Capítulo 20

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El sonido molesto del timbre la levantó de un salto. No esperaba a nadie, por lo que salió de la cama un tanto aturdida. Antes de abandonar su habitación, tomó el celular que reposaba a un costado y comenzó a mirar los mensajes. Tenía 25 de Fátima y antes de llegar al contestador, descubrió que era ella quien había roto su sueño en dos.

-HOLIIIIIIIIIIIIII- escuchó por el tubo del teléfono - BAJA A ABRIRME Y CONTAME TODO YAAAAAAAAA.

Entredormida, Lali le contestó que ya bajaba. Amaba con todo su ser a Fátima, pero le hubiera encantado seguir descansando otro rato más. Sabía que para ella era muy importante el hecho de que se hubiera visto con Juan Pedro, pero jamás se imaginó que iba a despertarla para conversar sobre el tema. Sin embargo, era típico de Fátima.

Cuando llegó al hall del edificio, su amiga sostenía un paquete de facturas que movía para todos lados. Lali estaba muy adormecida, pero cuando había comida se despertaba en dos segundos. Apenas abrió la puerta, Fátima se le tiró encima y la abrazó con todas sus fuerzas. Ella estaba más emocionada que Lali.

Si bien ella "odiaba" a Juan Pedro, los mensajes que Lali le había mandado la noche anterior le habían dado el indicio de que todo estaba bien. No confiaba en lo que sucedía e iba a remarcarle a su amiga las veces que fueran necesarias que tenía que ser cuidadosa, pero si Lali estaba alegre, ella también. Sabía que su labor como amiga era apoyar y no juzgar. 

Lali era una persona grande y sabía como manejarse. Por eso Fátima estaba dispuesta a levantarla todas las veces que se cayera. No creía que estar en contacto con Juan Pedro fuera un error, de hecho consideraba que si él no hubiera sido tan "hijo de puta", esto debería haber pasado antes. 

Para Fátima, la relación de Lali y Juan Pedro había quedado inconclusa. Él no le había dado nunca motivos coherentes para terminar su relación, Lali se había hecho pedazos y luego Juan Pedro la había terminado de destruir. Durante algunos meses, él había sido el peor enemigo de su amiga y eso jamás iba a perdonárselo; pero ahora parecía actuar diferente, o como siempre debió haber actuado. De frente y con responsabilidad afectiva.

A pesar de las insistencias de Fátima en el ascensor, hasta que el café no estuvo listo, Lali no le contó nada. Antes de comenzar a relatar, decidió enviarle un breve mensaje a Juan Pedro deseándole buenos días.

Una vez que abrió la boca, no pudo parar.

Comenzó por la tensión que había experimentado en la parada de colectivo y lo lindo que estaba vestido; luego por la caminata hasta la cervecería; continuó con los detalles de la charla y le enumeró las veces que Juan Pedro había clavado su mirada en ella; siguió por la cantidad de tragos que habían tomado y finalizó en la bocina del taxi.

Fátima la miraba atónita y sorprendida. Su boca tenía forma circular y los ojos parecían salirse de lugar. Había escuchado el relato desde la primera letra hasta el último suspiro, pero no había desaprovechado el momento para comer, por lo que quedaban dos facturas y media para Lali.

-NO LO PUEDO CREEEEEEEEER- exclamó Fátima con la boca aún llena- CASI TE LO CHAPAS BOLUDAAAAAAAAAAAAAAAAA, QUE CARAJO - continuó entre gritos.

-Yo tampoco entiendo nada amiga pero nose se dio -respondió Lali riendo - Ya se que tengo que ser re cautelosa pero uf... es Juan Pedro. Como si no conociera esa boca

-Lo se amiga y sabes que jamás te juzgaría - dijo limpiándose las manos - PERO CASI TE LO CHAPASSSSSSSSSS - volvió a gritar.

Lali se quedó en silencio un par de segundos. Luego se paró, tomó a su amiga de las manos invitándola a que se pare y comenzó a gritar "CASI ME LO CHAPO, CASI ME LO CHAPO", mientras daban saltos en círculos.

InsostenibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora