yao las dificultades y el hambre a las que se enfrentó en su infancia, y no esperaba que la persona que estaba delante de él hubiera estado pensando en ello desde entonces.

Que Xia Yao tuviera miedo de que él no pudiera comer lo que quería hizo que Yuan Zong sintiera como una oleada de satisfacción lo recorría.

-Oh.