La vida de Mariana y Juan Pedro había dado un giro inesperado cuando de ser mejores amigos pasaron a ser pareja. Se conocieron a los dieciséis años y desde aquel momento cayeron perdidamente el uno por el otro.
Su relación parecía sacada de un libro. Eran dos jóvenes llenos de ambiciones, sueños e incontables deseos que querían cumplir juntos. Habían pasado toda su adolescencia proyectando un futuro lleno de domingos enteros en la cama, maratones de películas y fin de semanas de escapadas a la montaña.
Sus amigos los consideraban la razón de creer en las relaciones y un sentimiento tan peligroso como lo es el amor. Desde el primer día, ambos habían sentido una conexión especial. Algo que no se encuentra en cualquier lado y mucho menos dos veces en la vida.
Sin embargo, aquella relación que parecía indestructible llegó a su fin. El futuro que tanto deseaban se disolvió en segundos y solo quedaron unidos por recuerdos.
Memorias tan intensas que volvieron a aquel amor algo insostenible.