Ambos se miraron fijamente y sonrieron avergonzados cuando el ruido del auto los interrumpió. Lali le hizo señas a la taxista de que la espere cinco segundos y con sus orbes clavadas en todo el rostro de Juan Pedro, le agradeció por una noche tan linda.
-Me divertí mucho Pi. En estos días organizamos otra si querés - dijo mordiéndose apenas los labios. Por más que intentará, no podía dejar de hacer ese gesto.
-Lo mismo digo La, arreglamos otra - respondió Juan Pedro pasándose la lengua por los labios.
Continuaban casi tan cerca como cuando la bocina había destruido su momento. Olvidaron que la conductora esperaba y se miraban fijamente, como si sus vidas dependieran de ello. Por un instante, Lali sintió que la vida se detenía y retrocedían a aquel día en el Lollapalooza.
-Me parece que te tenés que ir - expresó Juan Pedro señalando a la conductora que tenía expresión molesta.
-Mejor arranco antes de que me cobre más caro - exclamó Lali apoyándose en su hombro. Luego le dio un beso en la comisura de los labios y se marchó.
Juan Pedro se quedó apoyado en la pared sonriendo como si estuviera embobado, y a la vez sus ojos estaban inyectados de deseo.
-La próxima es sin Ortega - se apresuró a decir mientras abría la puerta de su departamento - Esto no queda así eh.
Desde arriba del auto, Lali asintió con la cabeza. Mientras veía como se hacía cada vez más pequeña la puerta de aquel edificio, un suspiro se escapaba de su cuerpo. La conductora, luego de disculparse por su intromisión, comenzó a preguntarle si era su novio o cuál era su historia. Lali la miró por el espejo retrovisor y con una sonrisa le respondió que era complicado.
El interrogante de la taxista le había generado un sin fin de preguntas en su interior. ¿Qué acababa de suceder? Había ido sin -y con- intenciones de que algo sucediera entre ellos, pero jamás imaginó que iba a concretarse. Si bien durante la cena lo había provocado demasiado, pensó que Juan Pedro ya no sé sentía atraído por ella.
En cierto punto, le gustaba sentir que estaba equivocada. Pensaba en cómo había sentido su respiración tan cerca nuevamente y se le erizaba la piel. Si tan solo el taxi hubiera llegado unos minutos más tarde... ¿Qué hubiera pasado?
(***)
Juan Pedro subió por el ascensor con una sonrisa inmensa. Se sentía frustrado y lleno de ganas a la vez. No había podido cumplir con su propio razonamiento y aquello lo enojaba un poco, pero la sensación de haber tenido a Lali así de cerca le generaba sentimientos inexplicables. También sensaciones que había estado acostumbrado a sentir durante mucho tiempo.
Su boca era perfecta y se sentía hipnotizado por ella. Le hubiera encantado que el taxi no viniera nunca e invitar a Lali a dormir. Aunque aquel pensamiento le pareciera inapropiado e indebido, de un momento a otro, la necesidad de estar con ella lo vencía y la sentía en todo el cuerpo.
Hacía una semana no sabía nada de su ex y hoy, lo estaba volviendo loco. Le encantaba que lo hubiera provocado durante toda la tarde/noche y que luego se despidiera con un beso en la comisura. Lali sabía cómo dejarlo deseoso de una próxima vez y sin dudas lo había conseguido.
Si bien seguía sin tener intenciones románticas, no podía negar que quería volver a verla. Tampoco que era su debilidad.
A pocos minutos de que el vehículo amarillo abandone la puerta de su departamento, decidió escribirle para ver cómo estaba.
[9/5 23:39] JuanPe Lanzani: ¿Llegaste biennn?
[9/5 23:39] JuanPe Lanzani: Avísame La
[9/5 23:41] Lali: Falta un toquesinn, pero todo bien por acá