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Curando un corazón roto

De hecho, el tamaño de sus dos ojos parecía perceptiblemente desigual: uno pequeño y otro grande.

Sin embargo, las patéticas heridas no eran la razón de su evidente furia y tristeza, más bien, su actual estado de ánimo estaba dirigido a le había hecho el comentario de ser "excepcionalmente lindo" esa misma mañana.

La realidad es que Xuan Da Yu era mucho más "sensible" que Yuan Zong cuando se trataba de leer la mente de los demás.

-¡Solo tienes que mirar de nuevo lo agraciado que eres! Olvídate de tus ojos de diferente tamaño, ¿Qué hay de ese par de moretones que parecen pecas a cada lado de tu nariz? La nariz hinchada, el labio acortado y la mandíbula distorsionada de forma extraña".

-...

Xuan Da Yu estaba decidido a llevar esto más allá. -Estoy aquí para ser testigo de tu hilarante apariencia, y ver por mi mismo, después de toda tu dedicación a preservar tu belleza, ahora cada centímetro de ese delicado rostro lleva el maquillaje perfecto.

-¿Quieres ver una cosa aún más hilarante?- Preguntó Xia Yao de repente.

-Muy bien, ¿por qué no?

Xia Yao se esforzó por sacar del cajón el kit de cuidado de la piel, lanzándoselo al otro hombre.

¿Qué es esto? -Preguntó Da Yu.

Permaneció en silencio, jugando con el kit de cuidado de la piel, sintiéndose ligeramente estimulado. Al notar la constante mirada de Xia Yao en su dirección, que hacía difícilmente evadir la situación, el hombre murmuró lentamente.

-¿Por qué me das esto?

-¿Por qué?, -dijo Xia Yao con enfado, -¡Ve a esparcir esa mierda en la pared!

Xuan Da Yu una vez más se quedó en silencio.

-¿Para qué crees que es? Si no es para consolar a un 'amigo' infantil que me gritó por tratarlo como basura y comportarme con él de una manera muy, muy equivocada, entonces ¿qué más? Solo para demostrar que sigue siendo alguien que merece la pena para mí, me salté la comida y me dediqué a comprarle un kit de cuidado de la piel. Después de un turno de noche tratando con esos malditos periodistas, fui a llevarle el kit de inmediato. Y luego tuve un accidente a mitad de camino hacia su casa... Olvídalo, no hay necesidad de obligar a los demás a aceptar un regalo. Qué desperdicio de afecto.

Apenas Xia Yao se detuvo cuando Da Yu se dio cuenta de que había sido incapaz de reconocer un sutil cambio entre ellos.

Xia Yao y él eran amigos íntimos en el instituto, cuando su relación entre ellos era completamente natural. Si se miraba desde un punto de vista más subjetivo, lo suyo era como una relación romántica en lugar de una hermandad inseparable. Xuan Da Yu no pudo evitar pensar en Peng Ze y Xia Yao. Más de dos décadas de estar en buenos términos el uno con el otro, ¿no es curioso que su relación solo se detuviera en varias llamadas de vez en cuando? Pero al mirarse a sí mismo, no estaba lejos de la verdad decir que Xuan Da Yu quería reclamar a Xia Yao como suyo, romper la frontera de la hermandad - amistad para llegar a la entrada de una relación más pervertida.

Xia Yao miró al silencioso Xuan Da Yu, preguntando deliberadamente: -¿No has venido a burlarte de mí? ¿Te ha comido la lengua el gato?.

Al oír eso, Da Yu sonrió, pero no tanto por la afirmación de su amigo como por su vergüenza oculta. Una sonrisa incómoda se desencadenó como reacción a la tensión.

-Eso no es cierto, pequeño diablillo, escucha... en realidad yo...

-¡Dilo! -Xia Yao encendió un cigarrillo, dándole una sonrisa fría, -Te conozco lo suficiente, eres alguien que puede fácilmente ir de mal humor como un viejo, pero también cuyo interior es más como una mujer pescadera sin arte a pesar de esa fachada ingeniosa.